relación caótica • TyronexPablo

18

Pablo despertó como un día cualquiera. Miró el alrededor de su cuarto mientras se estiraba aún sentado en la cama; no estaba Tyrone, ese día trabajaba más temprano.

Mientras bajaba por las escaleras fue interrumpido por una voz.

–Buenos días. –Era Tasha, sentada en el comedor mientras leía un libro. Había olvidado que se quedó a dormir, a petición de Tyrone como era de esperarse.

–Sí... Buenos días. –Dijo con un tono seco. Su rostro ligeramente alegre a uno más serio en cuanto vio a la chica, aunque esta no lo notó.

Caminó cerca de ella tratando de llamar su atención o hacer contacto visual. Solo quería desayunar algo y hacer como si no le interesara.

Tomó una manzana: lo primero que encontró apenas entró a la cocina, y estaba a punto de volver a su cuarto hasta que Tasha volvió a hablar.

–¿Qué? ¿Me vas a dejar sola? –Cerró el libro y volteó hacia el pingüino, quien no dijo nada, solo temblaba.– Anda, siéntate.

El chico caminó cuidadosamente sin perder la vista de la otra, sentía que le haría algo. Se sentó a lado suyo y dejó la manzana en la mesa.

–Bueno, ¿Cómo es vivir con Ty? –Preguntó esta con una sonrisa.

–Bien... supongo.

–¿"Supones"? –Hizo una pausa por unos segundos para luego continuar.– No mientas; sé que puede ser algo frío y agresivo, pero apenas se está acostumbrando. No tiene mucha experiencia socializando.

–Sí, ya me di cuenta. –Empezó a jugar con sus aletas y bajar la mirada hacia estas.– Pero aún así, creo que es algo tierno...

Tasha al escuchar esto se quedó sorprendida, pero rápidamente su gesto cambió a una sonrisa pícara. Lo había atrapado y ahora ya no se lo podía negar.

–"Tierno", ¿dices?

Inmediatamente Pablo se dió cuenta de su error y se tapó la cara con las aletas al mismo tiempo que se ruborizaba.– Mierda, ¿Por qué dije eso? –Murmuró para sí mismo, pero la otra pudo escucharlo.

–No te preocupes, ¿está bien?. No le diré que dijiste eso.

–Por favor, no lo hagas. –Dijo aún decepcionado. Pero para su suerte en ese momento la puerta principal se abre mostrando a la persona mencionada. El alce entró al hogar mientras se quitaba el sombrero.

–Ty... no escuchaste lo que estábamos diciendo, ¿verdad? –Caminó la chica hacia él.

–¿Decir qué? –Esperó unos cuantos segundos para mirarle con de forma amenazante.– Estaban hablando de mí, ¿no es así?

–No, no era nada importante.

El alce los miró a ambos en silencio. –Más les vale... –Dijo después de fruncir su ceño y caminar a su habitación.

Hola, perdón por la tardanza, pero es que se me fue la creatividad xd pero trataré de actualizar más.