Capítulo 40

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Estaba en el balcón, molesto, pero al mirar hacia su izquierda, había alguien también afuera del balcón, el vecino del cuarto de al lado, sonrió hacia Yokozawa y le hizo una cuantas señas, en algún punto de su muda conversación Yokozawa sonrió, y al hacerlo Kirishima se puso en alerta, llamándolo, pero el menor simplemente ignoró su pedido, cuando Kirishima salió al balcón para hacer entrar a Yokozawa, no había nadie más ahí afuera.

---¿con quién hablabas?--- preguntó molesto.

--- ¡con nadie! ¿Me escuchaste hablar acaso? ¡Seguro que te estás volviendo loco!--- y diciendo esto entró a la habitación, se acercó a la mesita observando con curiosidad el desayuno, pero no parecía ser de su agrado, por lo que no se reprimió al hacer una mueca de disgusto

---¿qué pasa?-- preguntó el mayor al ver la expresión de disgusto de Yokozawa.

---nada, que tú puedes quedarte a tomar tu desayuno pero yo no, así que me voy.

---no pensarás dejarme aquí solo, ya he ordenado que nos dejen la habitación por el resto del día

---pues sí que me voy, he quedado con un amigo en el bar que está en este mismo edificio, así que ahí estaré un buen par de horas.--- dicho esto tomó su cajetilla, el encendedor y su billetera.
Intentó salir de la habitación pero una vez la puerta fue abierta Kirishima detuvo a Yokozawa en su intento por irse.

---¿un amigo? ¿Qué amigo vas a ver ahora? Y en este hotel,

---...--- Yokozawa se veía fastidiado, giró el rostro hacia el castaño mirándolo con enojo--- por si no lo sabías yo tengo amigos, a los que conocí mucho tiempo antes que a ti, pero ya casi no les he visto, me encontré con uno de ellos recientemente y me ha invitado a tomar unos tragos, y como yo no pienso comer eso que está sobre la mesa mejor me voy, te veré después.

---iré contigo entonces, ¿no te molesta cierto?--- respondió al tiempo que se cruzaba de brazos y miraba a su pareja. Pero Yokozawa si que parecía molesto ante la sugerencia.
Para colmo, la misma chica pasaba cerca de ahí, parecía haber hecho una entrega en una de la habitaciones de aquel piso.

---¡por supuesto que me molesta! ¿Pero sabes qué? Yo iré solo, no necesitó que vayas conmigo ¡y tú! ¡Tú ya puedes irte con esa ofrecida chica!

---oye, no hables así de la gente--- la discusión se estaba saliendo de control, si hubiesen estado dentro de la recámara tal vez no habría habido mucho problema, pero estaban en el pasillo, y si seguían así la gente comenzaría a salir para saber el motivo de tanto escándalo, la camarera había escuchado la mayor parte de aquella discusión, solo se sentía incómoda.

--- ¡claro que puedo! Además, ¡lo que digo es cierto! ¡Esa chica no es más que eso, una ofrecida! Y ya te lo dije, vete con ella si quieres, pero olvídate de mí --- se alejó del castaño, el cual no dejaba de sorprenderse, el menor se detuvo a un solo paso de la chica, mirándola con desprecio,--- ¿porqué no le dices? ¡Dile lo que intentaste hacer ayer por la noche! ¡Díselo!

Yokozawa se marchó, pero Kirishima no podía salir de su asombro, no se movió ni un centímetro, y la chica estaba en extremo avergonzada, no era capaz de mantenerle la mirada al castaño, quien la mirada gélidamente.

Fue entonces que Kirishima lo supo, el pequeño gran incidente de la noche pasada y que molestaba enormemente al ojiazul.

Yokozawa bajó al bar, encontrándose así a su viejo amigo, quién hacia unos minutos atrás estaba ya esperándolo, no vió señales del castaño por ninguna parte, así que creyó que se habría quedado en su habitación, sólo, porque estaba seguro, que no se iría con aquella chica. Ordenó un vaso de cerveza y bebió sin reparos, pero no dejaba de mirar como el bar se llenaba cada vez más de gente y también...

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