Baltimore, septiembre
(Actualidad)
Mel
Incluso después de relajarnos tras el desenfreno sexual sentía que necesitaba más de ella. Me quité el preservativo, le hice un nudo y me deshice de las pruebas de mi infidelidad. Sus ojos se deslizaron por los míos buscando respuestas.
—¿Estás bien?
Le sonreí y la acaricié con mucha suavidad.
—Sí, muy bien, eres maravillosa.
—Ha sido tan increíble... No quiero..., que esto termine nunca.
Un sonido de placer salió de mi garganta cuando la besé de nuevo.
—Yo tampoco quiero que esto acabe Liv, quiero estar contigo siempre.
Frunció el ceño no muy convencida de mis palabras.
—¿Te sientes mal o culpable?
Entrecerré los ojos durante una fracción de segundo y luego respondí:
—No. Es extraño, pero eso es exactamente lo que sentía cuando estaba con otras y no contigo, me sentía como si estuviera engañándote, engañándome a mí mismo.
—Entonces... ¿qué es lo que te ocurre Mel? Porque estás muy serio —Lily se tumbó completamente sobre mí y entrelazó sus manos entre las mías— ¿Qué es lo que te preocupa?
—No sé, siento que no estoy haciendo las cosas bien. Me estoy saltando los pasos correctos. No puedo negar lo que aún hay entre nosotros, es obvio —señalé— Pero tengo cierto sentimiento de culpa por Grace.
Liv me miró con los ojos ensombrecidos, no sé cómo sucedió pero noté un nudo en lo más hondo de mi ser al defraudarla.
—Tendría que marcharme.
Resoplé y sujeté su mano.
—No Liv por favor, no te vayas, quiero ser completamente sincero contigo, la sinceridad es lo primordial para que lo nuestro funcione, escúchame un momento por favor, no te vayas —llevé la mano a su cara, a sus labios —. Esto que tenemos entre nosotros es real, no existe nadie más en mis pensamientos que tú, descuida... Eres la única que siempre ha estado ahí. Estuviste y siempre estarás en mí... Te amo muchísimo.
Me miró como si no se esperara esa declaración con un brillo especial en los ojos.
— Quiero hacerte mía de nuevo, quiero hacer que te corras y estar tan dentro de ti, que nunca olvides lo que tenemos. Que eres mía.
Me sentía duro, excitado y listo para volver a tomarla de nuevo. Mi cuerpo había despertado al instante, anhelándola, ella era capaz de excitarme con una sola mirada o un leve roce. Esta segunda vez fue mucho más lenta, mucho más romántica que el polvo salvaje que acabábamos de tener, nuestros sexos empapados en cada estocada, la lamí tantas veces, la saboreé tanto, que cuando me corrí en sacudidas no dejaba de temblar. Quería estar con ella, pero sinceramente, dudaba de que Liv quisiera estar conmigo cuando conociera mis intenciones. Esta vez quería hacer las cosas bien, ella me miró, tenía miedo, lo podía ver en la forma en que me observaba.
—No tengo ni idea de lo que sucederá entre nosotros Mel, pero si algo tengo claro es que no quiero ser el segundo plato para nadie.
—Lo entiendo y yo tampoco deseo eso, pero necesito un poco de tiempo cariño. —Tiré de las sábanas y dejé sus pechos al descubierto, no quería perderme aquellas vistas mientras pudiera—. Tengo que hablar con Grace y confesarle lo que ha pasado.
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Tal como éramos
RomanceLily Palmer ya no es la chica alegre, inocente que va por la vida de manera despreocupada. Mel tampoco es el chico de oro de la universidad que sueña con ser reconocido por algo más que el fútbol. Sus caminos ser han separado, una tragedia ha sacudi...