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19 de diciembre de 2020; día 124

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19 de diciembre de 2020; día 124


—    ¿Entonces te irás a Italia? — Arleth no quería aceptarlo, sin embargo, era obvia su tristeza por no pasar más días de vacaciones con Trevor.

—    Bueno, en un principio sí, el año pasado regresé para pasar Navidad y Año Nuevo con mis padres y hermanas. — Explicaba su amigo sin llegar a mirarla, Trevor estaba concentrado en el resultado del tensiómetro.

—    ¿Y volverías? — Trevor por fin levantó la mirada, Arleth se sonrojó de verdad era distinto y mucho más atractivo con lentes.

—    Tres días antes de clases.

—    No sé si estoy de acuerdo. — Trevor sonrió, negando rápido.

—    No te estoy pidiendo opinión.

—    ¡Pero! — Tenía razón, ella simplemente debía de esperar a que su amigo regresará y listo. Solo sentía que Trevor se alejaba de ella, los últimos días no había querido pasar las tardes en su casa como habían acostumbrado en un principio.

Trevor siguió con lo suyo como asistente de Estela y Samuel, ambos adultos estaban reunidos en una pequeña conferencia con los demás investigadores y doctores de Kryos, el muchacho logró escuchar que se trataba de algo serio, con eso se instaló el hormigueo y mal presentimiento en él.

Habían aumentado los chequeos de Arleth, asistía cada tercer día en lugar de los quince días estipulados al principio. La muchacha suspiró con desgane, sus amigos se estaban yendo. Su novio se fue a pasar las vacaciones con su mamá, no era tan lejos como lo haría Trevor, pero si eran un par horas de distancia, simplemente se complicaba el verse, seguían hablando mucho por teléfono, y aun así, comenzaba a sentirse sola, los mellizos regresaron a Japón tan pronto terminaron sus clases, Cameron se había ido con sus abuelos maternos. Trevor ahora se iría también, y evidentemente, su única salvación era Raziel. Él no la abandonaba como los demás.

—    ¿Por qué pones esa cara? — Trevor miró de reojo a la señorita caprichosa que tenía por amiga.

—    ¡Porque no quiero que te vayas! — La declaración de Arleth provocó un vuelco a su corazón, estuvo seguro que una sonrisilla se le escapó, pero, logró mantener su serena postura.

—    Solo serán tres semanas, chillona. — La muchacha se cruzó de brazos, el pitido del termómetro la asustó.—    No lo muevas.  

Arleth bajó el brazo derecho esperando a que de nuevo sonará el cosito de la temperatura. Los dos se quedaron callados, Trevor no dejaba de darle de vueltas a la reunión que los adultos estaban teniendo, ¿Qué podía ser tan importante como para no invitarlo? Por el contrario, Arleth se quedó en la nada recordando los momentos que vivió con Elián en el festival de fin de trimestre. 

D E S P E R T A RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora