La científica cogió las pruebas con cuidado y se dirigió a su mesa de trabajo sin volver a dirigirse a ninguno de ellos. Por otro lado, Kudo estaba atónito ante la presencia de la joven prodigo en ese laboratorio.
Quería una respuesta ante eso.
-“¿Shiho que haces aquí?”-
Shinichi se acercó a ella y le cogió del brazo para que ella dejara su trabajo y le mostrase un poco de atención. Esto era extraño, hacía apenas dos meses que estaba inconsciente en el hospital luchando por su vida y ahora de un día a otro estaba ahí, con una insignia del FBI enganchada en el cuello de la bata blanca.
Era ridículo.
-“¿Qué haces en el laboratorio de investigación del FBI?”-
Ella miró a su cuñado primero buscando una respuesta ante la sorpresa del joven y luego volvió a los ojos azules de él captando de que nadie le había informado de nada respecto a ella y su nueva situación.
-“Trabajo aquí Kudo.”-
Esto cada vez le sonaba más extraño e incoherente. No le entraba en la cabeza que en ninguno de los casos hubiese querido ese puesto de trabajo, con la policía.
Dio un paso hacía adelante y ella retrocedió al acto.
-“¿Qué? Pensaba que odiabas esto.”-
Ella apartó la mirada, se apartó de él dirigiéndose a su mesa de trabajo y empezó a analizar el exterior del contenido del tubo y su densidad.
-“Y lo odio.”-
-“¿Enton-“-
Akai cortó la conversación apoyando su mando en el hombro de Kudo al ver que la joven no tenía intención de acabar con su jornada por el momento y Shinichi tampoco se le veía con intención de acabar con el cuestionario pronto.
-“Shiho en realidad también he venido a buscarte para que te vengas a cenar. Tu hermana ha preparado algo para los cuatro.”-
Ella agachó su mirada en su flequillo. Aunque estaba aprendiendo a respetar a Akai por su hermana aún no confiaba en ninguno de ellos.
-“No gracias, tengo trabajo y no tengo hambre.”-
-“Vamos Shiho hace días que no ves a tu hermana y se que quiere pasar más tiempo contigo.”-
Ella resopló y asintió como derrota, empezó a recoger sin decir palabra mientras Shinichi no paraba de analizarla.
<●>
Akemi abrazó fuertemente a su hermana en cuanto la vio cruzar la sala de estar, sabía que las cosas no estaban siendo fáciles para ella y el hecho de que fuese una persona que no se dejaba ayudar no le aliviaba la preocupación que sentía.
-“Me alegra mucho que hayas decidido venir.”-
Ella le sonrió amablemente como respuesta. Aunque Shiho siempre intentase ser agradable con ella estos últimos acontecimientos en su vida la habían hecho más distante. No estaba dispuesta a volver a hundirse por nada ni nadie y para eso alzó un muro más alto y más resistente que el anterior.
Estaba cansada de sufrir y ahora solo quería pasar desapercibida.
-“Deja que te guarde la chaqueta, pasar y girar a la izquierda al comedor. Está todo listo y preparado para empezar a comer. ¿Tenéis hambre?”-
Cuando le cogió la chaqueta para guardarla se percató de su delgada figura, apenas había ganado peso des de que había salido del hospital, sus pómulos eran más delgados y las ojeras más oscuras y pronunciadas. Aunque su hermana pequeña siempre había tenido una figura delgada sus caderas y su clavícula estaban más marcadas de lo que le gustaría ver.
Akai y Shinichi se abrieron paso hacia la sala y el último abrazó a la morena.
-“Pues huele muy bien y la verdad es que ha sido un día agotador, muchas gracias por la invitación Akemi .”-
Se sentaron los agentes en un lado y las hermanas en el frente y empezaron a comer tranquilamente mientras Akemi preguntaba a los chicos sobre sus batallitas del día, intentando crear un ambiente agradable.
Shiho se mantenía al margen mirando el contenido de su plato todo el rato. No tenía apenas hambre, solo había aceptado la invitación porque sabía lo que se estaba esforzando su hermana en intentar adaptarla a este estilo de vida tan opuesto al que estaba acostumbrada.
No se había involucrado en ninguna conversación lo que llevaban de cena y llevaba un rato removiendo el tenedor sin dar bocado. Levantó la mano para coger el vaso de agua y se percató de que todos los ojos le miraban.
-“¿Qué pasa?”-
Akai le indicó con la mirada hacía su hermana.
-“Oh, nada… Sólo te preguntaba si era interesante tu trabajo en el laboratorio, pero parecías pensativa.”-
Shiho le sonrió.
-“Oh, perdona no es nada.”- Alcanzó la copa para beber.-“Podría decirse, tampoco hago gran cosa por el momento.”-
-“Seguro que a medida que pasen los días irás adaptándote genial.”- Notó como Shiho se ponía incomoda con este tema.-“Voy a ir a buscar el postre, ¿Vale?”-
Akemi dejó la conversación, se levantó y se dirigió a la cocina mientras Akai y Shinichi conversaban entre ellos. Se giró antes de entrar para dirigirse a su pareja.
-“Cariño, ¿Podrías ir a la nevera del garaje a por el cava?”-
Akai asintió y se levantó dejando a Shiho y Kudo solos. Ella agachó la cabeza sin mantener contacto incomodada y él, que no podía aguantar la incomodidad, rompió el silenció.
-“Me alegra mucho poder trabajar contigo Shiho.”-
-“No ha sido elección mía, no he tenido otra opción simplemente.”-
Shinichi se apoyó en la mesa inclinándose hacia ella intentando transmitirle confianza.
-“Date tiempo, formaremos un buen equipo, solo tienes que dejarnos conocerte Miyano.”-
Ella cruzó los brazos y entrecerró los ojos.
-“No te confundas. Nosotros nunca seremos amigos.”- Sus cejas se arrugaron molesta.-“No quiero tu amistad, Kudo.”-
-“Yo tampoco la quiero.”-
Kudo agachó su mirada bajo su flequillo y Shiho apartó la mirada a un lado ocultando su reacción de sorpresa ante tal contestación. Después de todas las veces que el chico intentaba volver a acercarse a ella, ahora su contestación se contradecía completamente.
Y aunque no lo admitiese, le dolía.
-“Tu y yo nunca hemos sido amigos, Shiho.”- Shinichi alzó la vista para mirarla fijamente.-“No puedo actuar a tu alrededor como si nada, no después de todo.”-
Shiho se sonrojó ligeramente al recordar pero siguió sin hablar, aunque quisiese no sabía que responderle en ese momento.
-“Lo siento, pero me enamoré de ti sin poder evitarlo y haga lo que haga no puedo sacarte de mi cabeza.”-
La científica abrió la boca para hablar pero Akemi apareció con una amplia sonrisa y una tarta entre las manos.
-“¡Ya estoy aquí! ¡Mirar que buena pinta!”-
Shiho desvió su mirada a su hermana y le sonrió intentando disimular los nervios que ahora sentía por la declaración de Kudo. Akai apareció segundos después y sirvió la bebida gaseosa.
La pelirroja fue la primera en levantarse al acabar su porción. Quería irse de ahí, no necesitaba a Kudo para que volviese a confundirle. Estaba intentado recuperarse y aclarar su vida, no iba a volver a tropezar con la misma piedra.
-“Gracias por la cena pero debería ir a mi apartamento a descansar. Mañana he de estar en el laboratorio a primera hora.”-
Kudo se limpió la boca con la servilleta y levantó al acto cogiendo su chaqueta.
-“Te acompaño, es tarde.”-
-“No, puedo ir sola. Gracias por la invitación Akemi, pero yo ya debería irme.”
Se fue a paso ligero por la puerta para que el chico no tuviese tiempo de ir tras ella, pero él la alcanzó con facilidad y se puso a andar a su lado en silencio sin presionarla.
-“No tienes que hacer esto Kudo, vete a casa.”-
-“Quiero hacerlo.”-
El camino transcurrió tranquilo hasta que llegaron a su casa y se despidieron con pocas palabras. Kudo tenía que ganarse su confianza de nuevo y esta vez lo tendría mucho más difícil que la primera vez.
Pero estaba seguro de lo que quería y haría lo posible por conseguirlo.
<●>
Noviembre del 20XX
-“¿Otra vez aquí?¿No te cansas?”-
La silueta detrás de la puerta intentó no hacer movimiento para que la científica pensase que no era nada, pero no le sirvió de mucho.
-“Llevo rato viéndote, ya puedes salir de tu escondite Kudo.”-
Kudo entró vergonzosamente después de que la científica le pillase tras la puerta cristalina y ella siguió mesurando las pruebas sin inmutarse.
-“¿Qué quieres Kudo?”-
Él se rascó la nuca riendo e intentando actuar despreocupado.
-“Pues verás solo venía a preguntarte por unas pruebas que te ha traído Akai esta mañana.”-
La científica alzó la mirada, mirándole por primera vez en ese momento y curvó las cejas a la vez que se apartaba un mechón de la cara para ponérselo detrás de la oreja.
-“¿Estás seguro? Se las he entregado hace un par de horas así que, ¿Cuál es el verdadero motivo que te trae aquí?”-
Kudo le sonrió y se dio por vencido acercándose a ella.
-“Vamos no seas así, solo intento ser agradable.”-
-“¿Y bien? Tengo trabajo, así que si has venido por nada ya puedes salir por donde has entrado.”-
Ella se giró para volver a su trabajo y él la bloqueó poniéndose entre su paso. Le ponía muy nervioso estar a su alrededor y su fría armadura era muy difícil de derribar.
-“Espera un segundo…”- Shiho resopló y cruzó los brazos.-“En realidad quería invitarte a cenar.”-
Ella se molestó ante la invitación.
-“¿Qué dices?¿Que te dice que yo quiera salir a cenar contigo?”- Puso su mano encima de la de él para soltar su agarre.-“Realmente deberías irte.”-
-“Vamos, por favor, solo quiero poder hablar contigo tranquilo sin que las miradas afiladas de nuestros compañeros me maten.”-
Ella rio y se peinó el pelo mientras se separaba del chico para dirigirse al ordenador.
-“¡Oh! ¿Al gran Shinichi Kudo le abruma que otros agentes estén interesados en mí?”- Apagó el ordenador y revisó el trabajo que había echo esa jornada. –“Perdona pero creo que voy a rechazar tu oferta.”-
-“¿Qué?¿Por qué?”-
Shiho guardó los archivos en un cajón cerrado con llave y se quitó la bata dejándola en el perchero cercano a la puerta.
-“Siento decirte que ya tengo planes.”-
Apagó las luces y ambos salieron del laboratorio cruzando el pasillo hasta llegar al ascensor y ella pulsó el botón para que llegase y se abriese. El chico que la seguía todo el camino no podía quitarse esa expresión de confusión de la cara.
-“¿Qué?”-
Bajaron por el ascensor en silencio y él no pudo evitar seguir preguntando en cuanto se abrieron las puertas.
-“¿Has quedado con tu hermana?”-
-“No Kudo, ¿Tanto te interesa?”-
Salieron del edificio y el viento chocó contra sus caras haciendo que el pelo rojizo de ella se moviese a su compás.
-“Entonces, ¿Con quien has quedado?”-
Él seguía insatisfecho con sus respuestas.
Estaba perdiendo los nervios ante la tranquilidad de la joven y seguidamente una voz varonil conocida procedente de la espalda de Kudo se acopló a la conversación.
-“Ha quedado conmigo Kudo.”-
Se giró lentamente con la boca abierta sorprendido ante el rubio que se encontraba ahora con ellos.
-“¿Rei Furuya?”-
El mestizo levantó su mano para saludarle.
-“Hola Kudo, cuanto tiempo sin vernos.”-
El joven le sonrió amablemente mientras le saludaba con la mano y seguidamente se puso al lado de la pelirroja, que ahora empezaba a verse incomoda.
-“Si, así que si no te importa, nosotros deberíamos ir tirando.”-
Ella chocó suavemente con el codo rubio captándole la atención y empezó a caminar a su lado a paso ligero. Estaba molesta con Shinichi por los cambios de actitud que estaba teniendo estos últimos días. Estaba constantemente entrando y saliendo del laboratorio y su carácter se suavizaba y endulzaba delante ella, al igual que se había vuelto súper atento a todo lo que le envolvía y necesitaba.
El problema era que él no era suyo, nunca lo había sido y nunca lo sería.
