15: Es el momento, blandito.

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—¿Estás segura? no hay porque hacer esto.

Le hacía saber el castaño, creía que ella se había tomado a pecho eso de ir a visitar a su abuela. Ya había pasado su etapa hormonal con unos cuantos días más y ella estaba mejor. TaeHyung creía que aquella plática había quedado en el olvido, pero no.

Ella de la nada le había hecho saber que irían a visitar la sepultura de su abuela. Cosa que al castaño le tomó por sorpresa, creía que sólo lo había dicho por decir pero ante aquella información y la seriedad de ella se dio cuenta que iba más que enserio.

—Siempre estoy segura. —Le recordó—. Ahora, mueve tu trasero, te esperaré en el auto.

Dedicándole su mirada de advertencia ella se marchó, y eso bastó para que TaeHyung comprendiera que no le quedaba de otra que aceptar, a parte de que no negaría que le encantaba la idea de ir a visitar a su abuela.

Ella por su parte se dirigió primero a su despacho antes de esperar en el coche como le dijo. Una vez en este le hizo saber a uno de sus hombres que quería ver a WonHo, pero su sorpresa fue que luego de su búsqueda no estaba.

Una sensación extraña le invadió, esta era la tercera vez que desaparecía sin decir nada, de algún modo no le agradaba y le hacía pensar cosas que no debía. Pero era extraño que desde aquella noche que durmió con Kim, su comportamiento cambiara de esa manera, no era la primera vez que sucedía algo como eso, pero nunca se había comportado él de esa manera y no quería pensar cosas extrañas. Cosas que nunca se imaginó, pero sus salidas sin avisar, esas extrañas llamadas y... su comportamiento en sí, le hacían dudar de él.

Les hizo saber a sus hombres que en cuanto apareciera, le dijesen que le llamara o por lo menos diera señales de vida, tenía que hablar seriamente.

Su humor decayó un poco pero eso no le impediría su salida con TaeHyung, se dirigió al auto y lo esperó. No bastó mucho tiempo cuando la puerta del copiloto fue abierta y un muy hermoso y oliente castaño ocupó aquel asiento. No le importó y lo escudriñó con su mirada, saboreando aquel exquisito éxtasis de lujuria que le abordó al verlo de aquella manera. Sacudió su cabeza, no era momento, iban hacia un cementerio por Dios.

—¿Tu conducirás? —Preguntó el castaño.

—¿Ves a alguien más? 

—Es obvio que no... lo digo porque...  ¿iremos solos?

Ella asintió. El silencio reinó y arrancó el auto en dirección al cementerio, no tardaron mucho en llegar, pero si se les fue el tiempo un poco en buscar unas flores exactas que el castaño quería comprar para llevarle a su difunta abuela, una vez obtenidas llegaron a su destino donde no tardaron en llegar a la sepultura y ella darle espacio para que TaeHyung charlara con su abuela.

Luego de un tiempo volvió a acercarse y como le dijo, le agradeció a la mujer por haber criado a un excelente hombre que sabía tratar a una mujer en esos horribles días. TaeHyung no iba a negar que le sorprendió y no lo esperaba, pero le hizo feliz ver como ella se dirigía con respeto y hablaba de él como quizás nunca más lo haría, era halagador. Ella volvió a darle su espacio despidiéndose de la anciana y haciéndole saber que lo esperaría afuera de aquel desolado lugar.

—Sabes...  —Empezó el castaño a decirle a su abuela—,  creo...  creo que me gusta de gustar  —sonrió ante sus palabras—,  y me aterra el enamorarme de ella y no ser correspondido, sé que no es alguien de la cual deba hacerlo, ella... está claro que no se enamoraría de mí y eso... se siente horrible  —Miró al cielo y sonrió—.  Seguro te habría caído bien, tiene su carácter, pero sé que en el fondo es dócil y comprensiva, espero conquistarla, abuela. 

LilithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora