Una Agente Diferente || Marvel [EN EDICION]

Capitulo 11

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𝐋𝐨 𝐐𝐮𝐞 𝐓𝐞 𝐒𝐮𝐜𝐞𝐝𝐞 𝐍𝐨 𝐃𝐞𝐟𝐢𝐧𝐞 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐄𝐫𝐞𝐬
𝐋𝐨 𝐈𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐄𝐬 𝐂𝐨𝐦𝐨
𝐄𝐥𝐢𝐠𝐞𝐬 𝐄𝐧𝐟𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐄𝐬𝐨𝐬 𝐃𝐞𝐬𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬

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Ya no estoy sola, pero adaptarme a este lugar y a este tiempo sigue siendo un desafío monumental para mí. Cada día es un nuevo esfuerzo por encajar en esta vida que, a pesar de su aparente normalidad, parece un laberinto de nuevas reglas y expectativas. Hago todo lo posible por adaptarme, al igual que Steve, que sigue buscando su lugar en este complejo rompecabezas. Me mudé a un apartamento más acogedor y acorde con mi estilo: sencillo y funcional.

Cada fin de semana, Steve viene a buscarme para entrenar. Nuestro ritual comienza con una carrera matutina, una forma efectiva de despejar la mente y calentar el cuerpo. Después, nos dirigimos a un gimnasio local, que ya se ha convertido en nuestro lugar de encuentro. Dentro, Steve se enfoca en golpear el saco de boxeo, a veces con tanta intensidad que el saco no soporta su fuerza y acaba estallando en pedazos. 

Yo, por mi parte, me encuentro en el suelo, con las piernas cruzadas en posición de loto, tratando de centrarme y controlar mi poder. El proceso no es sencillo; he tenido numerosos problemas con mis habilidades. A veces genero demasiado fuego, creando llamas incontrolables que amenazan con consumir todo a mi alrededor. Otras veces, el resultado es el completo opuesto: una falta total de poder, como si mis habilidades se hubieran desvanecido. A menudo me han dicho que mi temperatura puede bajar demasiado, dejándome tan fría como un cubo de hielo. Esto me obliga a entrenar continuamente para manejar mi habilidad de manera segura y evitar cualquier tipo de accidente. Ahora, sentada en el suelo, me esfuerzo por calmar mi mente, o al menos eso es lo que intento.

El ruido del entrenamiento de Steve llena la sala, y debo concentrarme intensamente para no dejar que mi mente divague en pensamientos que podrían desencadenar un incendio. Mantengo mi enfoque, esforzándome por alcanzar un estado de calma y serenidad... Calma... Calma...

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—Supongo que no necesitabas mi ayuda. Howard Stark para servirle...
–Roxana Rayven...
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—¿Alguna otra cosa que debería saber de ti?....
–Gracias... Por no criticarme.
—No te gustaría ir a Londres...  Me ayudarías mucho.
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—No quiero ponerte en peligro... tu ganas... Solo por ti.... ¿Nervios Lindura?
–Sabes que no me gusta que me digan así.
—Lo sé, por eso lo digo....
–Cuéntame algo de ti
—Sabes todo de mi.... Sigues sorprendiéndome, serás la mejor soldado....
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—Siempre admire tu valentía... Agente fénix.
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—No fue tu culpa.... No desesperes si pierdes una batalla aún queda una guerra por ganar.
–Te afecto estar conmigo... Terminemos esto.
—Esa es mi chica...
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—¿Entonces aceptas ir a esa cita?
–¿Por qué tantos ánimos por eso?...
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– ¿Stark?
—voy a buscarte...
–Creo que no llegaré a la cita...
—Es muy importante... Cásate conmigo... Te amo Roxana..

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Odio mi mente por traicionarme en este momento. Odio estar destrozada. Mis ojos cerrados no dejan de soltar lágrimas, y siento un viento helado envolviéndome, acompañado de un grito silencioso que parece venir de un lugar lejano y sin forma. Alguien está gritando, pero no logro distinguir qué dice ni de dónde proviene. Es un eco débil y distante que resuena en mi mente.