Ha pasado un buen rato y aun no rompemos el contacto visual. Una parte de mi no quiere hacerlo, en el silencio en el que nos encontramos no es para nada incomodo y por primera vez, no me asusta el hecho de que trate de leerme a través de mis ojos. Tiene en su rostro una sonrisa que no ha dejado de estar desde hace un buen rato, es muy sutil, llena de amabilidad y puedo decir que me gusta mirarla. Las pocas veces que lo he visto, siempre carga una sonrisa burlona o una expresión seria y por primera vez noto un gesto agradable.
Sin embargo, decido ser yo la que rompa el hielo...
-Ben..- y en ese momento todas las palabras se amontonan en mi boca y no encuentro la manera de empezar.
Y como si pudiese leer lo que sucede en mi, baja la mirada y mira hacia sus zapatos diciendo:- Escucha Cora, soy muy orgulloso pero he de admitir que esta vez me fui un poco de bruces y lo siento, no fui nada sutil, me metí donde no debía y... De verdad lo siento- calla para luego mirarme.
Lo que menos esperaba era eso, pensé que una vez más me haría sus preguntas y una parte de mi esperaba eso. La intensidad de su mirada es tanta, que termino el contacto visual y ahora soy yo la que mira sus zapatos. Y de nuevo silencio.
Sé que no ha dejado de mirarme esperando una respuesta y ahora tengo mis pensamientos más desordenados que nunca. Pero creo poder decir al menos algo coherente.
Cuando pasan al menos cinco minutos, de su boca sale un suspiro y es ahí cuando se que ya debo decir algo. Momentos como este es donde tengo tanto que decir y me vuelvo alguien de pocas palabras. Subo la mirada y miro hacia la nada y digo:- Ben la que debe disculparse soy yo, porque tenías razón en todo- al decir esto, siento de nuevo su no tan disimulada cara de asombro sobre mí y aun no lo miro.- Fui muy brusca y si estaba a la defensiva y lo que menos quería era ser así, no te conozco y para mi resulta tan extraño que alguien desconocido tenga tanto interés en mi persona, soy alguien muy desconfiada y más con nuevas personas que quieran ingresar a mi vida...- para cuando finalizo, siento que mis ojos se humedecen y cierro mis ojos porque en este momento no quiero llorar, no aquí.
-Hey, mírame- Hago caso omiso a lo que me pide y el suspira.
-Bueno, solo escúchame... El primer día que te conocí, me pareciste la más odiosa e irritante del mundo, pero a la vez una persona muy interesante y desde ese momento siento ganas de conocerte. Suelo ser muy silencioso y directo, y en esta ultima ciento que me pase contigo, porque no me has dado el permiso de preguntar cosas sobre tu vida e indagar en ella para yo decir lo que dije. Solo quería ayudarte o al menos hacer el intento. Ese día en el salón cuando te vi pasar, supe que no sería fácil para ti y no te mire porque sé exactamente cómo se siente. Y en ese momento cuando pasaba por el pasillo y el salón de la clase de la profesora Alejandra estaba abierto, quise venir a oír y al ver que eras tú me sorprendí. Eres talentosa y creo que no lo sabes, deberías hacer eso más seguido se te veía cómoda y feliz..
Aun sin mirarlo, alcanzo a decir:-¿Y cómo sabes eso si no me conoces?-
-No hace falta muchas veces, conocer a fondo a alguien para darse cuenta cuando algo le hace inmensamente feliz o que lo caracteriza y hace que se desenvuelva. Te explico lo que he notado en ti: eres contestona, terca..- rio ante eso ultimo y el también luego prosigue.- irónica y eso es divertido, pelear contigo es divertido no tienes idea como me rio cuando recuerdo eso, y por otro lado, eres decidida, alegre, tierna y estoy seguro que eres de las que quiere inmensamente-
Ante eso, lo miro y me detengo a estudiar sus ojos. Su mirada es totalmente un misterio, es tan intensa que sientes que puede descubrir lo más pequeño que pienses sin tu haberlo dicho y dice tantas cosas, una de las que más inspira es confianza y amabilidad; de esas miradas que sin decir una palabra te gritan todo estará bien.
Y aun mirándolo digo con torpeza: -No estás equivocado en las primeras cosas, y en lo ultimo tampoco lo estas, pero prefiero no hablar de ellas, prefiero...-no me deja terminar para luego decir:
-¿Ocultarlas?- y asiento con la cabeza.
-¿Por qué?-
- No es fácil de explicar y la historia detrás de ello, es un poco larga para contarla-
-Bueno, tengo todo el tiempo del mundo si quieres que te escuche; te propongo algo-
-Dime- y algo se agita dentro de mi pecho.
-Vamos a ser amigos y tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos. No hare preguntas sobre temas que no me incumban a menos que tú me lo permitas y si quieres aquí estoy por si en algún momento necesitas un consejo ¿De acuerdo?- y finaliza estirando su mano en dirección a la mía.
Sin saber porque mi pecho se agita y con mucho que decir, pero sin saber cómo asiento con la cabeza, y estiro mi mano; para que luego la estrecháramos como si estuviésemos cerrando un negocio muy importante.
Luego de esto, se acerca más y pasa su brazo por mi hombro y me abraza y le devuelvo el gesto y así duramos un largo rato.
-Ben...- digo con apenas un hilo de voz.
-Dime-
-Idiota- y este suelta una carcajada ante mi comentario para luego decir:- Niña malcriada- y me uno a él sin parar de reír.
ESTÁS LEYENDO
Believe ©
Teen Fiction"El tiempo", puede ser nuestro mayor enemigo o nuestro mayor aliado. Todo depende de la perspectiva que tengamos cada uno, por mi parte vivo ambos lados de la moneda, ya que no solo el tiempo se lleva las cosas como dicen, no solo es su trabajo borr...