Capítulo 18

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—Uno blanco y otro café; peludos y chiquitos, como tiernos peluchitos

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—Uno blanco y otro café; peludos y chiquitos, como tiernos peluchitos.

—¡No señora, no estamos hablando de perros!

—Cálmate un poco, déjame intentar a mí.

Se posicionó frente a él y miró con preocupación a la mujer que parecía sumergida en sus extraños pensamientos.

—Señora, hace una hora unos adolescentes vinieron a su tienda; era una chica con un cuerno en la cabeza, cabello largo color gris, adorable de piel blanca como porcelana. El chico tenía cabello negro corto, una gorra roja con cuernos; tiene ojos color negros, es más alto que la chica y tiene cara de odiarlo todo pero también es un buen chico. ¿Los ha visto?

La señora seguía con la misma sonrisa, sus ojos no veían nada exactamente, solo el refrigerador con determinada atención. El pecoso volteó su mirada hasta el aparato electrónico donde pudo ver lo que más le temía, sin poder contenerse, ahogó un lamento mientras se agachaba y ponía sus manos en sus rodillas, aplicando fuerza en ellas para poder desquitar el sentimiento de impotencia que tenía en ese mismo momento. El mayor lo abrazó y guió su mirada hasta el mismo lugar en el que había volteado, encontrándose con la aterradora imágen del vidrio roto; lleno de sangre y por si fuera poco, el cuerno de la pequeña en el suelo, con sangre junto con la gorra del chico. El peliverde lloraba desconsoladamente mientras se sentía inútil, ¿cómo había permitido eso? ¿Por qué fue tan imprudente? Se separó del mayor intentando calmarse y secar las lágrimas que aún salían de sus ojos, el bicolor se acercó y le ayudó, acarició con suavidad su mejilla y lo besó. Un beso corto, Shoto no era bueno con las palabras y la única manera en la que él podía reconfortarlo era con muestras de afecto. Apretó su mano y le sonrío un poco.

—Tranquilo, los encontraremos, lo prometo. Llama a Iida y Uraraka; que ellos llamen a los demás, que enciendan la alarma para buscarlos ya. Yo buscaré en los vídeos de seguridad de la tienda mientras llamo a la policía. —el peliverde aceptó y comenzó a llamar a sus amigos para informar de la situación. El heterocromático pasó por detrás de la anciana quien seguía en su propio trance y a la cual, poco le importó si el albino entraba a la caja o no.

Comenzó a revisar los vídeos de seguridad una hora antes hasta encontrarlo. Hizo un llamado al pecoso para que entrara y vieran el vídeo juntos. Movió el ratón, dio click en el botón y comenzó a reproducirse el vídeo de las 5:30 pm. Los chicos entraron mientras jugaban entre ambos, pasaron por los largos pasillos viendo la fruta, comenzaron a preguntarse cosas; hablar un poco y luego las luces se apagaron. Al prenderse habían 3 extraños en la tienda. La señora del mostrador salió para hablar con ellos pero de inmediato fue golpeada en la cabeza contra la pared cerca de la puerta, uno de los 3, se quitó el guante y colocó su mano en la cabeza de la señora; pronunció unas palabras y la mujer sonrió, volviendo a su lugar como si nada. Los otros dos fueron tras los chicos quienes temerosos comenzaron a correr intentando escapar, la chica se colocó atrás del de la gorra; el chico comenzó atacarlos pero fue inútil, una cuarta persona apareció tomando del cabello al de los ojos negros y estrellando su cabeza repetitivas veces contra el refrigerador hasta hacerlo perder la consciencia. La pequeña intentó defenderle y curarle pero de inmediato uno de los que ya estaba ahí, movió su dedo con gran velocidad, provocando el corte del cuerno. Su cabeza también fue estrellada una y otra vez hasta hacerla perder la consciencia, los 3 comenzaron a reír; tomaron a los chicos y salieron de la tiendan. Todoroki cambió a la toma de afuera de la tienda, los culpables subieron a un auto rojo de mercadeo y se fueron de manera veloz.

Decepcióname lentamente ✓Tododeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora