·CAPITULO 13·

19 6 3
                                    





Ha pasado un buen rato y aun no rompemos el contacto visual. Una parte de mi no quiere hacerlo, en el silencio en el que nos encontramos no es para nada incomodo y por primera vez, no me asusta el hecho de que trate de leerme a través de mis ojos. Tiene en su rostro una sonrisa que no ha dejado de estar desde hace un buen rato, es muy sutil, llena de amabilidad y puedo decir que me gusta mirarla. Las pocas veces que lo he visto, siempre carga una sonrisa burlona o una expresión seria y por primera vez noto un gesto agradable.

Sin embargo, decido ser yo la que rompa el hielo...

-Ben..- y en ese momento todas las palabras se amontonan en mi boca y no encuentro la manera de empezar.

Y como si pudiese leer lo que sucede en mi, baja la mirada y mira hacia sus zapatos diciendo:- Escucha Cora, soy muy orgulloso pero he de admitir que esta vez me fui un poco de bruces y lo siento, no fui nada sutil, me metí donde no debía y... De verdad lo siento- calla para luego mirarme.

Lo que menos esperaba era eso, pensé que una vez más me haría sus preguntas y una parte de mi esperaba eso. La intensidad de su mirada es tanta, que termino el contacto visual y ahora soy yo la que mira sus zapatos. Y de nuevo silencio.

Sé que no ha dejado de mirarme esperando una respuesta y ahora tengo mis pensamientos más desordenados que nunca. Pero creo poder decir al menos algo coherente.

Cuando pasan al menos cinco minutos, de su boca sale un suspiro y es ahí cuando se que ya debo decir algo. Momentos como este es donde tengo tanto que decir y me vuelvo alguien de pocas palabras. Subo la mirada y miro hacia la nada y digo:- Ben la que debe disculparse soy yo, porque tenías razón en todo- al decir esto, siento de nuevo su no tan disimulada cara de asombro sobre mí y aun no lo miro.- Fui muy brusca y si estaba a la defensiva y lo que menos quería era ser así, no te conozco y para mi resulta tan extraño que alguien desconocido tenga tanto interés en mi persona, soy alguien muy desconfiada y más con nuevas personas que quieran ingresar a mi vida...- para cuando finalizo, siento que mis ojos se humedecen y cierro mis ojos porque en este momento no quiero llorar, no aquí.

-Hey, mírame- Hago caso omiso a lo que me pide y el suspira.

-Bueno, solo escúchame... El primer día que te conocí, me pareciste la más odiosa e irritante del mundo, pero a la vez una persona muy interesante y desde ese momento siento ganas de conocerte. Suelo ser muy silencioso y directo, y en esta ultima ciento que me pase contigo, porque no me has dado el permiso de preguntar cosas sobre tu vida e indagar en ella para yo decir lo que dije. Solo quería ayudarte o al menos hacer el intento. Ese día en el salón cuando te vi pasar, supe que no sería fácil para ti y no te mire porque sé exactamente cómo se siente. Y en ese momento cuando pasaba por el pasillo y el salón de la clase de la profesora Alejandra estaba abierto, quise venir a oír y al ver que eras tú me sorprendí. Eres talentosa y creo que no lo sabes, deberías hacer eso más seguido se te veía cómoda y feliz..

Aun sin mirarlo, alcanzo a decir:-¿Y cómo sabes eso si no me conoces?-

-No hace falta muchas veces, conocer a fondo a alguien para darse cuenta cuando algo le hace inmensamente feliz o que lo caracteriza y hace que se desenvuelva. Te explico lo que he notado en ti: eres contestona, terca..- rio ante eso ultimo y el también luego prosigue.- irónica y eso es divertido, pelear contigo es divertido no tienes idea como me rio cuando recuerdo eso, y por otro lado, eres decidida, alegre, tierna y estoy seguro que eres de las que quiere inmensamente-

Ante eso, lo miro y me detengo a estudiar sus ojos. Su mirada es totalmente un misterio, es tan intensa que sientes que puede descubrir lo más pequeño que pienses sin tu haberlo dicho y dice tantas cosas, una de las que más inspira es confianza y amabilidad; de esas miradas que sin decir una palabra te gritan todo estará bien.

Y aun mirándolo digo con torpeza: -No estás equivocado en las primeras cosas, y en lo ultimo tampoco lo estas, pero prefiero no hablar de ellas, prefiero...-no me deja terminar para luego decir:

-¿Ocultarlas?- y asiento con la cabeza.

-¿Por qué?-

- No es fácil de explicar y la historia detrás de ello, es un poco larga para contarla-

-Bueno, tengo todo el tiempo del mundo si quieres que te escuche; te propongo algo-

-Dime- y algo se agita dentro de mi pecho.

-Vamos a ser amigos y tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos. No hare preguntas sobre temas que no me incumban a menos que tú me lo permitas y si quieres aquí estoy por si en algún momento necesitas un consejo ¿De acuerdo?- y finaliza estirando su mano en dirección a la mía.

Sin saber porque mi pecho se agita y con mucho que decir, pero sin saber cómo asiento con la cabeza, y estiro mi mano; para que luego la estrecháramos como si estuviésemos cerrando un negocio muy importante.

Luego de esto, se acerca más y pasa su brazo por mi hombro y me abraza y le devuelvo el gesto y así duramos un largo rato.

-Ben...- digo con apenas un hilo de voz.

-Dime-

-Idiota- y este suelta una carcajada ante mi comentario para luego decir:- Niña malcriada- y me uno a él sin parar de reír.

Believe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora