Duré encerrada ahí como dos días y no recibí ni comida ni agua. Sentía que me iba a morir. Mi corazón deseaba verlo entrar y que me tomara en brazos, vomitaba a cada instante y ya no tenía fuerzas. Mi Dama de compañía apareció y me abrazó. Cuando me vio lloró y junto a dos guerreros me llevaron a la habitación. Comí como loca y me duché pero el no estaba.
Duré un mes sin verlo, y entró después de eso borracho a la habitación lleno de pintalabios y casi sin ropa. Me miró y me inmovilizó. Me dolió mucho ver eso. Pero no sabía por qué. Debía agradecer que alguien más lo estuviera alejando de mi. Pero mi corazón no quería eso.
Se duchó y se acostó. Lo oía hablar solo y reirse contando lo que había hecho con unas mujeres. Molestaba mentalmente a Tu amado. Quería tapar mis oidos pero no podía.
Desperté y lo ví sentado observándome.
Mostraba odio y desamor. Era otra persona, no aquel Duque que me abrazaba. Sus ojos eran negros.
Sus ojos cambiaron y me sentí libre.
Ladeó su cabeza. -Qué tal estás ?
Su tono me daba miedo y no le contesté.
Me gritó poniéndose de pié. -Es que acaso aparte de ser una salvaje eres sorda?
Negué ocultando mi cara en mis cabellos.
-Qué ocurre gata, saca tus uñas? No te gustó tu casa temporal?
No me atrevía a hablar. Tomó mis cabellos y gritó. -Aprenderás a respetarme, y solo cuando me harte de tí, te mataré. Y así serás libre. Sus palabras eran hirientes y escapé al bañó. Lloré en el piso como niña.
Lo oí marcharse. Sarah entró y me ayudó a vestirme. Me miraba con mucho cariño y pena. Y habló. -El Duque es muy bueno, es muy diferente al rey, yo diría que son un contraste. El estaba muy contento con su llegada, pero usted, lo ha desanimado. Por naturaleza, ningún guerrero puede controlarse, si lo sigue haciendo enojar de esa forma, puede que la mate sin siquiera el darse cuenta. Veo en sus ojos que usted es buena, por favor, piense en usted y en él. Nunca se ha comportado como ahora. No queremos a un Rey lleno de odio, y a su mejor amigo y Duque del Reino de los guerreros iguales, el duque es quién alimenta de bondad al Rey. No le digo que es un hombre bueno, pero sí uno que quiere serlo.
Recuerdo que lloré en sus hombros. Te extrañaba y sabía que posiblemente estuvieras viviendo un infierno en relación al mío. El me esperaba en el comedor y tenía su traje. Sé que debía cambiar, el me trataba bién, la que lo cambié fui yo.
Mostré reverencia y me ignoró. Comía y hablaba tranquilamente con Sarah. Su voz es hermosa. Es tan educado. El se puso de pié y mirando a la entrada recibió a alguien. Adivina a quién Sam?
Negué. -La bruja de Seliné?
Amber rió. -No, Anabel y Derick.
La primera se acercó y me saludó con mucho amor. Le sonreí sincera. Me puse de pié para recibir al Rey. El besó mis manos y miró mis ojos hinchados. Me sonrojè.
Todos se quitaron sus máscaras y los ví. Anabel se paró y vio el parche en la cabeza de Jhon. Corrió hacia el preocupada. Bajé mi cabeza y jugué con mis dedos.
-Duquesa Amber, no lo golpee otra vez.
Quién me dijo eso con voz enojada y con autoridad fue, nada más y nada menos que el rey. Y no se por qué sabía que se desquitaría contigo.
-No se preocupen chicos, le di su merecido.
Odio los maltratos, pero ella intentó matarme.
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Dark King, Un corazón necesitado.(En edición)
DiversosSamantha, la hermosa princesa del amor, nunca pensó que su esposo sería, a la fuerza, el hombre más temido en todos los reinos, y es que, ¿a quién engañamos? nadie había visto su rostro, sus poderes eran ilimitados y su reinado, era solo de guerrero...