En 1990, Madeleine Bennett tenía una vida perfecta, estupendos amigos, una amorosa familia, un mágico primer amor... Una vida que le duraría hasta los diecisiete años.
Porque el día que decidió acompañar a sus padres al trabajo, cavó su propia tumb...
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Al tener ya dos meses en un mundo bastante actualizado a lo que recordaba, Arleth apenas entendía o se acostumbraba a muchas de las cosas que existían. Hasta le parecía divertido descubrir todo lo que podía hacer con el ordenador portátil que sus padres le habían comprado como sugerencia de Trevor.
Esa mañana de domingo, todavía con su pijama puesta la jovencita estaba concentrada en el aparato, sentada en el tocador que perfectamente podía utilizar como escritorio si lo deseaba. Leth estaba emocionada y concentrada puesto que por sí sola exploraba la maravilla de YouTube. ¿Podían creerlo? Arleth era muy buena en buscar cualquier canción que recordará y al ponerla en el buscador, aún se sorprendía cuando esta aparecía al arrojar los resultados. Algo similar pasó cuando buscó por primera vez en Google. Ese día Trevor se había reído de ella a lo grande, a tal punto de haber llorado por la diversión. A Trevor no se le olvidaría que su amiga busco "Trébol" solo porque estaba con él.
No prestó atención cuando la puerta de su habitación se abrió y por ella se asomaba su amigo, Trevor intentó hacer el menos ruido posible, observó con regodeo y cuidado a la chica que estaba muy centrada escribiendo como señora mayor al mirar el teclado y con el dedo índice ir seleccionando la tecla correcta mientras formulaba la palabra, alzaba el rostro mirando a la pantalla maravillada por cómo era previsible su intención.
— Entiendo que no supieras usar un celular, pero ¿Una computadora? — Arleth brincó asustada en su lugar cuando giró rápido para toparse de cara a Trevor inclinado y mirando sobre su hombro.
— Existían, pero no eran muy comunes... — Murmuró en respuesta por la cercanía. — Recuerdo que solo había en lugares importantes o gubernamentales.
— Imaginé que ya habías explorado los aparatos y el internet. — Argumentó Trevor al ver como todavía batallaba para algunas cosas, al menos, su amiga ya conocía bien el uso del celular.
— ¿Has sentido que te saturas de información? — Susurró la muchacha. — Cuando vivía correctamente, ella era un modelo que seguir para muchas. En especial para tu mamá, Lady Diana era el ejemplo de amor y seguridad para nosotras. — Explicaba mientras bajaba el navegador, videos con títulos similares aparecían "El secreto de Lady Di" "El horror de la vida de Lady Diana" "Documental, Diana un Secreto Prohibido" — Murió en 1997, conmocionó al mundo y a mí ahora que lo sé. — La muchacha sonrió ligeramente.
— ¿A qué quieres llegar?
— A que si no he explotado lo que me puede dar el internet o la computadora es porque no sé si pueda aguantarlo. ¿Recuerdas Back To The Future?
— Sí... Creo. — Trevor se había terminado por recargar en el tocador de la jovencita.
— Ellos hablaban, especialmente en la segunda película, que si el Marty del Futuro se encontraba con el Marty del Pasado se causaría una paradoja de tiempo. Bueno, la paradoja en este caso está en mi cabeza. — Trevor sonrió.