El amor todo lo puede.

Capitulo 31

Su corazón martillando dentro de su pecho la hizo creer que colapsaría en cualquier momento, corrió sin mirar en ningún momento hacia atrás. Le impresionó la manera tan cínica en que Noemí le revelo aquello, en ningún momento le importó lastimarla. Se detuvo abruptamente reconociendo que ella también había sido muy grosera, no entendía como la postura que mantenía hacia su madre se había fracturado en algún punto. Antes le importaba una mierda si también lastimaba a su madre con sus comentarios. Intentó recomponer su respiración, el aire salía y entraba de sus pulmones furiosamente, por el efecto de correr como por lo colérica y culpable que se sentía.

Su impulso la hizo correr sin darse cuenta a que dirección iba, y si quería ir al apartamento de Nicolás tenía que regresar nuevamente por el mismo camino, pero se negaba a cruzar frente a su casa. Por esa razón doblo en la siguiente esquina y tomo camino por otra calle.

Definitivamente huir de los problemas era lo mejor que hacía.

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La mirada de Nicolás fue del portátil a la puerta, frunció el ceño. No esperaba a nadie. Marcos estaba con su padre, pescando en un lago, sus hermanos estaban ocupados, y por extraño que pareciera, Mael salió con Ana: la hermana de Marcos, Luan estaba ayudando a sus padres archivando documentos, Nina estaba con Naomi y Naomi con Nina, evidentemente. Prácticamente Nina se estaba robando a su novia.

Se levantó y caminó a la entrada, quitó el seguro y giro el picaporte abriendo la puerta, el mirar a Naomi de pie, frente a él, lo hizo intensamente feliz. No lo pensó dos veces antes de abrazarla con fuerza para levantar la del piso y cuando la dejo nuevamente en el suelo la beso en los labios, un beso corto pero lleno de amor.

—Pensé que estabas con Nina— dijo, haciendo que entrara.

— Estaba con ella— respondió sin ánimo.

Nicolás la abrazó por la espalda besando un lado de su cuello y cuando Naomi no reaccionó notó que algo estaba mal.

— ¿Pasa algo malo?— dijo tenso. La giro para enfrentarse con ella y entonces detalló sus ojos y nariz, estaban rojos— ¿Naomi?

— Todo pasó. No entiendo porque ella se empeña en hacer miserables nuestras vidas. Ella es tan desagradable. Ella le trae mucho dolor a nuestras vidas y eso es lo que más odio...

La voz de Naomi no se quebró en ningún momento y Nicolás comprendió que, eso es lo único que diría.

— Ven aquí— le dijo.

La tomó de la mano llevándola hasta el sofá. Se acostó e hizo que Naomi se acostara también. Se acomodaron de tal forma que quedaron recostados en el sofá, pegados el uno al otro. Nicolás lanzo un suspiro. ¿Qué podía decir para que Naomi se sintiera mejor? Su estado de ánimo estaba muy mal, pues sentía su respiración lenta y pesada.

Se sorprendió cuando Naomi se colocó encima de él, besándolo, pero de inmediato sus manos fueron hasta su nuca, intensificando el beso. Se intentó levantar un poco pero por la manera en que Naomi estaba encima de él, le fue imposible. Con una de sus manos se sostuvo mientras que la otra empujo a Naomi hacia atrás, haciendo que se acostara en el sillón.

—No hemos tenido mucho tiempo para nosotros desde que nos graduamos. Tal parece que la vida adulta es más dura de lo que nos habían advertido. — susurro en su oído. — Debimos habernos divertido mucho más antes, tú y yo juntos.

—Hubiéramos tenido más diversión si no hubieras sido muy grosero en los dos primeros meses de relación. — la respiración de Naomi estaba entrecortada.