zwölf

5.5K 573 150
                                    

Narrador omnisciente

Luego de aquella confesión, Joaquín se quedó mudo, no tenía palabras para responder a tal comentario. Sentia que un mundo estaba ardiendo en su estómago, sentía una explosión de sentimientos dentro suyo.
El rizado creyó que no lo había escuchado y sintió alivio. Un alivio que se esfumó de su cuerpo al escuchar la respuesta de Joaquin.

- tu a mi, Marcos. No te conozco, pero se que no eres quién todos piensan que eres. No me pidas una razón, porque no la tengo; pero sinceramente siento que eres diferente. Lo veo en tus ojos y los ojos, chico. Ellos nunca mienten.

-Algo me dice que esto no me traerá nada bueno, pero no me sentía bien estando con alguien hace años. Estoy depositando mi confianza en ti. Por favor, no me quiero arrepentir

-No lo harás, Marcos. No te arrepentirás.

-¿Qué ves en mis ojos?

-dolor. Veo el dolor reflejado en tus ojos. No sé que fue lo que te lastimó o lo que te lastima. Pero puedo verlo a través de esa pared de hierro que tratas de crear para ocultarlos.
Veo que eres más que un simple preso violento que solo busca lastimar.
Veo el arrepentimiento en tus ojos cuando lastimas, veo una dureza fingida que te lastima.
Te veo a ti, Marcos. No necesito que me lo digas para saber que eres bueno.
No sé que te pasó, pero no te presionaré. Cuando puedas y quieras hablarlo, seré el primero en escucharte.

-¿De donde saliste? Algo bueno tuve que hacer en la vida para que me manden a un compañero como tú.

-ya ves, aquí masje un compañero, ya tienes un amigo

-claro.- ambos dejaron de hablar, los minutos pasaban y en esas cuatro paredes el silencio se volvió intranquilo. Pero ellos seguían en la misma posición, sin hablar. Hasta que ambos se durmieron en la comodidad de los brazos del otro.

Joaquín

Desperte y el olor a café inundaba mis fosas nasales, estire mis brazos y la cama estaba vacía. Lentamente abri los ojos y lo vi. Estaba sentado en su cama, dándome la espalda

-ya lo sé. Se que te importo una mierda. Es la única cosa que te he pedido desde que estoy aquí. Deja de mandarme regalos que no necesito, deja de intentar comprar mi perdón con regalos ridículos y has lo que te pido..... Que no, no te voy a decir por qué.... no... ya, no lo olvides esta vez.

Estaba hablando por teléfono, otra vez. Al verlo guardar su celular comence a moverme, tratando de que parezca que recién despertaba

-Buen día, Marcos

-Buenos días, Joaco. ¿Tienes hambre? Traje el desayuno

-wow, eso si que no me lo esperaba. Gracias

-ni yo, pero desperte temprano y quise ir.

-muchas gracias, ¿Desayunas conmigo?

-Claro.-Movi mi cuerpo, dándole lugar a que se siente frente a mi en mi cama

-Joaco, necesito pedirte algo.- Pronunció Marcos y lo mire extrañado

-Dime.

-Fuera de la celda, no te acerques a mi, no quiero lastimarte. Hoy vendrán a inspeccionar tu lado de la celda, por favor si me ves aquí, no me hables. No hasta que los guardias se hayan ido.
Nadie debe verme siendo diferente contigo. Mucho menos los guardias

mi pequeño prisionero  | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora