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Pablo cruzó por la puerta para entrar, después de ir a llevar al canguro a su propio hogar. Simplemente no quería seguir cerca del alce después de todo lo sucedido.

Cuando entró a la sala y volteó hacia los sillones, lo vió acostado en uno de ellos, observando la televisión algo adormilado.

–Tyrone, pensé que estabas trabajando.

–Terminé, ahora déjame en paz.

El chico lo ignoró por completo y caminó hacia él, llevando consigo una bolsa de compra.

–Hey, –Comenzó, buscando algo ahí.– Te compré unas empanadas. [es lo único que se me ocurrió Xd]

–¿Qué? –Dijo algo confundido, mientras veía el empaque le dió el otro.

–¿No las has probado? Cielos... –Se dirigió a las escaleras y empezó a subirlas.– Bueno, me voy a bañar. Cuando vuelva me gustaría escucharte decir un "gracias".

–Sí, lo que sea.

•  •  •

Buscó entre todo los cajones de todos los muebles que había dentro de su baño pero no encontraba lo que buscaba. Así que procedió a bajar por las escaleras para decirle a su compañero, no sin antes enrollar la mitad de su cuerpo con una toalla.

–Oye, Tyrone. ¿No has visto la... –Se quedó callado cuando lo vió en el mismo lugar que antes, pero ahora con la hipopótama encima de él.

–¿No he visto qué? –Contestó este, después de apartar sus manos de la cintura de la otra.

–Ah, hola Pab--

–¡TYRONE! –Gritó realmente enojado, y corrió hacia ellos.– ¡Te dije que eran solo para ti!

–¿Qué? Si ni siquiera he abierto el empaque...

–¡No me importa! ¡Lo había comprado solo para ti, nunca dije que podías--

–¡¿Te quieres calmar?! –Lo abofeteó, con tal de hacerlo callar.– ¿Qué te pasa? No hemos hecho nada.

–Sí, claro. Me voy. Jódanse los dos. –Volvió a caminar a las escaleras, listos para volver al segundo piso, pero se detuvo algo apenado.– Eh... ¿Sabes dónde está la secadora?

–Arriba de tu armario.

–Ah, sí. Gracias.

•  •  •

La puerta de la habitación se abrió, lo primero que vió el alce al entrar fue al pingüino. Estaba sentado en el piso mirando a la pared, mientras se secaba las plumas con su secadora.

–Oye...

–¿Qué quieres?

–¿Por qué estás tan raro? –Se dirigió hacia él y se arrodilló para estar más cerca.– Antes estabas de buen humor.

–¿Por qué te importaría? ¿No tienes algo mejor que hacer? Tasha te está esperando.

–...

–...

–¿Estás celoso, no?

–¿Qué? –Exclamó sorprendido, haciéndolo mirar hacia los ojos del pelirrojo.

–¿Estoy en lo cierto? ¿Estás celoso?

–N-no... Ya déjame en paz.

El alce se rió levemente y caminó para salir del cuarto, pero fue interrumpido por el más pequeño, quien lo abrazaba lo más fuerte posible.

–¡No, no quiero que te vayas?

–¿Qué? ¿No quieres que esté con Tasha?

–No quiero que me dejes solo... –Murmuró, dejando al naranja pensando por un rato.

Después de unos segundos lo apartó de él lentamente, moviendo su cabeza con una mano.

–Tus plumas están... húmedas... –Comentó con un poco de desagrado, a la vez que secaba su mano con su camisa, para finalmente salir de la habitación.

[No me gustó mucho pero fue lo único que se me ocurrió jsjs]

relación caótica • TyronexPabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora