Al entrar a la habitación escuchó un silencio casi absoluto, cerró la puerta y no veía por ninguna parte a Yokozawa, se acercó al cuarto de baño pero antes de abrir la puerta se escuchó el chorro de agua cayendo de la regadera, se acercó a la mesita de centro que había en aquella habitación, notando como sobre éste se encontraba una carpeta con el menú que ofrecía el restaurante que se encontraba en el primer piso, lo hojeó y revisó con calma, realizó un pedido llamando al número que ahí aparecía y se dispuso a esperar recostado sobre la cama, pero, pasó el tiempo y Yokozawa no salía, la comida tampoco llegaba y el sueño comenzaba a apoderarse de él.
Yokozawa había llenado la tina del baño, quería relajarse un poco y tratar de olvidar lo ocurrido durante el día, no sería fácil, no había pasado ni un solo día, olvidar aquello sería complicado, aún si no le hubieran hecho nada, permaneció ahí dentro un largo rato, hasta que el agua de la tina comenzó a enfriarse, se levantó con cuidado y salió de la tina, se secó con cuidado y mirándose en el espejo comprobó que los moretones en su abdomen eran visibles (Kirishima iba a enfadarse), al tacto le dolían un poco, pero era soportable, comenzó a vestirse nuevamente, era tarde, quería cenar algo y descansar, se arregló un poco... Sólo un poco, sabía que Kirishima estaba del otro lado de la puerta, y aunque el castaño lo había visto desarreglado no solo en una ocasión sino en varias, no quería verse... Desagradable para él... Un ligero sonrojo apareció en sus mejillas pero trató de ignorarlo, terminó de secar su cabello y creyó que ya estaba bien así, no podía verse mal. Al abrir la puerta del baño, el olor a comida lleno sus fosas nasales, volteó a ver la mesita y observó una charola de comida, sin duda alguna el castaño había pedido la cena mientras lo esperaba, pero en cuando miró hacia la cama se llevó una gran sorpresa, pero no era agradable, la camarera estaba muy cerca de Kirishima, éste se encontraba recostado con los ojos cerrados, su respiración era muy relajada, era obvio que dormía, sin embargo la chica parecía dispuesta a besarlo, puesto que no se había dado cuenta de la presencia del ojiazul, ser testigo de aquella escena comenzó a causarle gran irritación, se quedó de pie donde estaba, mirándola furioso.
---¿ocurre algo con MI ESPOSO?
---¡!--- al darse cuenta de la presencia del peliazul la chica pareció sobresaltarse, alejándose de inmediato del dormido castaño.--- oh, no, yo... Yo... L-lo lamento mucho señor...--- la chica, atrapada en su intento por besar al castaño trató de disculparse lo mejor que pudo, Yokozawa la observó sonrojarse sobremanera, y aunque era consciente de lo que podía haber llegado a pasar si no salía del baño no podía simplemente quedarse tranquilo y perdonar aquel atrevimiento.
---le agradecería que se marchara de inmediato, ¡ah! Y no intente acercarse a mi marido de nuevo, si no quiere que su jefe se entere de esto. --- se cruzó de brazos al tiempo que miraba con fiereza a aquella chica, ella tomó sus cosas y salió de la habitación a toda prisa disculpándose nuevamente. Yokozawa no entendía como era que la chica había intentado besar a Kirishima, sí, el hombre estaba dormido pero claramente llevaba el anillo de su alianza, un suspiro de fastidio escapó de sus labios sin proponérselo, se acercó a la puerta y le puso el seguro, no quería que nadie indeseable entrara así sin más.
Dió vuelta de regreso y observó a su pareja dormir.---¡caray! ¡Es increíble que ni siquiera estando dormido dejes de llamar la atención!--- le reprochó, aunque sabía a la perfección que el mayor no le escuchaba, pero aquello también le molesto un poco, lo sucedido le molestaba, buscó su cajetilla de cigarros pero no la encontró, ahora fumaba menos pero aún así, de vez en cuando se le antojaba fumar un poco, pese a que el mayor se molestaba por ello, así que, al no encontrar su cajetilla entre sus cosas, buscó entre las cosas de Kirishima y... Ahí estaba, tomó la cajetilla y el encendedor, dirigiéndose al balcón de aquella habitación.
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Vínculo
FanficYokozawa es enviado por la editorial a una nueva sucursal, cuando por fin después de varios meses regresa... No llega sólo. Sino que se presenta a la editorial con un niño recién nacido.