—Y-yo, no sé qué decir —pronunció Marcos mirando perplejo a Joaquín.
—Con un simple gracias basta.
—Gracias Joaco —el nombrado sonrió, marcando sus hoyuelos.—¿Podrías abrazarme? —sin responder, el rizado se acercó a él y Joaquin abrió sus brazos, pasandolos por su cuello abrazandolo con fuerza, inhalando su aroma.
—Me gustan tus hoyuelos —la voz del rizado apenas se escucho.
—Gracias, Marcos.
— Joaco —susurró el anterior nombrado alejándose del cuerpo del menor.
—Dime —en ese momento, la puerta se abrió dejando ver a Diego con hielos envueltos en un trapo.
—¿Ya despertó? ¿Cómo te sientes Bondoni?
—Bien, gracias —respondió Joaquín incómodo ante la presencia del amigo de Marcos allí.
—Pásame los hielos —el rizado se había puesto de pie y su semblante había cambiado por uno más serio.
—Joaquin si necesitas algo, puedes decirme.
—Si, Diego. Ya entendió. Vete —Joaquín miro sorprendido a Marcos.
—Gracias —susurró y Diego le dedico una sonrisa antes de retirarse del cuarto.
[...]
JOAQUIN
Dos días habían pasado de aquella noche, dos días en los que mi compañero no se había alejado de mi, velando por mi, por mi bienestar. Desde que me salvó de las manos de ese asqueroso hombre me había cuidado, me trae de comer, me ayuda a moverme, incluso cuando le he repetido varias veces que no es necesario y que puedo hacerlo por mi mismo.
Recuerdo la primer noche, él me había recostado en su cama y yo no me había movido de allí, me había dejado solo unos minutos para ir a cenar y cuando volvió fingi estar dormido; él se acercó a mi, acarició mi cabello y se recostó a mi lado.
Marcos me confunde. Cuando está conmigo es muy bueno, me cuida y me hace sentir bien. Pero cuando hay más personas cerca suyo, no lo es; es borde, violento y se cree superior a los demás.
Ya no sé qué pensar, solo sé que me gusta ver su parte buena. Me gusta sentirme así.Hoy decidí salir de mi celda. Necesitaba darme un baño y salir del encierro de esas cuatro paredes.
Caminando por los pasillos ya no notaba los gritos y comentarios desagradables que me dirigían los prisioneros los últimos días, pero sabía que volteaban a verme cuando pasaba cerca de ellos.Luego de haber tomado una ducha, fui a almorzar a la cafetería. No habían muchas personas en el lugar.
—Buenos días muñeco, ya te extrañaba por aquí —la cocinera me sonrió.
—Buenos días, no me encontraba bien.
—Si, escuche sobre eso. Hoy hay del puré que tanto te gusta —dijo con tono de burla, ella sabe cuánto odio el puré desabrido que dan aquí.
—El mejor día de mi vida, gracias —dije sarcásticamente y tome la charola regalándole una sonrisa y me alejé para buscar asiento.
Una mesa se encontraba vacía, era la de Marcos. Él me trata mejor, no creo que se enoje si ocupo un lugar. Con paso decidido me acerqué a ella y me senté en el asiento de la esquina, empezando a comer mi comida.
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mi pequeño prisionero | Emiliaco
FanfictionEmilio Osorio Marcos, acusado de haber encabezado una de las mafias más poderosas de la ciudad de Mexico, condenado a 30 años de prisión Joaquín Bondoni Gress, acusado de homicidio culposo, condenado a 15 años de prisión. El jefe de la mafia desc...