Recuerdo que en cuanto pusimos las maletas en el cuarto de invitados tú y mi prima estaban saliendo de tu habitación. La casa es enorme por lo cual había cuartos de sobra donde cada uno pudiera quedarse, pero tú y Stephanie decidieron compartir habitación. Como ya me esperaba hicieron amistad de inmediato y los tres juntos dimos un paseo por el campo para estirar las piernas entumecidas por el largo viaje.
– ¿Stephanie te gustan los caballos? – preguntaste a medida que nos acercabamos a los establos donde sabía que estarían Caramelo y Tormenta los futuros papás del potro que venía en camino.
– Dime Chispita o Steph, solo mi madre me llama por mi nombre completo y es cuando tengo miedo sé que algo malo hice – los tres nos reímos del comentario de mi ocurrente prima y cuando logro calmarse te respondió – Me gustan los caballos, en la casa de mis abuelos paternos tengo una yegua llamada Flama – sacando su celular del bolsillo de su campera busca en la galería la foto de la yegua colorada que sus abuelos le regalaron cuando cumplió trece.
– Seremos grandes amigas Chispita – ofreciéndole tu brazo mi prima entrelazo el suyo y juntas entraron al establo.
Chispita coincide conmigo en decir que fuiste efímera debimos haber compartido más tiempo juntos.

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Efímera
Short StoryRecuerdo nuestra historia como si ayer la hubiéramos vivido. Porque nuestro amor fue corto, pero fue de esos que te penetran hasta el alma. Tu existencia fue tan efímera como una suave brisa fresca de verano. Esto lo hice para ti mi rayo de sol, tu...