No caigas en la trampa

Final

La sombra del lobo

Se oyen muchas historias sobre mí. Pero solo yo te conté la verdad.

Mi pueblo me traicionó, me hechizó, me envenenó y me asesinó.

El lobo solo se convirtió en un actor de mi historia.

Y yo solo la dejé fluir como el río que se arrastraba bajos mis pies en mis últimos días de humanidad.

Antes de que el hechizo de la pitonisa me consumiera y me convirtiera en un ser de sombra.

Morí por unos instantes pero el lobo con su magia me ayudó y me unió a sí mismo convirtiéndome en su sombra.

Y ahora él se había apoderado de toda la luz de su ser y del mío mientras que yo lo hice al revés.
Yo me apoderé de tanto su oscuridad como la mía.

Su pelaje se tornó blanco puro y mi piel cayó como jirones de carne podrida.
Staz obtuvo el poder de luz de sanar y ayudar mientras que yo obtuve el odio y la violencia.

Y el bosque nos designó una tarea para el resto de la humanidad.

Quiénes se topen con nosotros en medio del bosque y nos vean a los ojos, serían juzgados o maldecidos.

Staz continuaría nutriéndose de la tierra y yo seguiría arrastrándome por la infratierra.

Para algunos parecerá un destino horrible para mí pero, no lo era del todo.

Lo tenía a él, lo único que alguna vez tuve.

Y él, me amaba aún debajo de la masa de podredumbre en la que me habían convertido.

El odio, la angustia y la oscuridad de los demás me nutrían todos los días.

Y a Staz no le importaba.
Él ahora era sabio y prudente y siempre me mantenía a salvo.

A él lo adoraban y a mí me temían.

Diría que los patrones se invertieron pero estaría mintiendo.
Yo nunca causé nada hacia nadie.
Y ahora soy importante.

Importante para algo.
Importante para alguien.

Staz da la vida.
Yo otorgo la muerte.

Somos diferentes.

Pero a la vez,
Somos complementarios...