Una Agente Diferente || Marvel [EN EDICION]

Capitulo 14

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𝐓𝐨𝐝𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐚𝐝 𝐇𝐚 𝐓𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨
𝐒𝐮 𝐎𝐫𝐢𝐠𝐞𝐧 𝐄𝐧 𝐄𝐥 𝐃𝐨𝐥𝐨𝐫

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Decidí dejar a Steve y a los tres hombres para que pudieran discutir y resolver sus problemas. Me dirigí hacia la colina donde había dejado a Loki, quien estaba sentado en una roca, observando el caos a su alrededor con una calma inquietante. Al verme, se levantó y me miró con una curiosidad evidente.

—¿Cómo lo hiciste? —preguntó Loki, su voz suave pero cargada de intriga. —Los Midgardianos no pueden controlar el hielo. ¿Qué eres?

No comprendí de inmediato a qué se refería, así que respondí con un tono relajado.

—Soy humana. Lo único que me hace diferente son estos poderes que obtuve gracias a una persona.

—¿Una persona? —Loki frunció el ceño, evidentemente intrigado. —No muchas personas tienen la habilidad de controlar los elementos de esa manera.... ¿Y qué más puedes hacer?

—No sacarás mucho de mí, cuernitos. No por ahora. —Le di una sonrisa que pretendía ser enigmática. —Mejor dime, ¿Qué te trae a la Tierra?

Loki dejó escapar una risa baja y burlona, como si encontrara la pregunta más simple de lo que en realidad era.

—A liberarlos. A ser el Rey de aquí. O simplemente a destruir tu planeta. —Su sonrisa era inquietante, una mezcla de orgullo y desdén.

—Qué considerado de tu parte. —Me crucé de brazos y lo miré con una expresión de desaprobación —Pero, lamentablemente, Majestad, aquí no hay trono. A menos que quieras convertirte en gobernador de algún país.

—¿Gobernador? —Loki levantó una ceja, claramente confuso.

—Olvídalo. —Le hice un gesto despectivo con la mano —Te pasó algo, ¿verdad? Conozco esa mirada. Yo sé bien que toda maldad ha tenido su origen en el dolor. Estoy segura de que algo te lastimó. ¿No es así?

Vi cómo la sonrisa de Loki se desvanecía, dando paso a una expresión seria y pensativa. Parecía estar rememorando algo doloroso, como si su mente viajara a un lugar lejano y doloroso.

—¿Qué sabes tú de dolor? —dijo Loki, su voz ahora más suave pero don desdén, casi en un susurro.

Justo en ese momento, llegaron mis compañeros. Steve, Tony y Thor se acercaron con paso firme. Al verlos, me crucé de brazos y esperé a que se acomodaran.

—¿Ya dejaron de destruir el bosque? —les pregunté, con un tono sarcástico que no dejaba lugar a dudas sobre mi frustración.

Los tres se miraron entre sí, un silencioso intercambio de miradas que parecía decir "No tiene caso discutir esto". Luego, sus miradas se dirigieron hacia el desastre que habían causado. El área parecía una zona de guerra; los árboles caídos y los escombros eran una prueba evidente del caos. Desde esta perspectiva, se veía aún más devastador.

—Bueno, no es que hayamos planeado una demolición forestal —comentó Tony, con un tono que intentaba ser ligero pero que no lograba ocultar su culpabilidad— Pero supongo que eso es lo que pasa cuando se enfrentan dioses y superhéroes.

—Ah, claro, porque todo en nuestro plan incluía un tour por un campo de batalla ecológico —respondí con una sonrisa sardónica.

—Tú también fuiste parte de eso —dijo Tony, señalándome con un gesto acusador. Lo miré con una expresión desafiante, cruzando los brazos con más fuerza.