Era de noche ya, Tyrone se había pasado todo el día trabajando en la computadora, desde el suceso de la pandemia ahora le pedían hacer sus trabajos en casa y de forma virtual.
Una vez terminó, bajó las escaleras para buscar algo qué cenar, estaba agotado de estar horas y horas sentado sin nada más qué hacer que teclear. Miró de reojo a su compañero, quien estaba sentado en el sofá de la sala mirando su teléfono mientras comía fresas de un tazón que tenía a su lado.
–Hey. –Le saludó seco, no estaba en sus planes iniciar una conversación.
–Ty, hola. ¿Acabaste ya? –Contestó el otro apartando la vista de su dispositivo para verle. El alce no lo veía, pero estaba moviendo su cola, feliz de verlo después de un largo rato.
–Ajá. –Dijo mientras abría el refrigerador, buscando algo para comer.– No hay nada, cuando pueda iré al
supermercado.–Ya iré yo, tranquilo.
–... –Le miró desde la cocina a punto de responderle, quería hacerle saber que no hacía falta que él se molestara en hacer eso. Pero hubo algo en él que lo hizo callar; verlo sentado entretenido, moviendo ligeramente las patas expresando tranquilidad, mientras masticaba torpemente una de las fresas.
Sin decir nada, cerró la puerta del refrigerador y caminó hacia él.
–¿Hm? –Nota como se acerca. Se limpia el pico con la aleta, ya que se había manchado un poco mientras comía.– ¿Quieres? –Refiriéndose al tazón con las frutas.
Tyrone simplemente se sentó a lado suyo, apoyando los brazos atrás del sofá. Gira un poco la cabeza tratando de saber que era lo que tenía tan interesado al pingüino.
–¿Gatos? –Dijo con cierto tono de confusión.
–Me gustan. Este canal en específico es de mis favoritos, sube muchos videos sobre sus gatitos.
–Vaya mierda, creí que sería algo más interesante. –Mientras volteaba a otro lado, siente como el contrario le da una palmada en el muslo, una muy leve, era obvio que lo hizo bromeando.– ¡Ey! –Contesta él, siguiéndole el juego.
Él pequeño ríe un poco, con la risa boba y juguetona que siempre le ha caracterizado. A Tyrone le gustaba escucharlo reírse, aunque no supiera exactamente por qué, pero le parecía algo agradable de oír.
Acaricia su cabeza con un poco de fuerza, la suficiente como para despeinar sus plumas, que hizo que la risa del otro continuara.
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relación caótica • TyronexPablo
Fiksi PenggemarTyrone se había metido en problemas, unos muy graves. En un intento desesperado por escapar de ellas conoce a Pablo por coincidencia. Ambos empiezan a relacionarse hasta llegar a un romance... no muy común. •TyronexPablo •Capítulos (muy) cortos •Am...