Capítulo 5

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CAPITULO V
FRIJOLIN

Se vio forzada a levantarse. Su cuerpo dolía, en especial su cuello, no es de esas personas que se la pasan todo el día de un domingo en la cama, pero eso quería hacer ahora mismo. Quedarse dormida y olvidar la sonrisa de aquella mujer. No quería recordar que Nicolás se fue con ella justo después de que lo beso, no quería pensar en que lo que pudieron haber hecho después Nicolás y esa tal Marcela. Estaba segura que había un montón de mujeres —que aún no conocía— en la vida de Nicolás. ¿Entonces porque le sorprendía?

Exactamente las 11:00 am, seguro su papa y Nell ya están muertos de hambre. Se apresuró a cambiarse sus pijamas y a bajar a hacer el desayuno.

Encontró a su hermano mayor tirado en frente del sillón, de seguro se cayó en algún lapso de la noche. Le patio su pierna y escucho un quejido, seguido de un "Déjame dormir" a lo que ella respondió "Si no te levantas, te arrojaré agua" lo escucho reírse y ella bufo. Al parecer su amenaza no sonó como una.

Estaba sentada en el sofá viendo un anime de los que su hermano acostumbraba ver todos los domingos por las tardes, que a su parecer podían ser a veces interesantes. Por ese momento olvido todo lo ocurrido del día anterior.

—¿Oh en serio? ¿Así es como termina el anime? No vale la pena estas horas sentados aquí —gruñó su hermano.

—Tienes razón. El final fue bastante abierto –asintió ella cruzando sus brazos.

—¿Papa aun esta dormidito? —le pregunto él—Es decir, ya son las dos de la tarde.

—El no aguanta beber tanto – le señalo –Lo sabes bien y aun así le pediste que bebiera contigo.

El no respondió, su mirada bajo al piso y dio un largo suspiro. Enfrento la mirada de Naomi mientras forzaba una sonrisa.

—Ayer fue 27 de abril –su sonrisa se desvaneció –Yo solo... solo estaba algo triste y papa también... pensé que eso nos haría sentir mejor.

La chica se levantó del sofá y camino hasta su hermano, sentándose así al lado de él, le sonrió y llevo la mano a su rostro acariciando su mejilla.

—Lo sé. Es triste, pero, el alcohol no es una medicina. –le abrazo. sintió como Nell se tensó al instante – ¡vamos! No vale la pena recordar cosas tristes.

Su hermano le devolvió el abrazo, y enterró la cara en el hombro de la chica.

Ella y Nell se parecían mucho, bueno, solo en el interior. Ambos tenían los mismos ideales, pensaban de la misma forma, eran tranquilos, casi nada los hacia enojar o gritar, y sufrían por lo mismo; el amor.

Físicamente eran totalmente diferentes, ella tenía el pelo castaño chocolate. Mientras que el cabello de él era un café rubio. Ella tenía ojos color café almendra, muy claros. Él tenía ojos verdes, tan verdes que parecían transparentes. La compleción de ella era pequeña, muy pequeña, media 1.57. La altura de su hermano era 1.92, era muy alto, pero no era para menos ya que él tenía 31 años. La brecha de edad era increíble, en su momento pensó porque su mama había esperado tanto tiempo para tenerla a ella. Pero llevo lejos el pensamiento de su madre, lo más lejos posible.

—Lo siento tanto –gimió ella –lo siento tanto Nell —su voz se quebró.

—¿Qué es esto? –sonrió – ¿mi hermana pequeña reconfortándome? eso está mal. No tienes por qué llorar. –dijo él. Aunque las lágrimas no estaban en sincronía con sus palabras.

Hace 6 años su hermano encontró a su esposa siéndole infiel. La habría perdonado, él la amaba mucho, así que lo habría hecho, pero, no pudo hacerlo, no después de ver con quien lo estaba engañando. No pudo perdonarla a ella, ni a la otra persona. Aunque no es como si le hayan pedido perdón, no lo hicieron. Simplemente su mujer le pidió el divorcio al día siguiente y se fue con aquella persona. Y ayer, justo ayer cumplían 7 años de casados él y su ex esposa, claro, solo si aún lo estuvieran.

El amor todo lo puede.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora