Otra vez había dejado un pétalo sobre mi pie y un racimo de uvas en mi regazo. Apenas lo sentí mientras dormía. En un inicio me hubiese negado pero el hambre era más fuerte que el orgullo.
En un instante devoré las uvas. Inspecciono el pétalo entre mis dedos. Era de un granate como la sangre.
Jamás entendí esos pequeños regalos. Desde liebres descuartizadas hasta piñas de abeto, todas colocadas en diversas partes de mi cuerpo. Nunca colocaba en el mismo sitio dos veces. La más graciosa fue sin duda la cabeza cercenada de un zorro sobre mi coronilla, mientras la sangre bañaba mi rostro. Despertar con la calidez y viscosidad en el cutis no es algo muy agradable cuando lo piensas dos veces.
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No caigas en la trampa
Werewolf★COMPLETA★ ★Advertencia: No juzgues a un libro por su portada y sinopsis. Puede la bestia sorprenderte mientras estás distraído... Página 23 del diario desconocido: -Me perteneces -gruñó él al verme directamente a los ojos. Todo mi cuerpo se estre...