Capitulo 34

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La mirada fue del reloj a la puerta de entrada del cine por quinta vez. Muy dentro de sí esperaba que lo dejaran plantado, pues él sabía que invitarla a ella al cine, podía ser su boleto al infierno. Las manecillas del reloj marcaban las cinco en punto, -hora que, según él, no sería mal interpretada si alguien los veía a ambos juntos- cuando Naomi atravesó la puerta. Fue en ese preciso momento cuando Alex olvidó sus pensamientos acerca de ser plantado, le regalo una sonrisa a Naomi.

— Debí haberte dicho que era mala idea quedar a esta hora de la tarde. — expresó Naomi. — ¡El sol esta horrible!

—Tienes razón, pero la función empieza en 20 minutos y la próxima es hasta mañana, a la misma hora.

—¿Eres un niño? No está en cartelera otra película más interesante. No me quejo de las películas infantiles, pero tampoco son de mis preferidas.

—esta película es divertida. Aunque si te soy sincero, eres la única persona que conozco que desperdiciaría su tiempo para venir a ver una película infantil conmigo.

—¿Aun no te arreglas con Mar?

Los ojos de Alex se torcieron.

—¿Lo haces apropósito? — suspiró — Sabes bien que ella jamás vería algo asi, y aun no nos arreglamos de todo.

Alex le hizo un ademan a Naomi para que caminara mientras empezó a contarle todo lo que habia hecho en los últimos cuatro días para que Mar lo perdonara. Cuando Naomi estuvo a punto de ir en dirección a comprar los boletos Alex la detuvo, comentándole que, él ya los habia comprado. Su mano estuvo en su cintura menos de cinco para indicarle el camino cuando sintió una mirada perforando su mano y después su cabeza. Giró su rostro en esa dirección, si las miradas pudieran matar, ese lugar ya sería la escena de un crimen. Llevó ambas manos hacia arriba por instinto y como una manera de declararse inocente.

Las cejas de Naomi se fruncieron, Alex siempre hacia cosas extrañas y siempre lograba asombrarla. Después de lo que pasó con su madre, Alex estuvo todo el tiempo mandándole mensajes, chistes, imágenes, videos, memes, y cualquier cosa que pudiera hacerla reír. Ella lo sabía, él se sentía como un maldito imbécil por lo que paso hace tanto tiempo atrás, asi que, de alguna manera quería remediar su error. Y eso realmente la asombró, jamás imaginó que él sería capaz de eso.

Siguió la mirada de Alex, la cual estaba con un deje de sorpresa y terror. Cuando se encontró con aquellas tres siluetas no pudo evitar emitir un sonidito de sorpresa y sobresalto

............

—No seas así. — gritó Nina con más fuerza y en un chillido incluso más agudo.

—Eres un idiota... idiota. — gritó Marcos, pero al instante se cubrió el rostro con una de las almohadas.

—Basta — dijo con irritación Nicolás. — son más molestos que un grano en el culo.

—¿Cómo sabes eso? ¿Te ha salido un grano en el trasero? ¿Quieres que te traiga una crema para las hemorroides? — preguntó Nina con falsa preocupación.

El castaño intentó no reír ante el comentario de Nina, el más que nadie sabía que solo faltaba poco para que la paciencia de Nicolás terminara y su rabia estallara. Miró a su amigo, al que no lograban que se levantara de la cama, de esa cama que hace más de cuatro años que no ocupaba.

—Debe sentirse tan jodidamente mal para que este aquí, en casa de sus padres, acostado en su cama. —reflexionó Nina, hablando tan fuerte como su voz lo permitía.

—Pero está bien asi, es decir, fue más fácil solo cruzar la calle y venir a joderlo. — la mano de Marcos fue a su nariz, cubriéndola. — Aunque creo que, lo único jodido aquí es nuestra pobre nariz. ¿Cuándo fue la última vez que te diste un baño, amigo?

El amor todo lo puede.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora