Lilith

24: Encuentro.

Decir que estaba asustado, era poco. Después de haber escuchado todo lo que Jimin había dicho lo había dejado más que aterrado con todo lo que podría pasar. Ella...

No podía ser cierto, su pasado era horrible, ahora entendía su comportamiento, el porqué lo alejaba, el como le costó confiar, en abrirse a él, en cuerpo y alma, en su amor...

Demonios.

Se levanta de golpe asustando al rubio por su arrebato, lo mira con inquietud y el castaño sólo le sonríe con tristeza.

—Lo siento tanto, Jimin. Por todo. —Abraza al susodicho y luego se separa—. Me tengo que ir.

—¿Irte? ¿Dónde?

—Tengo que hacer algo...

Jimin sólo asiente y le desea buena suerte. TaeHyung sale a toda prisa de la habitación. Toma su móvil y empieza a marcar un número en específico, siendo la operadora quién le contesta, chasquea la lengua y maldice. Uno de los tipos lo detiene antes de salir obstaculizando su paso.

—Quítate, tengo que salir.

—La señora no permite que vaya solo. ¿A dónde lo llevamos?

—Esto... yo puedo cuidarme. —Gruñe con fastidio y hombre no se inmute en ningún momento.

—Sale con alguien o no sale. —Firmemente le dice y a TaeHyung no le queda más remedio que aceptar, sino no podría salir.

Una camioneta es preparada para él con unos hombres dentro de ella, era de esa manera o no lo era. A toda prisa sube y sigue insistiendo con su móvil, da la dirección a uno de los tipos y con cara de asombro asiente y la camioneta da marcha.

♡♡♡

Había llamado a NamJoon para decirle que estaba de camino y que se vieran en un lugar seguro, el mencionado le dijo que no podía salir así que no les quedaba otra mas que verse en la pequeña oficina del fiscal. 

Su teléfono se estaba descargando, no se había percatado que su batería estaba muriendo, no importaba, cuando llegara con NamJoon pediría su cargador prestado, aunque sea unos minutos. 

Estaba feliz, por fin todo estaba marchando de maravilla. 

Estaba dejando sus miedos del pasado, estaba por atrapar a esos infelices y lo mejor de todo...

Se había enamorado.

Estaba enamorada de la mejor persona del mundo, ante sus ojos lo era. ¿Que más podría pedir? su hermano estaba bien y su blandito le daba esa pizca de felicidad que hace mucho había perdido. Era el indicado o al menos esperaba eso, poco a poco entró en lo profundo de su ser, rompiendo cada una de sus barreras y quedándose ahí, enterrado en su corazón. 

Sonrió.

Nunca creyó enamorarse, hace tiempo perdió esa esperanza, diciéndose que ninguna persona la aceptaría, que ella estaba marcada y nadie querría una persona así. ¿Su blandito la amaría a pesar de eso? No lo sabía, después de todo, no sabe si la ama, no esperó su respuesta al decirle sus sentimientos, fue vergonzoso decirlo en voz alta, no lo haría de nuevo. Aunque de algo estaba segura, aquella mirada en los ojos del castaño no podría mentir, sentía ese amor, sólo esperaba no equivocarse.

Suspiró. Sólo tenían que soportar un poco más, sólo un poco más y quizás tener una vida normal, quizás... ¿tener una familia? 

Negó, estaba yendo muy lejos, ella ni siquiera fuera capaz de darle una...