El amor todo lo puede.

Capitulo 22

Sus claros ojos cafés miraron en dirección a la persona frente a ella, levanto su ceja y después entrecerró los ojos, él le devolvió la misma expresión, pues igual que ella no entendía nada. Ambos se cruzaron de brazos.

— ¿Qué estás haciendo tu aquí, Naomi? — cuestiono Marcos con un toque de veneno.

— ¿Qué? Esa es mi línea. ¿Qué estás haciendo tú aquí, en mi mesa? —suspiro con algo de molestia—Allá hay muchas más mesas, así que puedes ir a sentarte donde quieras—afirmo señalando las cinco mesas que estaban vacías en aquel lugar.

-Esta es la única mesa que tiene un florero con las flores "No me olvides".

-¿Qué? ¿Quién te dijo que vinieras?

—Nina. Es algo así como una cita, o al menos eso me dijo ayer por teléfono.

—Ya. Nina me dijo anoche que viniera a esta cafetería y me sentara donde estuvieran estas flores, así que no sé qué soñaste pero te vas ahora mismo. —asevero.

—Tran...tranquila... ¿Por qué estás tan tensa hoy? Estás tan a la defensiva que da miedo.

—Se supone que estoy aquí para ver a Nicolás o algo así...

Un pequeño foco se prendió en la mente de Marcos, entendió que la razón por la que Nina lo había invitado a esa cafetería era por Naomi y Nicolás, no por él. Se sintió mal por un momento al saber que estaba siendo usado pero, comprendía que Nicolás debía arreglarse con Naomi, pues sin ella estaba siendo más jodidamente agresivo.

—Ya entiendo, creo saber lo que Nina está haciendo, ella vendrá con Nick lo dejara contigo y después ella y yo iremos a sentarnos en una mesa no muy lejana donde no podamos escucharlos pero si verlos por si algo se sale fuera de control, ya seas tú o Nicolás.

Naomi lo miro con una expresión seria. Lo que menos necesitaba era que alguien los estuviera cuidando. —Eso no hará falta, podemos comportarnos como adultos. Y aparte, si alguien pierde el control no seré yo, será Nicolás.

—Bueno, pues mis bolas no piensan lo mismo.

— ¿Qué? —su rostro era un poema.

—Olvídalo, mira hacia la puerta.

Su mirada viajo en dirección a la puerta de la cafetería, Nicolás estaba en la entrada junto con Nina, quien los buscaba con su mirada y cuando por fin logro verlos su mano se movió en el aire en forma de saludo, ella volvió el rostro hacia Nicolás y le dijo algo, después señalo hasta ellos y así Nicolás también logro verlos. La vio.

Los segundos que ellos tardaron en llegar hasta la mesa fueron eternos para Naomi. No quería hacerlo, estaba muy nerviosa y asustada. No sabía que decir, no quería que terminaran pero sabía que solo había dos escenarios: que volvieran a cómo eran antes o terminar su relación. Y odiaba tanto lo último.

—Hola—dijo Nina a ambos en cuanto llego—Perdón por tardar pero alguien estaba muy nervioso.

Nicolás torció los ojos, con Nina nada jamás podría permanecer en secreto o solo entre ellos, siempre era directa diciendo las cosas en los mejores y peores momentos.

—Hola—respondió Marcos—Y bien ¿Me quieren explicar que es esto? — preguntó de forma inocente.

— ¿En contra de tu voluntad, Marcos? — pregunto con una sonrisa en sus labios Nicolás, al menos había algo de que burlarse.

—Más bien, ni siquiera sabía de esto... pensé que era una cita, pero ahora sé que es para ti y para Naomi, no para Nina y yo. —hizo una mueca de tristeza actuada.