Náusea

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Susúrrame al oído, igual que el viento de las tardes.

Envuélveme entre tus torvas manos y siente mi piel bajo las yemas de tus dedos.

Aúlla a la luna, para que el bosque entero se entere de lo prohibido que hacemos.

Calla mis lágrimas con tu boca, recógelas entre tus labios.

Cubre mis labios con los tuyos,  déjame sentir tu lengua contra la mía y desenvuelve ese instinto tan primitivo dentro de mí, el cual tu ya estás muy acostumbrado.

Repíteme en mi boca la razón por la cuál me tienes cautivo en tu guarida. Eso me enciende.

Déjame tocar tu fornido cuerpo; tu mentón de naciente barba que raspa; las líneas de expresión que se forman alrededor de tu boca cuando sonríes.

Muéstrame quien es el depredador y devórame sin piedad.

Te lo ruego...

Hazlo como el lobo devora al cervatillo.

Haber escrito eso me causaba demasiadas náuseas...

No caigas en la trampaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora