CAP VII

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11 de Junio del 20XX

20:43 p.m.

-“¿Lo has entendido Miyano? Este ha sido tu último interrogatorio hasta el juicio. ”-

Akai la miró fijamente buscando algún signo de duda en sus expresiones.

-“Claro.”-

Brrr Brrr

El teléfono del moreno volvió a vibrar por enésima vez esa mañana, era muy extraño que Shuichi estuviese tan pendiente del teléfono. El policía lo revisó y se volvió a dirigir a la pelirroja.

-“Tengo que dejarte, un compañero te trasladará a un piso en el que estarás escoltada hasta que te devolvamos a la organización. Intenta relajarte y descansar por el momento.”-

Brrr Brrr

Otro mensaje

-“¿Todo bien?”- Ella preguntó extrañada.

-“Si si, no te preocupes. Hay días más ajetreados que otros simplemente.”-
Shiho asintió y él se retiró dejándola con su reflejo y el sentimiento que había empezado a crecer dentro de ella.

Los celos.

No había vuelto a ver a Kudo desde hacía un par de días, se había cogido unos días para regresar bajo los brazos de su amada e hijo por nacer.
Por su cabeza vagaban imágenes de los dos enamorados cogidos de las manos. Sonriendo y besándose con ternura. Esas imágenes que siempre se han reproducido a sus espaldas y que solo ahora había tenido el valor de verlo.

Ella nunca ha sido su pareja. Ni su amiga.

Era la amante. La otra.

Había estado todo el tiempo compartiendo las caricias, besos y gestos que pensaba que solo podían ser para ella. Estaba tan equivocada.
Una pieza se movió en su cabeza.

¿Kudo había estado con ella por pena?

Aunque no se lo hubiese dicho con esas palabras su declaración anterior había sido bastante directa. Se había metido sin saberlo en un triangulo amoroso y sabía que él estaba en la sede por el FBI. En ningún momento iba a quedarse con ella.

Rio por no llorar y apoyó su palma en la frente apartándose el flequillo.

¿Qué pensabas Shiho?¿Que lo dejaría todo por ti?

Que crédula.

Sintió como la impotencia y la rabia volvían a ella. Últimamente no se despegaba de esas emociones.

Destensó los puños y se apartó nuevamente el flequillo de los ojos. Ella no tendría una vida tan larga y placentera como la suya, sus estilos de vida no eran para nada compatibles.
Ella llevaba tiempo mentalizada de que su último suspiro sería provocado por una  de las frías balas procedente de la querida beretta de Gin.
Y cada vez lo veía mas cerca.
Este pacto con el FBI era cómo meterse en la boca del lobo sin importarte las consecuencias y morir. Pensara las opciones que pensara ella siempre acababa de la misma manera, muerta.

Sus uñas chocaban contra la superficie metálica mientras seguía esperando a que alguien la sacase de la sala, habían pasado quince minutos y a ella solo le acompañaba el ruido molesto que hacía y la poca paciencia que le quedaba.

Las luces parpadearon encendiéndose y apagándose varios segundos antes de volver a la normalidad.

¿Un bajón de tensión?¿Avería?

Las luces volvieron a parpadear, esta vez más seguidamente y dejándola a oscuras unos segundos antes de volver de golpe.

Eso era extraño. ¿Qué estaba pasando?

Un par de minutos después empezó a escuchar ruidos y gente discutir a través del espejo. Eso no era normal. Algo estaba pasando. Parecía una gran pelea.

Se escucharon varios disparos y las voces cesaron.

Se levantó de la silla sin dejar de mirar la puerta poniendo todos sus sentidos en alerta y preparándose para defenderse como pudiese con las manos encadenadas mientras la puerta metálica se abría lentamente haciendo que las bisagras crujieran. Dos siluetas vestidas completamente de negro aparecieron frente sus ojos.
Una de ellas se apartó el cigarro de la boca con su mano izquierda manchada de sangre.

-“Sherry, hemos venido para llevarte a casa.”-

Ella rio.

-“Pensaba que no vendríais, Gin.”-

Tiró la colilla al cenicero y le cogió de las muñecas  para desprenderle de ellas. Ella se las acarició al notarlas libres.

-“Yo cumplo mis promesas”-

                                                           <●>


11 de junio del 20XX

16:44 p.m.

-“Vamos Shin, a este paso vamos a llegar tarde.”

-“¡Ya estoy!”- Shinichi bajó las escaleras de su mansión tan rápido que casi se cae eb los últimos escalones.-“No encontraba las llaves.”- Alzó su mano derecha con un manojo de llaves.

Su prometida abrió la puerta para dirigirse al exterior.

-“ Te he dicho que no hace falta que me acompañes, te lleva sonando el móvil por el trabajo todo el día. ¿No deberías ir a ayudar a Shuichi?”-

Kudo abrió el vehículo y se sentó en el asiento conductor.

-“Yo también quiero ir a la revisión. ¿Es mi hijo también no?”-

Ran se sentó tranquila mirando por la ventana.

-“Claro.”-

-“Se que he estado tiempo fuera, quiero aprovechar estos días, siento no haberme involucrado mucho antes.”-

-“No pasa nada, está bien.”-
Él le cogió la mano y se la besó con cariño.

-“Lo estoy intentando Ran.”-

Ella asintió y se abrochó el cinturón.
El Audi se puso en marcha y se dirigieron a la otra punta de la ciudad. Los  semáforos y el trafico no estaban de su parte. Bajó la ventanilla para intentar captar un poco de aire.

-“Aún sigo sin entender porque quieres ir a una clínica que está a la otra punta de la ciudad, en nuestro barrio hay clínicas privadas muy prestigiosas.”- El trafico le sacaba de quicio. –“Podríamos ir andando y todo.”-

-“Ya lo se, pero desde el primer día que me enteré me ha estado atendiendo el mismo medico y no me apetece cambiarme de clínica. Te he dicho que podías quedarte entonces.”-

-“No…yo quiero acompañarte.”- Miró el retrovisor para observar la caravana que tenía detrás.-“¿A quien te refieres?¿Jared?¿Tu compañero de facultad?”- El semáforo se puso en verde y el reanudó el camino.-“¿Ese es el motivo?”- Resopló de mala manera.

-“¡Pues si!¡Es muy buen medico y muy buena persona! Es muy atento y amable con todo el mundo.”- Ran le alzó la voz y volvió su vista a la ventana y sus calles.-“A lo mejor deberías aprender algo de él.”- apenas susurró.

Llegaron a la clínica y una amable recepcionista les indicó el piso y la sala dónde tenían que esperar. Saludó y charló brevemente con Ran antes de seguir.

Cuando llegaron vieron un par de parejas, ambas sonriendo de oreja a oreja mientras hablaban cada una con su respectiva pareja. Se veían realmente felices. Tomaron asiento y Ran empezó a ojear una revista de recién nacidos mientras esperaba.

-“¿Ran Mouri?”-

-“Aquí estoy.”-

Kudo se levantó pero su acompañante le frenó.

-“¿Puedes esperarme aquí mientras me revisan? Podemos estar luego los dos cuando nos digan los resultados.”-

-“Claro.”- Se quedó parado mientras veía a la chica seguir al doctor y perderse de su vista al cerrar la puerta tras cruzarla. Estiró brazos y piernas e intentó ponerse cómodo mientras seguía esperando. Unos quince minutos más tarde volvió a abrirse.

-“¿Acompañante de Mouri?”-

-“Si, soy yo.”-

Se reunió con su prometida y tomó asiento a su lado y dejó el móvil a un lateral de la mesa.

Jared, el medico que le llevaba el embarazo estaba en frente suyo. Tenía el pelo más corto que él y de un color más claro. Sus ojos eran marrones y tenía una leve barba de dos días. Constitución normal.
-“Buenas tardes señor Kudo. En este momento iba a empezar a mostrarle los resultados y las ecografías a su pareja.”-

Ordenó unos cuantos papeles y separó unas fotografías con otro papel a parte.

-“Todo parece desarrollarse a la perfección, no hay ningún síntoma de riesgo o anomalía.”- Su dedo recorría los papeles.-“Tu peso es ideal y no hay riesgo de diabetes tampoco.”-

Ambos sonrieron y suspiraron. Jared sonrió a Ran tiernamente.

-“Es perfecto escuchar eso.”-

-“¿Y cuando sabremos el sexo del bebé?”-

La curiosidad del muchacho salió de su boca. El doctor agrupó unos papeles y los chocó en la mesa para alinearlos.

-“Aún es pronto, cuando pase este mes podríamos empezar a mirarlo.”-
-“Ajá, está bien.”-

Jared miró a Ran y volvió a mirar a Kudo.

-“Ahora debería hacerle unos cambios en la dieta de Ran y me gustaría hacer una prueba de orina para finalizar. Le importaría esperar fuera mientras finalizamos la visita.”-

Se levantó y se dirigió a salir de la sala mientras Ran y Jared cambiaban a la sala de al lado.

-“Claro, te espero en la recepción.”

-“Vale, no tardaré.”-

Salió de la puerta, cruzó el pasillo dejando la zona de maternidad atrás y en cuanto bajó los primeros peldaños de las escaleras se palpó el bolsillo del pantalón para llamar a su compañero, lo había dejado solo estos días que tanto trabajo tenían, pero debía preocuparse de su futura mujer.
Su corazón saltó y paró en seco al percatarse de que su teléfono no se encontraba.

¿Se le había caído?

Dio marcha atrás a paso ligero volviendo a la sala de la que acababa de salir, abrió sin picar la puerta y en la sala vacía encontró su teléfono encima de la mesa. Suspiró de alivió y lo recogió tirando unos lápices y unos papeles sin querer.

Guardó su teléfono y se agachó recogiendo lo que había tirado, podían escucharse levemente las voces de Ran y Jared en la sala continua pero no hablaban tan alto ni estaba tan cerca como para poder apreciar sus voces ni saber de que estaban conversando.

Dejó los lápices en el lapicero y cuando soltó los papeles encima de la mesa se percató de que las ecografías eran de ella, cogió una y la miró sonriendo. Empezó a recorer el dedo por la imagen hasta que se percató de que estaba escrita por un lateral.

-“Ran Mouri, gestación del 1 de Abril”-

Miró confuso, eso estaba mal. Ran estaba embarazada desde Marzo, sus visitas habían sido escasas en ese periodo de tiempo por eso estaba seguro. Observó la habitación de que nadie pudiese observarle y se dispuso a ojear todos los papeles que tenía el doctor de Ran.

En todos ponían lo mismo. 1 de Abril.

Su mirada era confusa.

¿Podía ser un error?

Se acercó a la puerta dónde procedían las voces y puso la ojera para poder descifrar su conversación, sus manos aún agarraban el papel con fuerza.

-“¿Te lo has pensado?”-

Le costaba mucho poder escuchar que decían pero parecía que si paraba atención podía reunir las palabras.

-“Jared..”-

-“Ran tienes que entenderme.”-

¿Qué pasaba dentro?¿Que quería ese hombre de su chica?

Esperó a ver si podía informarse más sobre él antes de querer interrumpirles, apretó más la ojera contra la puerta. Su corazón se estaba acelerando.

-“Voy a casarme Jared.”-

-“Si lo sé. Y vas a tener un hijo mío. Tengo derechos Ran, te quiero y se que me quieres. ¿Por qué sigues con ese inútil que sólo te hace sufrir?”-

¡¿Qué?! El hijo que estaba esperando Ran no era suyo.

Apartó la oreja antes de volver a ponerla y notó como todo su cuerpo se calentaba y como una parte de el se sentía destrozada y traicionada.

¿Eso era lo que se sentía cuando te traicionaban? Se agarró con una mano el pecho y sacó valor para seguir escuchando.

-“Jared te quiero lo sé, pero necesito tiempo para pensar todo esto, solo dame un poco de tiempo.”-

-“Vale Ran. Deja que te imprima la receta y ya podrás irte. Te daré cita para la semana que viene.”-
Ran no le quería.

¿Tanto daño le habían echo estos meses a su prometida?

Ahora que iba a estar de vuelta y estaba intentando dar lo mejor de él se entera de esa traición.

Apartó la oreja y salió de la sala hasta el exterior del edificio. Necesitaba aire.

Cuando salió respiró profundamente varias veces intentando asimilar lo que acababa de escuchar. Su relación era una mentira. No, su futura familia era una mentira. El no iba a tener ningún hijo.

Escuchaba su corazón latirle fuertemente en la oreja y la sangre correrle rápido por las venas. Apretó los puños sintiendo rabia y tristeza a la vez. Esa sensación era repugnante. Se asustó cuando notó una mano cálida tocarle el hombro.

-“¿Shinichi?¿Estás bien?”-

Ran.

-“Em..Si.”-

-“Pensaba que me esperarías dentro.”-

No podía mirarle a los ojos, aún no sabía que sentía hacia ella en ese momento.

-“Necesitaba respirar.”- Le cogió de la muñeca y dio media vuelta.-“Vámonos”-

-“Vale pero no corras tanto, ¿Y esta prisa repentina?¿Seguro que estás bien?”-

Kudo no contestó, se dirigió al coche y entró en su interior. Pasó la mayor parte del trayecto en silencio. Su prometida intentó conversar con él in par de veces pero paró de insistir al percatarse de que era inútil, el joven estaba absorto en sus pensamientos.
Cómo la mayor parte del tiempo.
Ella siguió mirando el paisaje de la ciudad mientras llegaban a su lujosa casa.

Fue entonces, cuando Shinichi entró por la cerca que les daba la bienvenida a su “hogar” cuando él se dignó a romper el silencio.

-“¿Cuándo pensabas decírmelo?”-

-“¿Qué estás diciendo Shin?¿De que hablas?”-

Dejó de mirarla y aparcó el vehículo.
Salió y se dirigió a la entrada sin esperarle, abrió la puerta y subió las escaleras hacía el dormitorio principal.

Sabía que no podía enfadarse por la infidelidad ya que él no había sido el novio perfecto, pero que le engañase con el hijo…Realmente pensaba que iba a ser padre.

Entró a la habitación que hasta el día de hoy había sido su nido de amor y sacó una pequeña maleta de debajo de la cama para llenarla de sus pertenencias. Cuando se dirigió a la cómoda captó la imagen que se encontraba encima, era de ambos, en uno de los muchos viajes que habían hecho con sus padres. La cogió y la dejó bocabajo. Abrió la cómoda y sacó sus últimas pertenencias.

Ran entró en ese momento pero el joven estaba absorto en su labor y ni se fijó. Ella se acercó a poco a poco hacía la esquina de la cama y se sentó con una mirada de confusión en la cara.

-“¿Qué haces cariño?¿Ya te vas?”-

Kudo se giró al escucharle y se acercó lentamente hacia la maleta guardando lobque le quedaba y cerró las cremalleras.

-“Vuelvo a Tokio. Mi tren sale en una hora.”- Agarró la maleta y se dirigió a la salida de la habitación.

-“¿Qué? Pensaba que ibas a involucrarte en esto.”- Se levantó de la cama y le siguió.-“¿No ibas a quedarte hasta el fin de semana?”-

Kudo siguió su camino sin responderle a nada.

-“Para de fingir Ran.”- Paró en seco y dio media vuelta.

-“¿Desde cuando estás acostándote con Jared?”-

Ella abrió los ojos de par en par sorprendida.

-“Shinichi…”-

-“Contéstame Ran.”-

Ella se acercó a poco a poco a él.

-“Cariño este niño es nuestro.”-

-“Deja de ser una mentirosa, he vuelto a la clínica en cuanto has cambiado de sala y he visto unos papeles que ponen de que estás embarazada desde el uno de abril.”-

Ran bajó su mirada sintiendo vergüenza.

-“La semana del uno  de Abril yo estaba en Tokio.”-

Volvió a darle la espalda.

-“Es imposible que sea mío.”-Buscó las llaves de su bolsillo.-“Mira Ran, se que estos últimos meses nuestra relación ha colgado un poco por la cuerda floja. No puedo enfadarme por tu infidelidad porque yo no he sido la mejor pareja.”- Abrió la puerta.

-“Pero no puedo casarme contigo sabiendo que esperas un hijo de otra persona, la cual se ve que también estas enamorada.”-

Los ojos de la joven empezaron a llenarse de lágrimas.

-“Cariño…lo siento. No quería hacerte esto.”- Le paró cogiéndole del hombro antes de que se dispusiese a salir por la puerta.-“ Te quiero cariño, aún podemos arreglarlo. No esta todo perdido.”-

Él rio y se giró para volver a afrontarla.

-“No podemos seguir engañándonos el uno al otro. Los cambios dan miedo pero estoy seguro de que tendrás a los tuyos para apoyarte.”-

Se secó las lágrimas y le abrazó.

-“¿No quieres que lo intentemos una última vez? Se que podemos ser felices.”-

A los pocos segundos cortó el abrazo y se dispuso a salir.

-“No Ran. Nuestra relación se quemó en el momento en el que ambos dejamos de confiar al otro y nos refugiamos en otras manos para que nos diesen cariño.”-

Empezó a andar.

-“Estaré una buena temporada en Tokio, puedes quedarte un tiempo aquí mientras encuentras otra vivienda. Estarás bien.”-

Se dirigió a su coche y se despidió de ella definitivamente.

-“Te quiero. Pero ya no voy a luchar por esto. Si ambos tenemos que encontrar y llenarnos cde cariño en otros brazos será que este amor está vacío.”- Se acercó para secar una última vez las lágrimas de su ahora expareja.-“El amor que solíamos tenernos se fue con la marea y se ahogó incluso aún tirándole el salvavidas.”-

Se giró y no volvió a mirar atrás.

-“Se acabó.”-

20:30 p.m.

Su trayecto de vuelta a Tokio fue muy tranquilo, aprovechó el viaje para aclarar su cabeza y asimilar todo lo que acababa de suceder.

Los dos habían jugado con su relación hasta quemarse, ahora tenía que curarse las quemaduras que hacían arder los pedazos de su corazón.
Su móvil sonó y apartó su mirada de la ventana para responder

-“¿Si?”-

-“Kudo soy yo. Akai.”-

-“¿No has visto las noticias?”-

-“No, la verdad es que he estado todo el día fuera de casa. Pero voy a llegar esta misma noche a Tokio. Han pasado ciertas cosas por aquí.”-

-“¿No tienes ningún televisor cerca?¿Estas bien?¿Te ha pasado algo?”-

-“Estoy bien, ya te explicaré sobre eso cuando nos podamos ver.”-

Se levantó del asiento y cruzó el pasillo de la cabina.

-“Estoy cambiando de cabina, en la que estoy no hay televisores. He escuchado que hay una en el restaurante.”-

Pasó un par de cabinas antes de llegar al restaurante, entró y siguió las voces del televisor hasta encontrarlo.

-“Última noticia. Dos coches bomba han explotado hace aproximadamente media hora en el norte y en el sud de Tokio, por el momento se calculan una veintena de heridos y no reconoce si ha habido alguna víctima mortal.”-

Shinichi abrió la boca ante las imágenes.

-“¿Qué ha pasado?”-

-“Han sido ellos.”-

-“¿Ellos?¿Estás seguro?”-

-“Han venido a buscarla.”-

-“¡¿Qué estás diciendo?!”-

-“Quince minutos antes un coche patrulla ha aparcado en nuestro edificio y creemos que han utilizado el ascensor de sólo personal, han esquivado la mayoría de las cámaras y han llegado hasta ella para llevársela. Los dos coches que se han utilizado para hacer eso eran replicas de coche patrulla. Al salir del edificio y darse la alarma de la fuga unos cuantos coches les han seguido pero tras darles esquinazo han explotado los coches en dos zonas cercas montando un caos en las calles de la ciudad. Lo han hecho para engañarnos y les hemos perdido el rastro.”-

Shinichi seguía mirando las imágenes de las explosiones.

-“Ahora lo demás está en sus manos.”-

Continuará...

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