La habitación en completo silencio, los rayos del sol no podían apreciarse. Los dos muchachos estaban acurrucados en la cama, durmiendo tan plácidamente después de la tarde en que ambos entregaron algo más que su cuerpo, entregaron su alma y corazón.
La alarma del celular sonó, despertando así al dueño que, por costumbre se levantó, no le presto tanta atención al brazo que se posaba en su estómago, hasta que viro su cabeza en dirección a la ondulada cabellera femenina. El sonrojo invadió su rostro, apenas siendo de mañana se sintió tonto por tener tal reacción. Aunque el rostro de Naomi le hizo pensar que no era para menos. La boca de Naomi estaba hecha un puchero, en comparación con sus ojos y cejas que estaban completamente apacibles.
Pensó en levantarse de la cama y tomar un baño, pero le pareció mejor quedarse acostado hasta que Naomi se levantara, tal vez y, a ella le pareciera buena idea bañarse juntos.
Ella no tardo en despertar, se removió un poco en la cama antes de erguir su espalda. Sus ojos trazaron con tranquilidad cada rincón de la habitación, que no le era muy familiar. Se sobo los ojos con suma pereza, entonces, dio un pequeño respingo al recordar donde estaba. Torno los ojos en dirección al muchacho, Nicolás le regalo una sonrisa burlona, de esas que solo él sabía dar. Ella hizo un puchero antes de devolverle la sonrisa.
—¿Recuerdas que te pregunte sobre el libro?— pregunto nerviosa, Nicolás asintió sin ganas— Bueno, mi hermano tiene ese mismo libro, también tiene la firma del autor, del mismo día que el tuyo la tenía.—articulo sin despegar la vista del rostro inexpresivo de Nicolás— Lo tengo guardado en mi habitación después de que él lo quiso quemar, aun no lo ha encontrado pero si lo encuentra lo quemara sin dudarlo. Así que, pensé en dártelo— finalizo enarcando una ceja y esperando la negativa del muchacho.
—Es de tu hermano, no puedo aceptarlo— espeto con desinterés.
—Prefiero mil veces que me hagas el honor de quedarte con el libro a que mi hermano lo encuentre y lo haga cenizas— afirmo tocando el hombro del moreno con su índice— Sé que tú también lo preferirías así, ¡es un maravilloso libro!
Nicolás enarco una ceja con duda. Si, era unos de los mejores libros que había leído, pero ¿Aceptar el libro del hermano de la castaña era buena idea? Más importante ¿Por qué su hermano quería quemar el libro, siendo una gran novela? Le quiso preguntar, pero, eso era algo que él no hacía. Si Naomi no lo decía el porqué; era porque no importaba tanto o porque no quería decirle. Acepto eso de buena y mala manera.
—El libro merece estar en manos de alguien que lo cuide— dijo desviando el rostro repentinamente, Naomi entrecerró los ojos con sospecha.
—¿Estas feliz?— pregunto sin querer, no recibió respuesta, pero ella ya no insistió. Ella ya lo sabía, él estaba feliz. Después de todo el libro no se encontraba tan fácilmente, y si de suerte encontrabas alguno el precio no sería nada barato.
La castaña sonrió, llevo sus manos hasta Nicolás para abrazarlo. Él no se inmuto, estaba bastante acostumbrado, Se dejó caer en la cama llevándose consigo a Naomi, la llevo contra su pecho para abrazarla, y darle pequeños besos en el cuello, Naomi no pudo evitar reír por el gesto tan tierno.
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El constante repiqueo en el piso no dejaba de escucharse, varios giraban la cabeza con disimulo mientras caminaban por el pasillo para ver al hombre en la entrada de la universidad. Las muchachas no podían evitar mirar sin un ápice de vergüenza a la figura varonil, es decir, era tan atractivo. Una de las muchachas comenzó a acercarse, camino de forma coqueta hacia él y, esbozo una de sus mejores sonrisas. El hombre era incluso más atractivo que el mismísimo Nicolás.
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El amor todo lo puede.
RomanceEl amor de una mujer puede cambiar el mas negro y frio corazón de un hombre. Naomi Valk ha estado enamorada de Nicolás desde hace meses, fue incapaz de confesarle sus sentimientos durante todo ese tiempo. Pero todo cambia drásticamente cuando ella...