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[Estaba aburrida unu, así que me puse a escribir]

–Oye, Ty. –Dijo el pingüino con un tono de voz natural, el otro solo movió la cabeza en señal de que continuara.– ¿Recuerdas a Uniqua?

–¿La chica de rosa? Sí.

–Vendrá a la casa en la tarde, ¿no te importa, verdad?

–Me da igual, chico. Haz lo que quieras.

–...Bien, supongo. –Se acercó un poco más, empezó a jugar con sus aletas y tragó saliva antes de volver a hablar.– Pero por favor, trata de socializar con ella.

–Estás pidiendo demasiado. –Respondió fríamente.

–¡Por favor, Ty! solo quiero que te lleves bien con mis amigos... –Restregó su rostro en la camisa del alce sollozando, y aunque no lo hizo con la intención de irritarlo, lo logró. Este rápidamente lo tomó de la cabeza y lo apartó de él para luego dar un profundo suspiro.

• • •

–¡Me ganaste! por séptima vez...

–Siempre olvidas que tiene que ser el mismo color, Pablo. –Dijo la chica entre risas.

Mientras los dos jugaban un juego de cartas, el pelirrojo solo los veía, callado, esperando a que hicieran algo "interesante" antes de que se quedara dormido.

–¿Qué pasa? ¿te cansaste? –Preguntó la otra como una madre a su hijo al ver que el pingüino dejaba caer sus cartas hacia la mesa con una cara desanimada.

–Sí, estoy aburrido. Iré por agua, ¿ustedes quieren también?  –Se dirigió a sus compañeros después de levantarse de su silla. Ambos asintieron.

Uniqua esperó hasta que el pequeño se fuera a la cocina para conversar con el alce.– ¿Cómo va la vida viviendo con Pablo por casi cinco meses?

–Bien... supongo. –Respondió con un gesto inexpresivo, mirándose ambos a los ojos.– Se ha vuelto menos insoportable con el paso del tiempo.

–Solo era cuestión de acostumbrarse. ¿Sabe? Desde antes que viniera Pablo siempre me decía que se sentía muy solo en casa, por eso le gustaba salir a visitarme con cualquier excusa, pero me alegra que ahora ya no esté tan aburrido como antes.

–Entiendo. –Murmuró.

–Pero en vez de hablar de él, mejor cuénteme sobre usted, ¿Cómo fue que empezó a vivir con-- Tyrone sabía exactamente la pregunta que iba a formular, y ya estaba pensando en el motivo que iba a inventar, pero para su fortuna, llegó el pingüino con dos vasos de agua, impidiéndole terminar su oración.

–Veo que se están llevando bien. –Dijo este último mientras les entregaba un vaso a cada uno.

–Sí, Tyrone parece ser alguien agradable, –Comentó la otra mientras veía al mencionado con una sonrisa, haciendo una pequeña observación de pies a cabeza por un segundo. Este solo se quedó callado.– aunque no se disponga mucho a conversar...

–Sí... pero estoy seguro de que se le pasará. –Agregó casi susurrando compartiendo un guiño un poco discreto a la chica. El naranja solo los miraba con seriedad, tratando de ignorar el hecho de que hablaban de él y disimulando desinterés.

relación caótica • TyronexPabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora