Era de noche, Austin seguía en la casa de su amigo porque aún le costaba caminar perfectamente, además de que no quería estar solo.
Él y el pingüino estaban en la sala mirando la televisión, ambos tapados por una misma cobija.
–¿Aún te duele? –Preguntó el azul mientras veía la venda del otro, que se llegaba a transparentar a través de la camisa que él le presto.
–No... casi no.
–¿Seguro que estás bien? –Insistió, realmente se sentía mal por lo que le había pasado hace unas horas.– ¿No necesitas algo más? Comida, ropa, un baño...
–No soy doctor, pero no recomendaría que la herida tocase el agua. –Comentó Tyrone viéndolos desde las escaleras, a su lado estaba Tasha.
–¿No les había dicho que nos dejaran solos? –Alzó la voz, enojado. El alce rodó los ojos y él y su compañera empezaron a subir hacia la habitación.– ¡Espera, Tyrone! –Volvió a exclamar, haciendo que los dos anteriores volvieran.
–¿Me quedo o me voy? Ya decídete, chico.
–¿No deberías disculparte con alguien? –Dijo con un tono serio, aunque no se le daba bien.
–Tiene razón. –Agregó la chica.
–¿Tú... –Empezó este con un tono diferente, a la vez que caminaba hacia al canguro.– ...Quieres que me disculpe con él? ¿Después de todo lo que hizo?
–¡Por supuesto! –El pingüino corrió y se puso enfrente de él para que se detuviera y así evitar que le volviera a hacer algo a su amigo. Se escuchaba demasiado enojado.– ¿Acaso piensas no hacerlo, después de todo lo que tú hiciste?
Ambos chicos estaban frente a frente viéndose a los ojos por un buen rato. El azul, a pesar de tener que mirar el otro desde más abajo, no se dejó intimidar por eso y no perdió su compostura. Aunque el hecho que por la manera en que el alce le miraba pareciera como si le estuviera examinando le hacía sudar.
–Eh, Pablo... –Decidió hablar el tercer chico, pero su voz se escuchaba muy frágil y se le dificultaba sacar las palabras de su boca.– Llévame a mi casa, por favor. No sé si pueda seguir aquí.
–¿Qué? Austin no hace falta que te vayas. –Caminó hacia él para calmar al canguro, podía escuchar como su corazón latía aceleradamente. Miró al pelirrojo sin decir nada por unos segundos.– Es Tyrone el que se va.
–¿Qué estás diciendo? –Contestó alzando la voz, pero intentando no gritar. Caminaba hacia el otro realmente enojado.– ¿Quieres que me vaya solo para que este se--
–¡Lárgate, ¿Quieres?! –Gritó el pingüino al mismo tiempo que intentaba empujar al otro hacia la puerta.
Caminó lentamente a la entrada y abrió la puerta.– Espero que te tranquilices pronto. Adiós. Me voy. –Una vez dicho esto, procedió a retirarse del hogar sin más.
–Sígueme, Austin. –Fue hacia su habitación y el canguro lo siguió.– Tasha, ¿vienes?
–S-sí. Ya voy...
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relación caótica • TyronexPablo
FanficTyrone se había metido en problemas, unos muy graves. En un intento desesperado por escapar de ellas conoce a Pablo por coincidencia. Ambos empiezan a relacionarse hasta llegar a un romance... no muy común. •TyronexPablo •Capítulos (muy) cortos •Am...