Mechones Negros

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Todo el consejo al verlo sonreír suspiraron. Derick en vez de saludarlos, inmovilizó al duque y a pitón. Anabel y yo nos abrazamos.

-Por la culpa de ustedes me resfrié e hice preocupar a Sam. Pitón se movió.  Cómo?

Anabel vio mi asombro. -Mi amado puede romper los ataques del Rey. No todos, pero ese sí. Sonreí.

Anabel y yo los mirábamos sin pestañear. Discutían como niños. El Duque no dejaba de reir mientras Derick lo helaba.  Pitón lo tomaba por el cuello y reían como idiotas.

Anabel me sentó en la cama. -Ignoremos esos idiotas.

-Le llamaste Idiota al rey?

-Le llamaste idiota al Duque?

-Le llamaste idiota a tu esposo?

Nos miramos y reímos. Ella me miró preocupada. -Estás pálida Sam. Y tus ojos están cómo tomates. - Sí,  eres un idiota snake. Mira como está la pobre. Trasnochada y cansada, y tú como eres poderoso ya estás como sin nada, te recuerdo que no es como nosotras.

Derick me miró y me sonrió agradecido. -Esa es mi esposa.  La amo!

Pensé que vendría a abrazarme pero no, siguió haciendo cuentos con sus hermanos del alma. Los tres se acostaron en la cama, y cuando Clarís trajo la sopa y mi desayuno, se lo tragaron como leones.

Miré a Anabel enojada y ella solo rió. Mi comida. Mis frutas. Sentí ganas de llorar.

Qué me pasa? Cuando los miré,  Derick estaba haciendo un lugar para mí a su lado. Lo miré enojada. El duque me atrajo con su poder y me abrazó. -Majestad, sus frutas estaban deliciosas. Amber le manda muchos besos.

Derick lo inmovilizó y lo ví caer al piso. Tuve que reír, ellos son geniales. Pitón nos miraba y reía.  -Fuera de mi cama.

Salieron rápido, incluyendo el ex enfermo.

Se fueron a los sillones y Derick se devolvió a buscarme. Lo miré doble y gracias a su rapidez me sostuvo en sus brazos. -Sam... Estás demasiado pálida. Te habré contagiado? Negué.

Me abrazó preocupado. -No has comido nada?

-No. Lo miré enojada. -Ellos se comieron mis frutas. Y te había dicho que tengo varios días sintiéndome así. Miré coqueta. -Puedes decirle que me traigan fresas, un poco de tus dulces y pastel?

Derick me sonrió y besó mis labios. -Ya lo hice, espero que con esa mezcla no te pongas multicolor.  Lo besé,  ya se veía perfecto. Qué rápido es la recuperación de un guerrero. Estaba ansioso por bajar al salón con sus amigos.

-No quiero que sigas así,  debes comer bién. Pediré que te supervisen.

Rodé mis ojos. -Te amo.

Rosa entró y me pasó el desayuno. La abracé.  -Muchas Gracias Rosa. Todo está muy lindo.

Ella sonrió tímida y se marchó.

Lo miré amenazante. -Deja de mirarla así,  la asustas. Ella nos pidió perdón.

Me besó e introdujo una fresa en mi boca ya masticada. Lo miré y se agarraba el abdomen de la risa. Comí desesperada y el me observaba como si fuera una pintura de Miguel Angel.

Escuchamos al Duque tocar la puerta y vociferar. -Dejen eso para después, tenemos que marcharnos. No sean malos anfitriones. Derick reía y ví sus ojos cambiar. -Qué has hecho?

Me besó y me encaminó a la salida. Allí estaba el Hermoso Duque mudo.

-Vamos Derick, déjalo hablar.

Dark King, Un corazón necesitado.(En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora