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NOTA: Wuu 200 leídos :)

Pablo echó un vistazo al pequeño calendario que tenía pegado en su refrigerador cuando cerró la puerta de este después de haber sacado el galón de leche.

–4 de octubre... qué rápido pasa el tiempo.– murmuró para sí mismo.– Ni siquiera me di cuenta cuando inició otoño...

Miró desde su lugar al alce que dormía en el sillón debajo de tres cobijas gruesas pertenecientes del pingüino. –¿Enserio hace tanto frío?– Pensó.

• • •

–Oye, Ty... –Dijo en un volumen muy bajo, pero el otro, al estar cerca, logró escucharlo. Solo se limitó a dirigirle la mirada esperando a que hablase.– Ya empezaron los climas fríos, ¿no? –Preguntó fingiendo ser simpático, pero solo se escuchaba nervioso.

–Solo ve al grano. –Contestó fríamente mientras se llevaba un pedazo de carne a la boca.

–Es que... he pensado que debes pasar mucho frío en la noche, y quisiera saber si te gustaría... –Tragó saliva antes de formular su pregunta– ¿Dormir conmigo, en mi cuarto?

–Dormir en tu cuarto... contigo. –Dejó sobre su plato el cuchillo y tenedor que sostenía con ambas manos y giró su cabeza hacia el pequeño, levantando una ceja. Le tomó unos segundos a este para darse cuenta del malentendido.

–¡N-no hablo de eso! –Chilló desesperadamente.– Solo que, en vez de la sala, duermas en mi cuarto para que estes más cálido y abrigado, ¿sabes?, puedo darte mi cama o algo...

–Bueno, está bien. Mientras me dejes dormir en paz.

–¡Gracias, Ty! –Corrió a abrazar al pelirrojo, olvidando por completo lo estricto que era con su espacio personal.

–Chico... –Dijo entre dientes resistiendo las ganas de herir al otro por dicha acción, pero parecía no escucharle.– ¡Pablo! –Gritó golpeando la mesa con un puño, el mencionado dió un salto hacia atrás inmediatamente, estaba temblando.

–P-perdón... en serio...

–Solo limpia esto. –Le entregó su plato ahora vació a este para luego ir hacia el baño.

• • •

¡Tyrone! –Alzó la voz de tal modo que le escuchara desde el piso de abajo.

Terminó de acomodar varias sábanas en el piso simulando un colchón; pensaba dormir ahí para dejar su cama al alce.

Después de unos segundos este entró a la habitación. Se quedó parado en la puerta mirando el lugar con detenimiento: al igual que toda la casa, era bastante pequeño, pero parecía un poco amplio por las grandes ventanas que había y la poca cantidad de muebles y adornos.

–Eh... puedes dormir en mi cama. No es muy grande pero creo que la encontrarás cómoda y--

–¿Acaso crees que dormiré ahí? Solo Dios sabe lo que tanto harás ahí. –Mientras el pingüino, sorprendido, se sonrojaba elevadamente ante tal respuesta, este caminó hasta el montón de sábanas del piso.– Quédate con tu cama, voy a dormir aquí.

–Uh, está bien...

Una vez que ambos ya estaban acostados en donde habían establecido, a Tyrone solo le quedaba esperar a que el otro dejara de hablar sobre sus problemas personales y se callara de una vez.

–... Pero bueno, será mejor que me duerma, tengo mucho por hacer mañana. –Concluyó.– Buenas noches, Ty.

–Sí, lo qué sea.

relación caótica • TyronexPabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora