Y pude ver el sol....

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Me sentía tan felíz.... La princesa se marchó al atardecer. Nos quedamos hasta dormidas de tanto hablar y reirnos. Prometió regresar en dos días y empezar con el "entrenamiento".

Todos estamos tan equivocados, nos dejamos influenciar por las apariencias. Mi cuñada resultó ser una mujer dulce y risueña. Repetía a cada instante que era su mejor amiga. Y que había orado para que yo accediera.

Clarís entró. Le sonreí. -Buenas noches majestad.... Es un placer verla tan felíz.

-Sabías todo acerca de la princesa y nunca me dijiste nada.

-Si lo hice. Le dije que fuera a hablar con ella. Sonrió. -Qué le pareció Anabel? No es un ser hermoso?

Asentí sonriendo. -Esa mujer enmascarada que almorzaba conmigo, es todo lo opuesto a Anabel.

-Así es, Anabel tiene un corazón bueno. Ama al rey, y haría cualquier cosa por verlo felíz.

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Tocaron mi puerta. -Adelante.

Anabel entró corriendo a abrazarme. -Esto es para tí. Me entregó unas hermosas flores. -Gracias, están hermosas.

Le devolví el abrazo.

-Estas hermosa Sam, a mi hermano le gusta tu cuerpo y como vistes.

Qué? Escuché bien? En mi rostro se dibujo la sonrisa más amplia.

Anabel rio a carcajadas. -Qué es gracioso princesa? También me hizo reir.

-Tu cara cuando te hablo de él.

Me sonrojé. -Cómo sabes eso? Te lo dijo?

-No, pero aveces conozco su mirada.

Afirmé.

Se sentó en la silla de mi rey. Era muy graciosa.

-Si te encuentra ahí, serás historia.

Ella se encogió de hombros. -No lo hará.

Reimos.

-Es hora de irnos. Debemos iniciar el entrenamiento.

Me tomó de la mano y me arrastró escaleras abajo. Es muy rápida. Me detuve sin respiración. -Anabel , a dónde me llevas?

-Majestad mía, iremos a los jardines reales.

Mis ojos brillaron.... En serio? La abracé muy fuerte. -De nada , de nada, ahora déjame respirar. Sonreímos.

Salimos del castillo. El sol acarició mi piel. Todo era hermoso. Habían muchos jardines, muchas flores, era un paraíso. Anabel veía mi asombro, y sonreía y me abrazaba. No soltaba mi mano. 8 meses de encierro. Sentí punzadas de dolor en mi corazón, el hombre al que amo, no le importo en lo más mínimo.

Llegamos a un jardín lleno de flores rojas y azules. -Este es mi jardín favorito.

Estaba maravillada. Clarís y las demás sirvientas, habían colocado una manta y una canasta de aperitivos. Miré a mi alocada cuñada. -Me entrenarás viendo flores?

Se sentó y me invitó hacerlo. Acarició mi cabello. -No odies a mi hermano, el necesita que lo ames.....

Afirmé con mi cabeza. -Me has sorprendido, eres muy joven, y actúas como toda una persona madura Samantha. Es por esto, que me estoy prestando para entrenarte..... Y más ahora, que somos mejores amigas.

Le encantaba esa palabra. A mí también. Ella era muy fácil de querer. -Puedo poner mi cabeza en tus piernas?

Le indiqué que sí. Sonrió ampliamente. Lo hizo y me miraba con mucho amor, acaricié su cabello. Sus ojos demuestran tristeza.

Dark King, Un corazón necesitado.(En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora