Capitulo 8

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El clima estaba cambiando rápidamente. El desgarrador frio que se sentía todas las mañanas ahora solo se sentía fresco y ligero, era soportable. Eso era algo bueno para Nicolás, siendo él una persona que no soportaba el frio. Por su parte Naomi, amaba el frio y no estaba feliz por el regreso del calor.

Pero justo en estos momentos estaba que reventaba de felicidad. Nicolás se había mostrado cariñoso con ella, un poco. Pero eso le era suficiente, ella sabía que Nicolás no es una persona que demuestra afecto. El día de ayer habían caminado tomados de la mano, y por primera vez en todo el tiempo que llevaban juntos él no la había insultado o humillado en el trayecto a casa.

Después de correr un poco en el parque que se encontraba frente a su casa, decidió volver.

Al entrar en su casa, se encontró a su hermano hundido en el sofá, jugando un videojuego. Estaba tan sumergido en el juego, que no se dio cuenta de su presencia. Naomi seguía preguntándose cuando volvería a trabajar. Desde hace más de cinco años que no trabajaba y solo se la pasaba en la sala o en su cuarto jugando video juegos, viendo anime o alguna otra serie.

Agradecía que su padre fuera un exitoso contador que tenía su propio bufet de contadores. Su padre se hacía cargo de todos los gastos de la casa, mantenía a sus dos hijos lo cual no era tan fácil: pagaba los estudios de ella y todos los caprichos de Nell. Naomi trabajaba para pagar las cosas que ella necesitaba, pedirle dinero a su papa para salir a divertirse no iba con ella.

—Oye, ponte a hacer algo útil en la casa. La llave de la cocina gotea, arregla eso— le ordeno Naomi. Nell bufo y acto seguido le extendió un mando a Naomi.

—Si me ganas lo arreglo— la reto. La sonrisa en su rostro desencajo a Naomi.

—Realmente quieres hacer eso.—contesto— La última vez no pudiste acceder a tu cuenta...—agrego.

La intensidad de sus miradas, ni uno la despejo por segundos. Hasta que Nell rodó los ojos y bufo.

—¿Se necesita comprar una llave nueva o solo es el empaque?— dijo levantándose del sofá y pausando su partida.

—Creo que solo el empaque— Naomi sonrió victoriosa— Primero desayuna y después haces eso— dicho esto subió a su habitación.

Se dio un baño, pensando en las posibilidades de que su profesor de literatura le cambiara el promedio. No. Un ocho nunca formaría parte de su boleta de calificaciones. Escoger el tema de "El destino" seguía atormentándola, seguía repitiéndose mentalmente que pudo haber escogido otro tema.

Después de salir del baño, se vistió. Un blusón verde con flores de color rosa esparcidas por este, y un pantalón de color negro. Se sentía rara vistiendo un pantalón, no estaba nada acostumbrada a ellos. Su clase empezaba hasta las diez y treinta.

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Eran justo las diez quince cuando aparco su auto en el estacionamiento, bueno el auto de su hermano, un hermoso Jepp rojo.

En el transcurso de casa a la universidad, la culpa la venia matando. Había olvidado por completo la bofetada y el golpe en los bajos que le dio a Marcos. Perdió su autocontrol, y la furia, la decepción y la frustración la dominaron. Su padre siempre le recordaba que debía de ver las cosas objetivamente y pensar dos veces antes de hacer una tontería. Y él tenía toda la razón. Tanto ella como Nell tenían ese problema, si algo los hacía sentir demasiado molestos ellos reaccionaban de la peor manera posible. La forma en que reacciono con Marcos había sido mínima, y realmente no quería imaginarse que habría pasado si se hubiera quedado por más tiempo.

El amor todo lo puede.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora