El amor todo lo puede.

Capitulo 2

Decir que estaba nerviosa era poco, la mejor palabra que la describiría en ese momento era "aterrada" Si, estaba aterrada. Recibir aquel mensaje de Nicolás la hizo sentirse terriblemente feliz, era la primera vez que le mandaba un mensaje, aunque sea para decirle que recogiera su departamento.

Sabía perfectamente cómo llegar, había estado en otras ocasiones haciendo lo mismo -recogiendo- algunas veces iba a dejarle almuerzos, comidas e incluso cenas. A Nicolás se le olvidaba a veces comer y cuando su estómago exigía por comida le daba pereza preparar algo.

El guardia en la puerta le saludo amablemente mientras le abría la puerta de cristal. Ella le devolvió el gesto y camino hasta los elevadores. Apretó el botón con el numero 5 una vez adentro. En el recorrido el elevador se detuvo en el segundo piso, abriéndose así las puertas que su vez permitió que dos mujeres entraran.

"¿Escuchaste el escándalo de anoche?" hablo la morena.
"Si, que vergüenza, ese hombre estaba demasiado ebrio "respondió la de cabello corto.
No les presto demasiada atención, no era algo que debía importarle

Y así, ya estaba frente a la puerta del departamento del chico. No se atrevía a tocar el timbre, los nervios, el terror, la felicidad; no le permitían mover ni un milímetro el dedo. Se dio ligeros golpes en las mejillas con sus manos, dándose ánimos internos. Siempre era igual, le ponía nerviosa estar cerca de él. Si, tenían dos meses saliendo juntos, pero ¡eso no era suficiente para sentirse relajada!

Toco el timbre... Pasaron segundos... Nada... más eternos segundos... nada... ¿Acaso había salido?

-¿Qué es esa cara de idiota?- al escuchar de la nada una voz dio un gritillo – eres incluso molesta por las mañanas- no se percató cuando fue que el chico abrió la puerta, le miro atentamente el rostro, después sus ropas, no parecía recién levantado. Así que concluyo que el muchacho ya se había cambiado el pijama e incluso duchado.

-Buenos días- esbozo una sonrisa, una tierna y sincera sonrisa- ¿dormiste bien?- le pregunto aun con la sonrisa en su rostro. No recibió respuesta, en cambio lo observo adentrarse a la sala del departamento. Lo siguió, cerrando la puerta detrás de ella. Sabía perfectamente que con eso el muchacho le decía que pasara.

Se sorprendió al ver el departamento en completo orden, la sala, el pequeño comedor, la cocina, diviso también la recamara, todo estaba en orden. Intento acomodar sus pensamientos, no quería decirle una "tontería", pero, si todo esta ordenado ¿porque le mando aquel mensaje? Sus pensamientos divagaron más de lo necesario, su rostro enrojeció al instante ¿Era para eso?

El peli negro la observaba desde hace unos instantes, frunció el ceño cuando la chica movió sus dedos frente a su estómago. Lo hacía siempre que se ponía a pensar de más, movía los dedos. Cualquiera diría que estaba contando, pero no. Solo pensaba cosas innecesarias.

-¡Tu cara da asco, zorra!- tajo molesto- la biblioteca- finalizo señalándole el lugar. Dirigió sus pasos a la biblioteca empujándola en el camino.

Su corazón se encogió tras escucharle. "tu cara da asco, dice" refiriéndose a ella despectivamente, llamándola, idiota, tonta, estúpida, zorra, puta; pero nunca por su nombre.
Respiro profundamente convenciéndose de que había sido su culpa. Pensar que lo harían era estúpido "Hacerlo, nosotros dos, imposible, yo no le gusto de esa manera "pensó.

Camino detrás de él, tratando inútilmente de controlar su vergüenza, pero era en vano después de todo ella quería sentirlo de esa manera. Sentirse deseada por él, que la tocara, que la besara como aquel día, "¿Qué estoy pensando?" su rostro enrojeció nuevamente.