La mañana siguiente había llegado y Yokozawa sentía sobre sí todas las miradas, trató de no prestarles atención pero a sus oídos siempre llegabas aquellos susurros, susurros donde decían que había hecho mal las cosas, que era imperdonable el no haberle mencionado al editor en jefe acerca de su paternidad, y que no podían creer el cómo éste le había perdonado e incluso le había propuesto matrimonio, estaba jodidamente irritado por todo eso, nada de aquello había sido verdad, y si bien antes no había dicho nada era para alejar al molesto y fastidioso de Haru de una vez por todas pero esto ya era el colmo, cada vez que dejaba un lugar los comentarios comenzaban y él lo sabía, no es que se estuviera poniendo histérico, sabía muy bien que ellos hablaban y él, hacía acopio de todo su valor para ignorar aquellas palabras cargadas de veneno, puesto que no todo era tan malo, había quienes los habían apoyado, a él y a Kirishima claro, entre ellos sus jefes y el mismo presidente de la empresa y claro está que las chicas del departamento zafiro se mostraron completamente a favor y locas de alegría por aquella declaración e incluso se atrevían a hacer frente a todos los comentarios negativos que llegaban a surgir así como si estuvieran defendiendo lo más valioso del mundo, aunque de hecho eso es lo que hacían en realidad, defendían el amor.
Yokozawa no podía más estar en el lugar, por lo que se dirigió a la azotea como cada vez que tenía un problema y se planteaba el resolverlo por su propia cuenta, sin embargo poco después de que encendiera su cigarrillo escuchó unos pasos que se detuvieron detrás de él, sin acercarse demasiado.
---¿qué ocurre?
---...nada--- contestó
---oh vamos, te conozco lo suficiente como para saber que ése <<nada>> no es verdad, mientes... Y la verdad es que lo haces muy mal.
---no empieces...
--- quiero ayudarte. Dime qué pasa
---no estoy seguro de esto...
---no estarás hablando en serio, ¿verdad?
---lo estoy...
---¿te estás arrepintiendo? ¿Porqué? ¿Por lo que dice la gente? ¿Te acobarda lo que piensen de ti? ¡Sólo mándalos al diablo y ya! ¿Eres el oso gruñón o no?
---¡no es por la gente!
---¿entonces porqué?
---...¡Es por él!
---¿Él? ¿Qué pasa con él? ¿Te ha hecho algo?
---...no...
---¿entonces?
---...tengo miedo
--- ¿y eso es todo?
---...--- Yokozawa lo miró sorprendido, no podía creer que no lo comprendiera, lo hacía ver como si aquello no fuera importante.--- no entiendes...
---el que no entiende eres tú, tener miedo está bien, nadie sabe que es lo que pasará más adelante después de todo, ¿a qué le temes? Tal vez debas comenzar por ahí, debes pensar a que le temes, tal vez no sea en realidad miedo, tal vez no sea tan malo, y tal vez solo sufres por idiota.
---¿quisieras callarte?
---no--- respondió con calma y serenidad.
---¿no?--- su voz subió un poco de tono mirándole molesto, pero aquella mirada no hizo cambiar la expresión del hombre frente a él.
---no, no voy a callarme cuando quieres echarlo todo por la borda simplemente porque tienes miedo... No, no es miedo, porque el Yokozawa que yo conozco no es cobarde y defiende aquello que quiere con todo y contra todo, debe ser inseguridad, eso es. Estás a punto de casarte y eso es lo que te preocupa, ser feliz, pero no es algo para temer, todos ansían ser así de felices, no desperdicies tu vida no casándote.
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Vínculo
FanfictionYokozawa es enviado por la editorial a una nueva sucursal, cuando por fin después de varios meses regresa... No llega sólo. Sino que se presenta a la editorial con un niño recién nacido.