Capítulo 38

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Un silencio se apoderó del lugar, el oficial se retiró tan pronto como pudo de aquel intenso ambiente, Masao sonrió satisfecho por la conclusión a la que llegó el oso, Yori no se movió de su sitio, contemplando a ambos, Kirishima no pudo negar aquello, más antes de que pudiera responder algo, Yokozawa se dirigió a la recepción del lugar, donde se encontraba aquel pequeño gato, lo tomó entre sus brazos y sin decir más salió del lugar a paso veloz, Kirishima fue detrás de él.

---Yokozawa, ¡espera!

---¿porqué?

---...--- Kirishima lo había alcanzado y lo sujetó del brazo para que no volviera a irse--- no pude negarme, tú deberías saberlo, si me negaba a hacerlo... Ellos se habrían dado cuenta...

---¡pudiste alejarlo! ¡Pero no... No lo hiciste!

--- ...tenía que hacerlo... Pero, créeme, quise vomitar en cuanto sus labios me rozaron... Fue solo un roce...

--- tú podías haberlo evitado...

---¡fue solo un beso! ¡Por todos los cielos! ¡Necesitaba hacerlo!

---¿...necesitabas? ¿Necesitabas hacerlo? ¿Entonces ya no me necesitas a mí?--- preguntó dolido, sus ojos estaban aguados, pero intentaba contener las lágrimas que amenazaban con escaparse de sus ojos, Kirishima no hallaba la manera de hacerlo entender, además, había elegido las palabras más equivocadas.

---...Quiero decir... Entendí todas las señales que me mandaste, y quise alejarlo y denunciarlo en el acto pero, tenía que asegurarme de que tú estuvieras bien... Además, te juro, que me di cuenta de inmediato de que no eras tú, aún si no me dabas alguna pista... Fue él quien se acercó a mí... Pero yo no devolví el beso... De ninguna manera habría podido hacerlo con él... O con cualquier otra persona... Yo... Solo te quiero, te amo a ti... No podría posar mis ojos en nadie más...

---...--- su rostro enrojeció ligeramente ante tal confesión, ladeó un poco la cabeza pero el animalito trató de llamar su atención, Yokozawa lo miró y el minino comenzó a restregar su cabecita contra la cara de Yokozawa para después mirarlo fijo--- ...él dice... Que le hiciste una confesión a él... En una de las salas de descanso...

---...--- Kirishima quedó boquiabierto, aquello que le decía Yokozawa era imposible, el felino no podía hablar y mucho menos saber lo que ocurrió en la oficina, ¿o si? ¿No había visto al gato temprano por la mañana? Sacudió su cabeza,  si se detenía a pensarlo... Sí que le había hecho una confesión... Después de la escena de celos en la oficina, cuando lo encontró en la sala de descanso, pero aquello...---... Aquello... Fue solo una actuación... ¡Era mentira! ¡Es a ti a quien amo!

Yokozawa no dijo más, lo tomó por mentira y continuó su camino, el castaño siguió caminando tras él y al llegar a una esquina el gato bajó de un salto de los brazos del peliazul.

---¡espera!--- Yokozawa se agachó para acariciar al gato--- puedes venir a casa conmigo.

El animalito lo miró, le hizo un último mimo y comenzó a avanzar hacia otra dirección, hacia un parque que pudieron observar del otro lado de la calle, a mitad de camino se detuvo para observar a la pareja, luego continuó su camino hasta perderse entre unos arbustos.
Yokozawa se levantó y se dispuso a seguir su camino, pero detrás de él la voz de Kirishima lo detuvo.

---si sabías que éste no es el camino correcto, ¿cierto?--- al alzar la vista, Yokozawa se dió cuenta de que, efectivamente había salido de la estación de policía y tomado un camino cualquiera sin fijarse siquiera, por lo que estaba en una calle que no conocía de nada, estaba avergonzado ahora--- sé que estás celoso, todo esto es por eso, pero no hay razón para ello, Takafumi.

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