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Baltimore, agosto

Lily

(Actualidad)

A pesar de estar en pleno verano y de que las noches eran más calurosas, cerré las ventanas de casa y puse el termostato del acondicionador a tope, me senté en el sofá cómoda y me coloqué sobre los cojines con el móvil. En el teléfono tenía dos mensajes de voz. Respiré hondo y pulsé el botón para reproducir el primero, ¡Cómo no, uno era de mi abuela! Siempre tan oportuna me recordaba mi próxima visita a casa para dentro de tres días. El segundo mensaje era de Lennon, mi compañero de trabajo en la escuela de arte y músico profesional. Presioné el botón, no muy segura de querer escuchar su voz:

—«Lily, sé que estarás muy ocupada con todo ese rollo de las vacaciones de verano.

En realidad no sé si todavía estás por Baltimore, pero de ser así, ¿te apetecería que pasáramos el día en la playa? Lo prometiste. Llámame, ¿vale?».

Me caía muy bien Lennon, lo pasábamos genial entre las clases, me había ayudado mucho, pero no me veía teniendo nada romántico con él. Lo cierto es que era un verdadero bombón que muchas chicas se pirrarían por catar pero, había pasado un buen tiempo desde que había tenido algo romántico con alguien y lo que menos deseaba en ese momento era enredarme en una relación amorosa.

Negué con la cabeza.

No. El barco de Lennon tendría que zarpar sin mí, debía actuar con cautela.

—¿Qué te pasa?

Justin y Lori pasaban gran parte del día juntos en casa, llevaban ya unas cuantas semanas de relación y todo parecía de lo más normal. No me incomodó que el nuevo novio de mi amiga me preguntara y le conté lo que me pasaba.

—Es solo un compañero de trabajo. Me ha invitado a pasar el día en la playa, pero no sé si voy a ir.

Justin se me quedó mirando con esos ojazos azabache de pestañas larguísimas, y suspiré, ahora entendía por qué Lori estaba loca por él.

—¿No quieres aceptar?

Tragué saliva.

—No es eso. Lennon es un buen tipo, guapo, atento y cariñoso.

—¿Entonces?

—¿Bromeas? Me encantan los chicos malos con tatuajes y piercings pero...

—Pero...

—Trabajamos juntos, no es una buena cosa que nos enrollásemos.

—Vamos, que das por hecho que si sales con él terminareis en la cama.

—Más o menos —me reí—. Es demasiado guapo para no sentirse tentada.

Me atreví a mirarle de reojo, parecía que Justin se estaba divirtiendo bastante conmigo. Creía que lo llevaba bien con él, teniendo en cuenta que era amigo íntimo de Mel; en un mundo imaginario donde Mel no existiese Justin y yo seríamos amigos.

Me quedé mirando el móvil embobada y justo en ese instante Lori salió de la cocina con una bandeja de galletas recién horneadas en un plato. Justin se quedó boquiabierto, se había tragado mi broma de que ella no sabía cocinar.

—Gracias —cogió una galleta que mi amiga le ofreció y yo tomé otra mientras le guiñaba el ojo.

—Gracias Lori es todo un detalle por tu parte.

Justin mordió su galleta y cerró los ojos deleitándose en el mordisco.

—Están increíbles.

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