Capítulo 3

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—Estoy harto. —el chico de los cabellos negros se posicionó en el frío lavabo y apretó con fuerza la orilla mientras que con la mano derecha revolvía su cabellera, despeinándola aún más.

Kota Izumi conoció a Midoriya Izuku cuando solo tenía 5 años, mientras él vivía con su tía Shino Sosaki quien estaba a cargo de él. Sus padres murieron; fueron brutalmente asesinados por el villano Muscular, quien tantos problemas dio en su momento. Kota quería tomar venganza, quería mirarle a la cara y hacerle pagar por matar a sus padres y dañar en aquel entonces parte del cuerpo de Deku. El chico siempre tenía en mente la vez que le salvó y por todo lo que debió pasar para ello, es por eso que estaba muy agradecido. Tan agradecido que no podía siquiera ver al actual novio de Deku. Y es que, el chico de los cabellos rebeldes estaba bien con que el mayor tuviese una relación pero, por favor; rogaba que fuese con alguien que de verdad lo amara y no con un pedazo de carne podrida como lo era el feroz y violento Bakugo Katsuki.

Secretamente, estaba enamorado.
Sin embargo, había aceptado hacia bastante tiempo que el héroe profesional jamás le vería con otros ojos, había aceptado que le rechazó y que ahora solo vivía con él por la muerte de su tía. Había aceptado que Midoriya Izuku lo aceptó y adoptó como hijo, no como futuro novio o algún tipo de relación como con la que soñaba él.

Shino Sosaki, miembro del equipo de héroes Wild Wild Pussycats; murió trágicamente junto con su equipo el día 23 de agosto en una misión la cual no pudieron superar. Entregaron valientemente sus vidas a cambio de muchas otras y para Kota era como si la vida se estuviese riendo de él. Como si la vida disfrutase de sus desgracias porque luego de un año, su tía y amigos habían muerto. Izuku aún siendo pequeño decidió adoptarlo y criarlo con su madre, eso hasta que se apartaron y pudieron mudarse los 3 juntos a otro nuevo departamento donde pudieron obtener su propio espacio personal.

Eri por otro lado; un año después de la tragedia con sus padres, Kota aprendió a querer y amar a una familia, aprendió a sonreír aunque no todo estuviera bien porque no evitó sentir celos de la linda y tierna Eri en su llegada. Recuerda haberla visto con demasiadas cicatrices, sus ojos totalmente tristes, sin ninguna expresión facial y no pudo evitar verse reflejado en ella. Y aún así, sabía que no podía comparar su dolor con el de ella u alguna otra persona pero sintió celos. Toda la atención de Izuku era hacia él, y después de la llegada de Eri todo cambió. Kota también quería ser mimado, él también quería el amor de Deku así que estuvieron en constantes peleas con Eri y hasta la actualidad; siguen discutiendo por el amor y afecto del de sonrisa luminosa.

Eri y Kota tenían diferencias y claramente veían como una competencia el amor del héroe profesional pero tratándose de extras, ambos creaban una alianza y tomaban medidas. Como la vez en que corrieron a Hitoshi e hicieron que nunca jamás volviera, no al menos a su casa. O como la vez en que ahuyentaron a Melissa quien no dejaba de insistir en presentarse con normalidad a la casa del chico pecoso. Esta claro que también la corrieron, y de otros más pero el único el cual no había salido corriendo era el greñas de masorca parada. Habían hecho de todo, desde discutir frente a él, toserle en la cara como a Hitoshi, llamar al pecoso siempre que estuviera en compañía, llamarle por nombres ridículos. Nada de eso funcionó, esta de más mencionarlo.

El chico tomó la gorra roja nuevamente y la colocó en su cabeza. Secó las lágrimas que había dejado escapar y se encaminó hacia su habitación, todo esto; sin haber notado una segunda presencia en aquel baño en el que había estado desahogándose

A Todoroki esa persona por alguna extraña razón se le hacia conocida. Su mente estaba muy confundida. No recordaba a Izuku; el héroe el cuál le ayudó tanto en su época de la preparatoria y ahora simplemente quedaban pedazos de momentos en su cabeza. Al bicolor poco le importaban las cosas que habían sucedido antes, él vivía día a día, sin mirar atrás, sin aferrarse al pasado así que tiende a no recordar mucho. Él desecha todo lo que no considera relevante, así que su cerebro supuso que no era importante recordar completamente a estas personas dado que nunca más hablarían y esto refiriéndose a sus compañeros de clase tanto como amigos de la infancia —si es que tuvo alguno—. Secó su cabello, revolviendo un poco sus hebras bicolor; tomó el cambio que había dejado el ojiesmeralda para él y salió del baño dirigiéndose a la sala. Hasta que escuchó la palabra <<mierda>> y otro tipo de insultos de una persona ajena a los que se encontraban ahí. Decidió asomar su cabeza por la pared, intentado ser discreto para no ser descubierto pero lo que sus ojos vieron, no le gustó para nada. Sin pensar demasiado, caminó hasta en medio de la sala y solo abrió la boca sin ser prudente.
Todoroki sabía que podía estar en problemas por ello pero poco le importó. Todo lo que estaba sucediendo parecía irreal para él. Que hasta hace unos momentos había estado acostado en una de las bancas del parque en medio de la tormenta y que nadie se había dado cuenta de su ausencia hasta que ese chico de mirada dulce y alma bondadosa fue quien lo ayudó sin ningún tipo de interés. Realmente sentía que debía ayudarlo también, no tomando en cuenta su propia decisión.

—¿Quieres que te ayude en algo, Izuku?

Si, quizá Shoto había ido demasiado lejos al tomarle tanta confianza para llamarle por su nombre pero así fue la única manera de poder llamar la atención de ambos. Podía ver la incomodidad que había causado en aquella persona de sonrisa perfecta pero más incómodo estaba él por meterse en asuntos que no le correspondían y en ese momento se cuestionó porqué lo había hechado. Mejor que eso, ¿le importaba a caso lo que ellos hacían? ¿Fue el trato injusto que estaba recibiendo el menor? ¿Acaso fue por lo que presenció en el baño? Todoroki Shoto no sabía que había sido pero las cosas habían pasado y no había marcha atrás; aunque tampoco es que se arrepintiera.

—¿Me estás diciendo que estoy al lado de una puta zorra? —habló con molestia mientras apretaba los puños. Alzó la mano derecha y apuntó al rostro del menor, para cuando la explosión había estallado, los chicos ya estaban afuera de la habitación corriendo hasta la sala pero al llegar se encontraron con la imagen del héroe profesional Dynamight congelado.

<<Su expresión decía: muere. Nadie debía preguntárselo para saberlo, tampoco debían ser adivinos pues el de mayor estatura se encontraba delante del de cabellos verdosos, con seña de molestia en la cara y su mano derecha apuntando al hombre ya congelado en medio de la sala>>.

La gota de sudor que resbaló por el cien de Todoroki fue totalmente ignorada por la caída del menor quien miraba sin cerrar los ojos la abrumadora escena. Sus ojos expresaban el temor que tenía y su boca abierta temblaba desesperadamente. Pasaron algunos segundos para que tomara la iniciativa de levantarse, mover la cabeza como si quisiera que su cerebro funcionara por sí solo y guió su mirada hasta los menores quienes también observaban estupefactos la inusual escena de la sala.

—Todo esta bien, vayan a sus habitaciones y no salgan. —pidió con preocupación—  Pero Izuku...

—Si él se descongela y ustedes estan aquí, será peor así que váyanse. Me encargo yo.

—¿Te encargas tú? De no ser por el señor Todoroki, ya fueses tierra para el cementerio, Izu-chan. —replicó la de cabellos grises.

—Siento mucho haberme involucrado, me haré cargo; Midoriya.

Nuevamente, Midoriya Izuku; nuestro héroe favorito. Se encontraba murmurando un sin fin de cosas que nadie podía entender o descifrar, ni siquiera él mismo pues tenía una cara peor que en un exámen de matemáticas. Al de cabellos bicolor le pareció gracioso los gestos que hacía y la forma en que se perdía en sus propias divagaciones; ignorando por completo la presencia de estos.
Mientras tanto; el héroe número uno se preguntaba si en su funeral llevarían café o té. Si sería pan o pastel. Si irían todos o solo sus amigos y familiares cercanos. Estaba planeando hasta el color del ataúd y las flores pues la muerte que él podía ver de sí mismo era tan certera que hasta Sir Nitgheye se quedaba anonado con su predicción. Solo esperaba que fuera tan pacífico como se le veía en su mente pues lo que estaba sucediendo fuera de ella era peor que el infierno mismo.

Por otro lado, Todoroki Shoto se preguntaba si era buena idea prender la casa o congelarla.



✓Sentí tristeza al dejar ir esta cuenta pero creo que las cosas suceden por algo; quizá vengan con un cambio positivo para mí. Espero sea de esa manera.

Anexo de la edición 2021:

Gracias por el apoyo, pueden seguirme para más obras.

SharowkBlaffter
CruelEvan

Decepcióname lentamente ✓Tododeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora