26: ¿Se acabó?

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Los gritos de TaeHyung podían escucharse por todo el lugar, así que su hermano ordenó a uno de sus hombres a que le tapara la boca, con la blusa que ella usaba lo hicieron. 

El tipo estaba más que satisfecho con toda la situación, era hasta cómico ver a su hermano desesperado por esa perra, ver como se retuerce por alguien insignificante para él. Niega mientras en su mente agradece ser fuerte, ser alguien que levantará el nombre de su padre, alguien que está a punto de lograr lo que siempre quiso. Vengarse y ser poderoso. Con esos miles de millones, seguro sería más que poderoso, todos lamerían por una sobra de esas. Todos esos viejos asquerosos que se disfrazan bajo una mascara de felicidad y entendimiento, a un pueblo que se deja engañar fácilmente.

Se posicionó a un lado de ella y apuntó su arma a su sien, ella suspiró en espera de aquella bala fuera liberada.

—Despídete de ella. Oh, cierto... no puedes... —Ríe.

La pelinegra conecta sus ojos con los del castaño, esos ojos que dejaban caer pesadas lágrimas, lágrimas de dolor, sufrimiento y disculpas; sus ojos rojos por el llanto le miraban por última vez, se iría con un bonito recuerdo. Le sonrió, le sonrió por última vez, dejando que viera que por mucho que la lastimó con todo esto, fue feliz ese tiempo con él, le hizo tocar el cielo por unos instantes, tocar esa pequeña felicidad envuelta en amor, un amor que al final la lastimó, pero que siempre estará en su ser, sea a dónde vaya.

TaeHyung se removió con más ímpetu al ver como sonreía para él, esa sonrisa sincera y llena de amor, le dolió, lloró más y con desesperación palpable mientras escuchaba al tipo reír. Ella no borró su sonrisa.

Después de todo, se encontraría con su padre, no de la mejor manera pero lo haría después de todo, aunque dejara desprotegido a Jimin. En su mente sólo se reproducía la sonrisa de aquel castaño, aquella manera de como la trató, con mucho amor... aunque no lo fuera del todo. Aquella mirada que siempre le regaló, ¿era tan bueno fingiendo? se preguntaba, porque en aquellos ojos siempre pudo ver la sinceridad de sus sentimientos, en la manera de mirarla al hacer el amor, en la manera que contemplaba su existencia. Él no podía mentir ¿cierto?

Igual ya no importa, ya nada importa.

Morirá. Morirá sin haber sido de utilidad.

Su sonrisa nunca flaqueó al verla y susurrando un "siempre te amaré" hacia el castaño, cerró los ojos y el disparo retumbó por todo el lugar.


♡♡♡


Jimin tenía su mano justo al lado su corazón mientras caminaba de un lado a otro en su habitación, quería saber qué sucedía, quería salir e ir en busca de su hermana, cosa que no era posible al estar encerrado en aquellas cuatro paredes. Los hombres le dijeron que su hermana fue la que dio las órdenes exactas de encerrarlo y no dejarlo salir, con eso sabía que nada bueno sucedía. Por eso mismo es que no dudó en llamar a NamJoon y es el motivo por el cuál está más que nervioso y afligido.

Según NamJoon, su hermana está en la garras de ese infeliz, eso es todo para ponerle los nervios de punta y temer por su hermana. Ese tipo tiene su odio, engañó a su hermana y sólo la utilizó para llegar al dinero que todos quieren, su sorpresa es saber que es el hijo de aquel asqueroso ser que robó la pureza de su hermana, y no sólo eso, sino que... Tae también lo era, era hijo de esa escoria. Eso lo descolocó al escucharlo, ya que su hermana sufriría por ello.

Sólo le quedaba esperar y rezar porque su hermana saliera bien de todo ello, es su única familia y no quería quedarse solo, no quiere perder la persona que ha cuidado de él, a la persona que siempre a estado a su lado. 

LilithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora