·CAPITULO 5·

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Me encuentro como en una especie de shock sin saber qué hacer. Con aun la mirada en el suelo y las ganas de insultarle, le escucho decir con tono curioso:-¿Estás bien?-

Y esto me hizo salir del pequeño estado de shock que tenía, levante la mirada y solté con fastidio:- ¿En serio me harás esa pregunta?-

Se ríe ante mí no tan disimulado tono y contesta con ironía: -¿Eres tonta? O ¿te haces la tonta? Que otra cosa voy a preguntarte, por Dios-

-¿Perdona?, pero creo que el tonto aquí eres tú. ¿No sabes dónde colocar tus cosas?- conteste con el mismo tono.

En su rostro se tiñe una sonrisa y responde con sorna:- Tal vez, si no fueses tan ciega habrías visto que mi mochila estaba ahí ¿no crees?-

Todos alrededor comenzaban a acercarse a mirar la pequeña riña que teníamos y esto me incomodaba, pero no le dejaría ganar.

-¡Vaya! No me había dado cuenta que el centro de un escalón donde transitan las personas es un sitio para colocar las mochilas. Te aplaudo, por ser el rey de los estúpidos.- digo riendo amargamente.

Y ante mi respuesta, su sonrisa se ensancha aun más y su mirada expresa no sé cómo decirlo ¿diversión? En definitiva, es un estúpido.

-Lo admito, lo admito. Me ganaste, pero eres una chiquilla malcriada y amargada- dice riendo como si fuese el mejor chiste que haya oído.

- Lo dice el que es un idiota egocéntrico- digo con una sonrisa en mi rostro.

A ninguno de los dos le gustaba perder, eso se notaba y la situación me divertía. Los demás estaban expectantes a lo que diría el otro, pero en ese momento llega Aileen con una expresión de confusión total y agradezco totalmente su llegada, no me gusta ser el centro de atención. Pasa en medio de la multitud y se acerca a mí y me susurra al oído riendo:- ¿De qué me perdí?- y sin más le digo:- Nada importante Grace- y me mira no muy convencida. Nos volteamos y diviso una vez más donde estaban los lugares que buscaba para ambas y siguen vacios.

Bajamos los escalones y detrás de mí oigo:- ¿Oye no me dirás tu nombre? Chiquilla malcriada- dice con diversión.

Una vez más le respondo con ironía:- No necesitas saberlo, y no es de tu incumbencia idiota- y sonrió. Al mirarlo, vuelvo a ver esa expresión divertida que tenía hace un rato y me causa gracia. Ante mi gesto responde con una mano en el pecho, fingiendo indignación:-¿Y no te interesa saber el mío malcriada?-

Sonrió y lo ignoro, seguimos bajando los escalones y llegamos a nuestros asientos. Al ubicarnos en ellos Aileen toca mi hombro y dice:- ¿Qué ha sido todo eso? "Nada importante Grace"- dice fingiendo hacer comillas con sus manos y haciendo una muy mala imitación de mi voz.

Rio ante su mala imitación y cuando abro la boca para decir una palabra, se escuchan aplausos de parte de todos alrededor y cuando lo noto, un profesor ha subido al escenario.

-¡Buenos días! Estudiantes de las distintas facultades. ¡Bienvenidos! A tan importante evento, sobre uno de los artes más preciados que tiene la literatura y es que sin ella no existiría. Les doy una cordial bienvenida a este taller de escritura, donde no solo aprenderán nuevas técnicas, durante estos días que estaremos compartiendo descubrirán que a través de la escritura más que solo plasmar las ideas y pensamientos que surgen en su cabeza, transmitirán su ser, sus emociones, darán vida a relatos que no solo marcan su vida misma si no también la de otros y de quien menos se imaginen. No hay que tener miedo. ¡Dejen que las letras hablen por ustedes!- Al escuchar esto último, saco la pequeña libreta de mi mochila y anoto esto, sin saber que sería una de las frases que mas me marcaria luego.

Durante casi todo el taller, pienso en cada una de las cosas que ha dicho el profesor al inicio. No es tan fácil transmitir todo aquello que sientes y más como yo me encuentro ahora, nada me sale como usualmente solía salir y aunque con el tiempo han surgido pequeñas cosas que solo guardo para mí misma y que me hacen darme cuenta que en todo este tiempo que ha transcurrido desde aquello, no soy la persona que solía ser, una parte de mi en este momento prefiere seguir siendo reservada para que así nadie pueda ver a través de mi, pero también está la otra una muy pequeña que añora liberarse y ser aquella que con solo mirarla ya sabias que pensaba, y era entregada a todo lo que hacía, sin temor a lo que viniese luego porque sabía que valía la pena y que todo tenía un porqué.

Aileen pasa su mano frente a mi rostro varias veces y con un chasquido de sus dedos hace que vuelva hacia donde me encuentro. Volteo a mirarla y dice:-He estado más de cinco minutos diciéndote algo y no me escuchabas. ¿En qué piensas tanto Jones?- y para evitar sus interrogatorios contesto:-Tonterías Grace-

Entrecierra sus ojos al mirarme y menciona con diversión:- Tú eres un caso y por cierto, parece que has captado la atención de alguien porque no ha dejado de mirarte desde que nos fuimos-. Miro hacia atrás por encima de mi hombro a unos escalones más arriba y este me pilla observándolo y en respuesta a esto sonríe, para luego bajar su mirada y mover su cabeza de un lado a otro en modo de negación. Vuelvo a mirarla y le digo incrédula:- Lo único que hace es burlarse de mí ¿no lo has notado? Es un idiota egocéntrico.-

Ella ríe y en modo de rendición dice:- Lo que tú digas Jones-

¿Por qué me miraba tanto? y ¿Qué le divertía? Por lo visto tengo cara de payaso para que no haya dejado de sonreír desde que tuvimos nuestra tonta riña. Nada le costaba admitir que se había equivocado al colocar su estúpido bolso en medio de todo el escalón, pero no, era más fácil llevarme la contraria y decirme niña malcriada por decirle sus verdades, genial.

Que día el mío, primero me quedo dormida, dejo el desayuno, pierdo el autobús, pierdo la clase del día y ya tengo que ir buscando apuntes con mis compañeros y hoy era la primera clase así que no se con quien estoy tendría que averiguarlo. Y como la cereza del pastel llego aquí, y tropiezo con la mochila de un idiota que no es capaz de aceptar que se equivoco. ¿No podría ser peor?, pensé frustrada.

Cuando finaliza el taller y ya hemos salido del auditorio, vamos por el pasillo en dirección a las escaleras. De repente, alguien me pasa por el lado y choca su mochila contra mi cintura a propósito, lo miro y al voltearse me percato de que es el estúpido chico del auditorio. Volteo mis ojos en son de fastidio y con una sonrisa triunfante por mi gesto dice: -No te pierdas, malcriada- . Abro la boca para responderle y este se va y le grito:-¡IDIOTA!-. Me mira por encima de su hombro, se voltea nuevamente y sigue su camino hacia las escaleras.

Al mirar a Aileen noto que esta roja como un tomate. Enarco una ceja sin entender y estalla en carcajadas, mi ceño se frunce por esto y le digo:- ¿Es que acaso tengo cara de payaso es? Para que tu también estés como el riéndote en mi cara.-

No ha dejado de reírse durante cinco minutos y sigo mirándola con la misma expresión. Cuando se calma y serena dice:- Lo siento, lo siento. Es que me causa mucha gracia verlos discutir, son muy tiernos-

La miro incrédula y le digo:- ¿Tiernos?, tu definitivamente estas daltónica Grace-

Sigue riendo y bajamos las escaleras. Salimos de la universidad, para luego ir a mi casa y pasar toda la tarde viendo películas. Pero aun ella no dejaba de burlarse de mis pequeñas riñas. Lo que no dejaba de pensar es, porque él, no dejaba de mirarme. Pero aun así lo detesto, estúpido idiota. 

Believe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora