·CAPITULO 15 (PARTE I) ·

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Capitulo dedicado a la mejor amiga del universo paocont27 <3











Y como sabia que pasaría no pude dormir...

Pero, esta vez no fue por lo mismo de siempre...

Esta vez, la curiosidad y emoción llenaban mi sistema, y nadie podía quitarme eso...

La espera para que la hora de irme llegara, y Ben pasara por mi, fueron eternas. Esa noche a mamá le tocaba trabajar, pero sabía que saldría y Jeremi esperaba conmigo en la sala, y como siempre sus comentarios y bromas no se hicieron esperar. Para él, era una novedad que pasara tanto tiempo con un chico y sobre todo que mi ánimo no está como antes. Cree que terminaremos siendo algo, pero como que obvia o tal vez por la emoción no pasa por su mente que, no me siento lista para algo o tener sentimientos por alguien, están las heridas que no son visibles, las que se albergan en el alma y todavía siento que tomara el tiempo que me tome terminar de sanar, aun me pregunto cuando llegara ese día de ese cierre. Y solo veo a Ben como el insoportable y buen amigo que acabo de conocer.

Cuando oigo la bocina, me levanto a toda prisa y salgo por la puerta para dirigirme al auto de Ben, quien baja la ventanilla para saludar de lejos a mi hermano desde el asiento del conductor y luego me abre la puerta, para así montarme y hacernos camino hacia ese sitio del que no ha querido hablarme.

Durante el viaje estamos sumidos en un silencio para nada incómodo y me poso en la ventanilla dedicándome a ver las luces de los edificios, mientras tomamos la autopista. Las torres de la gran ciudad quedan cada vez más lejos, hasta que todo lo que veo es carretera y más carretera y el frío de la noche se cala en mi sistema, haciendo que me abrace a mí misma.

Cuando volteo, Ben tiene la mirada fija en la carretera y más callado de lo normal, por lo que deduzco esta pensativo, pensaba hacer algún comentario bromista sobre que me va dejar muriendo de frío pero lo descarto al no saber cómo va a reaccionar y decido ver nuevamente por la ventanilla hacia el cielo oscuro que se encuentra lleno de múltiples estrellas y me dispongo a contar unas cuantas, hasta que empiezo a ver las constelaciones y me hace recordar cuando hace un año atrás me encontraba una tarde con Julián en su casa y mientras reíamos, se le ocurrió la idea de que nos tatuásemos la constelación de capricornio y sagitario, el en su brazo y yo en mi muslo.

Es algo un poco agridulce de recordar, pero sonrió era feliz en ese entonces, no sabía lo que se avecinaba después. Por lo que he oído el si se tatuó el suyo, pero fue un tiempo después de terminar, justo en el mismo lugar donde lo habíamos hablado; me lo hizo saber una amiga en común y al verlo en la foto que me enseño, fue justo como lo había imaginado. Después de ello, tuve varias noches pensando en aquello y viendo el lugar donde me lo fuese hecho, en mi muslo derecho donde hay una línea de lunares que parecen una constelación y si me lo fuese hecho estaría unido con ellos.

Ya a la hora de pensarlo, lo veo como un recuerdo feliz, para nada triste; es de esas millones de cosas en la lista imaginaria de planes que teníamos que no llegamos a cumplir nunca, algunos de ellos sí, otros no pero siempre se quedara ahí, sin concluir.

No me doy cuenta que mencionan mi nombre, hasta que Ben me toca el hombro y volteo a mirarlo y sonríe para luego decir:– Estabas muy concentrada ¿eh?, tanto que no te diste cuenta que acabamos de llegar al sitio–

Y es cuando estaciona el auto y saca las llaves, de que me percato de esto. Estamos en un estacionamiento y pienso que es un chiste y digo con sarcasmo: –¡¡Vaya!! Tanta carretera para venir a un estacionamiento, para eso fuéramos al que está a dos cuadras de la casa de Grace, Ben–

Este ríe por mi comentario y menciona:–Aun no hemos llegado como tal, debemos caminar unos metros, solo quería ver si realmente estabas aquí y no en tu mundo arcoíris niña–

–JA, JA, JA muy gracioso–

–Bájate pues, tenemos que caminar y la noche no es eterna– dice para que luego ambos bajásemos de su auto y saliésemos del estacionamiento para tomar un camino de tierra que yacía al lado de este, mientras iluminábamos con unas linternas.

Hace una brisa para nada sutil, provocando que sienta demasiado frio y cruzo mis brazos como si esto me fuese a protegerme, cuando oigo que Ben carraspea y al mirarlo me tiende su chaqueta y con mi rostro le doy un no como respuesta. Pero como necio de nacimiento que estoy segura que es, la coloca alrededor de mis hombros y lo miro con fastidio para luego decirle:– Gracias, no debiste hacerlo de verdad–.

–¿Y dejar que te mueras de frio? ¿Me crees tan cruel? Vaya, que concepto tienes de mi– dice con falsa indignación, haciendo que me ría por su comentario.

Lo único que he visto hasta ahora es que el camino se hace cada vez más y más largo, y pasamos a tener árboles de cada lado del camino, lo que se me hace bonito junto a la noche que nos acompaña. Se siente tan tranquilo, hacia tanto que no hacia caminatas como estas y que me llenaran de tanta calma.

–¿Sabes? A veces pienso que es muy difícil decidir entre lo que se quiere y lo que se necesita– menciona mi compañero en un tono bajo, pero lo suficientemente alto para que yo lo oyera.

–Pienso lo mismo, pero ¿Por qué dices eso?– digo con curiosidad.

–Porque justo ahora me siento así ¿sabes? No me siento listo para tomar decisiones aún–

–¿Te digo algo? Cuando nos toca tomar decisiones nunca se está completamente listo, ya que en el momento que tenemos que tomarlas llega inesperadamente sin avisar y ellas tienen un peso, ya que no serás el mismo luego de ya haberlas tomado y después no puedes dar marcha atrás. Para poder decidir entre lo que quieres y necesitas debes saber que contienen ambas, pesar sus pros y contras y luego de meditarlo sentirás dentro de ti cual es la correcta, todo concordara; tu mente, la razón y tus sentimientos sobre ello. Aunque en ese momento no lo parezca, y parezca un total desequilibrio, esa también es una respuesta–

–¿Y si el problema es que no sé lo que quiero y necesito?– dice con un tono de miedo en su voz.

–Quisiera poder darte esa respuesta, pero no la tengo, esa respuesta solo la tiene alguien y ese alguien eres tú. Aunque de miedo, debes indagar dentro de lo más recóndito de ti mismo y escucharte atentamente, y sabrás que quieres y necesitas. Pero esto no es una labor de una hora, o una tarde, requiere que te des tiempo y te prestes total atención, es cuando tu yo interior necesita que lo escuches con detenimiento sin distracciones de nada ni nadie.–

–¿Cómo es que en este momento no eres irritablemente arcoíris y sabes que decir?–

–No lo sé aunque lo de arcoíris nunca se me quita según tu, solo te doy mi punto de vista Ben... También me he sentido de esa forma– digo esto último en un susurro que creo fue capaz de escuchar.

Se ríe por mi comentario y no dice nada más. Para luego seguir nuestro camino a quien sabe dónde.

Believe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora