Los Antiguerreros

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Desperté en una habitación apestosa. Mi estómago se revolvía y solo había una ventana demasiado alta. Todo era oscuro  y sin aire. Para poder respirar sin problemas tenía que estar pegada a la puerta. Toqué mi cabeza y gemí. Estaba sangrando.

Mi Dios.... dónde estoy? Qué haré? Mi cabeza se explotaba. Acaricié a mi pequeño. Lágrimas corrían por mi ensangrentada cara. -Tranquilo pequeño. Papi vendrá por nosotros. Papi es muy fuerte y nos salvará.

Rosa llegó a mi mente. Por qué? Por qué tenía que ser ella? Me engañó. Oh mi Dios... Mi Clarís está muerta. Lloré culpándome.

Mi cuerpo no respondía y como pude me puse de pié. Toqué fuerte la puerta. -Por favor déjenme salir.

Grité lo más fuerte, ya mis manos dolían... pero no hubo respuesta. Nadie se acercó y cayó la noche. En la noche era todo lo contrario al día. La habitación estaba helada. Abracé mis piernas y me dormí en el duro piso. Y Dios.... Derick trataba de hablarme mentalmente pero solo oía un ruido. Un ruido terrible. Tapé mis oídos.  Ví  entrar los rayitos de sol a la habitación. El bebé tenía hambre. Mi estómago rugía......
Derick ven..... por favor. Te necesito.

Lo imagino angustiado y con sus ojos...... azules? No.... Sé fuerte Derick. Amado mío.

Escuché pasos y me pegué a la pared. Abrieron la puerta y abrí mis ojos como platos. Habían unos guardias vestidos de azul.... como en el sueño.

Había un joven en el centro. No... No puede ser!!! Era el doctor real..... Tragué y sonrió.

De mi mirada de miedo?

-Nos volvemos a ver majestad.... Pero creo, que ahora no está en condiciones de negarse, como lo hizo cuando enfermamos al temido rey....

Enfermamos?

Ayúdame Dios. El se acercaba despacio y me miraba como un maniático. -Seliné dice que eres muy fea.... pero eso es solo despecho. Tu hermosura ha debilitado a uno de los reyes más fuertes que ha existido.  Eso merece felicitaciones.

Aplaudió y de repente me tomó por el cabello. -Por favor déjeme. Tenga piedad. Estoy sangrando.

Mis llantos no le importaron porque me arrastró por todo el castillo tomando mis cabellos. Protegía mi bebé con mi mano. Llegamos a un salón real y allí estaba esa mujer.... La odio Dios.

Me miró con burla y se paró de su trono.

-Vaya, Vaya, Vaya..... Tenemos a una excelente invitada esta mañana. Está un poquito sucia para estar en mi salón pero eso lo podemos arreglar verdad Rosa?

Rosa? Así es.... mi mano al ser arrastrada protegiendo a mi pequeño sangraba..... No podía ni mover mi cabeza... pero la miré y allí estaba. Usaba un vestido azul y me miró cínica sonriendo.

-Claro que sí majestad.... enviaré a que la duchen.

La reina se arrodilló hasta llegar a dónde yo estaba. Me tomó fuertemente por el cuello impidiéndome respirar. Traté de safarme pero cómo, Si dos guardias me tomaron por cada brazo. Me soltó y pude respirar. No tenía aire en mis pulmones y estaba a punto de desmayarme.

-Por favor.... Susurré. Ya casi no podía hablar...

Ella se levantó y se sentó otra vez en su trono. - Por Favor qué asquerosa?

Moví mi cabeza en busca de aquella traidora y me miraba perdida. La miré con rabia. Por qué? Por qué si sabes que estoy más débil que nunca? Por qué si sabes que estoy embarazada? Moví mi cabeza y miré a la reina. Sus ojos eran tan negros que me asustaba. Tenía náuseas y acaricié mi pansita. Estaba viendo doble?

Dark King, Un corazón necesitado.(En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora