18: poco a poco, floreciendo.

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Los días se le pasaban entre las manos, todo estaba fluyendo y de manera tranquila luego de mucho tiempo y eso le era extraño a la pelinegra que estaba acostumbrada a tener una vida para nada tranquila.

Sus hombres y contactos estaban a la espera de cualquier movimiento. Con NamJoon ya había hablado y puesto a regla todos los documentos a necesitar, sólo esperaba encontrar las últimas pruebas concretas de las últimas transacciones ilegales y otros asuntos que se le escapan.

Su hermano estaba bien y esperaba que todo termine de buena manera. Le amaba demasiado como para verle sufrir, por lo mismo portaba a varios de sus mejores hombres con él, como medio preventivo.

Con TaeHyung.... Con él todo marcha de maravilla y eso de alguna manera le inquieta, han interactuado más últimamente. Sus coqueteos sutiles, roces y uno que otro beso, ya sea uno pequeño o uno profundo, los transportaba a sentir un sin fin de emociones, a ambos, pero la pelinegra se martillaba más. No eran nuevas esas emociones pero le aterraba la intensidad con la que estas arrasaban,  eran más fuerte de la última vez que las sintió y eso es lo que le inquietaba.

TaeHyung estaba convirtiéndose en alguien extremadamente importante para ella, ganándose poco a poco su confianza y entrando a lo más profundo de sus sentimientos. Era un mar de emociones cuando aquel castaño tomaba su mano, era una acción tan común,  ella hace mucho no sabe que es lo común, pero ese castaño le hacía experimentar todas aquellas cosas "comunes" que ya no sabía que podía hacer.

Los cuartos de ambos habían sido testigo de noches de películas, besos, toqueteos, risas y la unión de ellos en uno sólo. Se han pasado varios días conviviendo de la manera más normal que se pueden dar a disfrutar en su situación. TaeHyung sin siquiera pedirlo, a entrado a su corazón para quedarse ahí y no salir, esperaba que él se mantenga siempre ahí, a su lado. 

Sólo pedía eso, que siempre estuviera con ella y demostrándole que si puede ser feliz, experimentar aquello que llaman, amor.

—En quince minutos te quiero dentro del coche. —ella le dice a TaeHyung en un tono demandante.

—¿A dónde iremos? 

—Tu quieres ser más partícipe en esto, así que no preguntes y has lo que te digo.

TaeHyung sonrió en gran manera y no detuvo el impulso de dejar un casto beso en sus labios que denotaba su emoción. Ella se quedó estática por ese acto frente a algunos de sus hombres que desviaron la mirada por presenciar dicha escena, no eran desconocedores de lo que pasaba entre ambos pero presenciarlo era otro rollo.

—Estaré puntual. —el castaño le dice y sale corriendo a vestirse a su habitación pero se detiene a media corrida—. Amm... ¿Es un lugar formal?

—Descuida, puedes ir como te plazca, entre más urbano, mejor.

TaeHyung asiente con su cabeza y retoma su corrida con aquel brillo en sus ojos. Sin duda se alegraba que ella al fin lo tomase en cuenta.

Su emoción era palpable, le emocionaba salir con su... con su... con ella. Le emocionaba.

Se vistió de manera casual, unos vaqueros un tanto ajustados y una camiseta que se ajustaba muy bien a su cuerpo, un atuendo simple y cómodo, sin faltar una chaqueta de lona fina. Con una sonrisa salió de su habitación topándose con su adorado amigo Jimin que lo vio sorprendido por tanta felicidad irradiada.

—Alto ahí florecita ¿A dónde?

—Voy con tu hermana. —le dice mientras le sonríe ampliamente.

—¿Te llevará? —El castaño asiente—. Vaya, eso es... vaya... No tengo palabras. No la hagamos esperar entonces.

TaeHyung no dijo nada sólo volvió a asentir caminando a la par del rubio quien hablaba y hablaba de lo fascinante en el cambio de su hermana por él. Por su parte sólo sonreía sutilmente por ser quien le propine esa felicidad a ella. Era en verdad halagador.

LilithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora