fünfzehn

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El rizado luego de dejar a Nikolas en los pasillos, se dirigió a paso lento hacia su celda.
Necesitaba tomar un baño. No había dormido, pero se encontraba totalmente despierto. No tenía sueño. Solo estaba cansado.
En su celda tomó su ropa y se dirigió a las duchas

Relajo su cuerpo bajo el agua  caliente, no había notado lo tensos que estaban sus músculos hasta ese momento.
Salio del cubículo solo con una toalla agada a su cadera y sus rizos empapandole su rostro y torso.

-oye guapo, ¿Cuanto cobras?- El rizado ignoro las palabras de aquel repugnante hombre. Estaba acostumbrado a recibir esos tratos por parte d ellos amigos de su padre. Ya no le tomaba importancia.
Se vistió y se dirigió a su cuarto

Abrio la puerta y sobre su cama estaba Diego sentado

-¿Qué haces aquí?

-Hable con mi padre. Sacaran a Joaquin. La búsqueda de la fuente de la droga deberá esperar. Seguiremos buscando quien, como y cuando la entra. Pero tendrás a Joaquín contigo nuevamente.

-gracias, hermano.- el rizado abrazo a Diego con toda su fuerza, tomándolo por sorpresa

-Emilio, sabes que te adoro y haría cualquier cosa por ti. Joaquín se ganó mi  respero he visto como cambias tu actitud cuando lo ves. No sé qué tiene ese niño. Pero se que te hace bien. Aunque te haya costado aceptarlo.

-si, si. Deja de decirme así

-Es tu nombre, Emilio. Conmigo no debes esconderte. Yo sé quién eres y como eres.

-ya, no seas cursi, vete

-no puedo contigo.- Diego se dirigió riéndose a la pierda-. Por la noche tal vez lo saquen de ese lugar.

-gracias

El rizado tomo  su celular y se dirigió a la bandeja de mensajes, presiono para escribir un nuevo mensaje y lo envió

Pequeño, tal vez esta noche puedes salir de ahí. Aguanta, M.

La respuesta tardó poco en llegar

¡Marcos! Muchs gracias por hacer esto por mi, realmente. Gracias

¿De quién eran esos cigarrillos?

De Niko... gracias por eso también. La droga no era mía. Lo juro, alguien la puso ahí. No es mía.

Lo sé, pequeño. Lo .
Ya se quién fue, estoy trabajando en eso.
¿Tienes hambre?, ¿Sed?

No, gracias por la comida y el agua.
Ya comi y aún me queda agua, gracias.

Jajaja deja de agradecer por todo.

Lo siento.

Si necesitas algo pidemelo, iré a hacer un par de cosas. Aguanta, ya saldrás

Gracias.

El rizado río al ver la respuesta del menor y se dirigió  nuevamente hacia el cuarto de Nikolás. Pero nadie se encontraba allí. Se encaminó hacie al patio del lugar y lo vio sentado, comeindo una manzana.

-Oye.

-Dime.

-levantate.- niko al ver el semblante serio del jefe se puso de pie con miedo

- ¿Qué paso jefe? No abri el paquete de Joaquín, lo juro. Lo lleve al lugar y se lo dieron.

-¿Sabes que Joaquín esta ahí por ti?

-S...si

-¿Que tan buen amigo eres? - pregunto haciendo énfasis en la palabra amigo

-Y-yo

-tú tu tú, ¿Qué? Metiste a Joaquín en problemas y no te preocuparte por él. Él pudo delatarte, pudo hacerlo. ¿Lo sabes? Sin embargo no lo hizo.
Tú no te has preocupado siquiera en saber cómo está.

-No sabía que por mi estaría ahí. Tu celda siempre fue la última en ser revisada, Marcos. Realmente lo siento, crei que llegaría a tiempo a buscarlos.- las lágrimas de Niko caían por su rostro.- iré a decirle al guardia que son míos, tal vez lo dejen salir en mi lugar.

-No. No está allí por ti. Yo hice que no le den importancia a los cigarrillos. Pero si esto se repite una vez más, me encargaré que tus ojos no vuelvan a ver la luz del día. ¿¡Entendiste!?- gritó por último

-s...si

-¿Sí qué?

-Si, jefe. Lo siento.

Marcos

Me alejé de Nikolas porque sentía que descargaría mi rabia con él. Si no lo hice es por Joaquín. He visto que en los días que estuvo aquí solo se habló con el. Debe tenerle aprecio.

Sentia la furia dentro mío, observaba como cada persona que me cruzaba se alejaba de mi camino. Me siento un monstruo. Yo no soy esto.
Sin embargo, aquí dentro no conozco otra forma.

Me dirigí hacia mi cuarto. Allí donde me ocultaba de la realidad, donde podía volver a ser el Emilio que una vez fui
En ese lugar era Emilio. Sólo Emilio, sin ninguna máscara; sin fingir ser algo que no soy, sin guardias, si miradas asustadas y sin personas que me llamen Marcos.

Abri la puerta y me adentre en el cuarto, cerrando con seguro.

Tome mi celular y coloqué música.

El espejo totalmente pulcro me demostraba a una persona totalmente desconocida. Un joven alto, con rizos, su mirada estaba cansada y sus ojos ruegan por ayuda. ¿Nadie lo ve? ¿Nadie ve que está cansado?

En ese espejo se encontraba Marcos, el prisionero encerrado hace años.

-Hola Marcos, soy Emilio. Vine a ayudarte.
Sigueme. Sigue mis pasos.

Comencé a moverme al compás de la música, viendo el reflejo en el espejo.

No estoy demente. Se que somos la misma persona, de que somos el reflejo de mi realidad. Pero aquí me gusta pensar que somos dos personas con realidad totalmente opuestas. Aquí dentro,  la realidad ed que la persona en este mundo es Emilio y Marcos está encerrado en ese espejo.
Fuera de este cuarto Marcos es quien camina por los pasillos con aire de superioridad. Marcos es quien se relaciona con las personas. Emilio  es quien se encuentra dentro del espejo  de este cuarto, esperando a que Marcos llegue para darle vida por unos minutos.

Marcos piensa que Emilio está muerto, pero la realidad es que solo está encerrado, espera ser salvado por alguien....

Nadie lo ha intentado. Cada día siente que está más y más encerrado.

Mis brazos se mueven lentamente, doy vueltas al rededor del cuarto con los ojos cerrados. Las notas del piano me recuerda a mi infancia, cuando las tocaba en el piano que se encontraba en la sala de la casa de mamá.

Detengo mis movimientos soltando un pequeño suspiro y abro mis ojos.
Veo el espejo y noto algo diferente. Me acerco a él y veo los ojos de esa persona. Entre la angustia, la tristeza, el encierro y ma agonía encuentro algo nuevo... Esperanza.




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¿Alguna pregunta o duda?

El próximo lo subiré más tarde (:

danke fürs lesen ♡

All the love, xx.


mi pequeño prisionero  | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora