Staz me había invitado a su ritual tan preciado. Apenas tenía unos meses que me había soltado y la mordida sobre mi hombro todavía me ardía. Tenía un gigantesco hematoma que recorría la superficie de mi piel en un color verduzco y amarillento. Poco a poco iba desapareciendo.
Lo que quizá jamás se desprenda de mi piel es la marca que el lobo me hizo.La marca que indicaba que yo era de su propiedad.
Corríamos con la nieve crujiendo bajo nuestros pies. Staz aún no se transformaba en lobo. Permanecía allí, con su torso bien definido y plagado de cicatrices corriendo bajo el frío del bosque. Su cabello de plata había crecido tanto que casi no le dejaba ver el sendero trazado.
Corrimos hasta un valle cubierto de nieve, no muy lejano de su guarida. El lago estaba frente a nosotros.
Y allí, bebiendo el agua que aún no estaba congelada, un grupo de caribúes machos esbozaba sus imponentes cornamentas en una pelea feroz por las hembras.
Una guerra sangrienta que Staz y yo nos dedicamos a observar ocultos entre el follaje, ansiosos de que el ambiente se calme para irrumpir al ejemplar más débil y dañado.
Staz parecía inquieto en su sitio. Yo mantenía lista mi lanza improvisada oculta entre los arbustos.Un caribú viejo y vencido apareció alejándose del grupo...
Un blanco perfecto.
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No caigas en la trampa
Werewolf★COMPLETA★ ★Advertencia: No juzgues a un libro por su portada y sinopsis. Puede la bestia sorprenderte mientras estás distraído... Página 23 del diario desconocido: -Me perteneces -gruñó él al verme directamente a los ojos. Todo mi cuerpo se estre...