Así que no tenía razones para actuar de esa manera delante de ella. Y sí, sabía que estaba pasando por una pequeña ruptura con su pareja, pero sabía que volvería a sus brazos.
Siempre volvía a ella.
-“¿Estás bien?”-
La cálida voz del mestizo le hizo salir de su trance, se había olvidado que estaba acompañada por un instante. Intentó apartar al dichoso moreno de su cabeza y le mandó una pequeña sonrisa a su acompañante para intentar disimular sus emociones.
-“Todo bien.”-
No quería que el chico empezase a preguntarle así que se adelantó ella a cambiar el tema para ahorrárselo.
-“Así que, ¿Dónde vamos a ir a cenar?”-
El rubio le sonrió e indicó a la chica donde tenía el coche estacionado.
-“Vamos a ir al sitio donde hacen el mejor sushi de la ciudad.”-
Ella subió después de que Rei le abriese la puerta y se abrochó el cinturón.
-“¿El mejor? Eso lo veremos ahora.”-
<●>
Cerró la puerta de su casa detrás suyo y se quedó con la espalda apoyada en ella unos segundos antes de hacer movimiento.
Era entrada la media noche y Rei se había marchado minutos antes. La cena había sido muy agradable, el mestizo era realmente atento y agradable con ella, se habían pasado la velada conversando sus gustos en común y él la había hecho reír sinceramente en más de una ocasión.
Pero todo lo que le gustaba del joven le acababa recordando al joven moreno que parecía que ahora vivía en su cabeza.
Pero no era él. Y no podía estar con una persona porque le recordase a otra.
Furuya la había ayudado y comprendido mucho estas semanas, pero no podía llegar a verlo como algo romántico.
Se separó de la puerta, se descalzó y se dirigió a la habitación para desvestirse y ponerse una camiseta ancha para estar cómoda. Caminó hasta la cocina, se sirvió una infusión y salió a la terraza para encenderse un pitillo.
Pese a que era entrada la noche, los ojos y de Shiho no parecía que tuviesen intención de querer descansar por el momento. Saboreó el cigarrillo mientras dejaba que la brisa otoñal enfriara su cuerpo y pies descalzos. Extrañamente eso le hacía sentir viva, su cuerpo caliente contra el frío.
Toc Toc Toc
Picaron a la puerta despejándola de su memoria y después de apagar el pitillo se dirigió curiosa a mirar por la mirilla.
¿Quién iba a presentarse en su casa pasada la medianoche?
Apenas nadie sabía su dirección y no tenía la suficiente confianza con la gente que había conocido como para que se presentaran a su casa a esas horas sin avisar.
Miró por la mirilla y inhaló una gran bocanada de aire ante la sorpresa de su visitante sorpresa. Sus dedos se pusieron nerviosos y dudaron en abrirla antes de hacerlo.
-“¿Qué haces aquí Kudo?”-
La científica cruzó los brazos para continuar con su fachada fría ante él, pero algo dentro de ella le alegraba que hubiese acabado en su portal y sentía mucha curiosidad por la razón que lo traía ahí a esas horas.
Shinichi le sonrió dulcemente des de el primer momento que cruzaron miradas, se veía cansado, sus ojeras pronunciadas se veían a simple vista endureciendo su cara.
Aún llevaba su traje puesto, con las manos dentro de los bolsillos y no tenía pinta de haber llegado a su casa todavía.
-“Había quedado con Akai y al volver he visto que tenías la luz encendida. He supuesto que estabas despierta y no he podido evitar parar.”-
Ella arqueó las cejas.
-“¿Sabes que hora es?”-
El moreno abrió la boca sorprendido y se percató de lo inoportuno que había sido. Ella podría estar acompañada en ese momento, al fin y al cabo esa noche había tenido una cita con Furuya.
Agachó la cabeza avergonzado y dio media vuelta para seguir su camino.
-“Perdona, tienes razón, no he sido consciente de ello. Perdona por molestaros, nos vemos mañana Miyano.”-
Se giró y dio un par de pasos ligeros antes de que una mano le frenase. Se volteó rápido.
-“Espera un momento, estoy sola, no soy de las que se los traen a casa al primer encuentro.”- Ella había suavizado su tono de voz.-“Algo te ha traído aquí, ¿Por qué no pasas dentro y me lo cuentas?”-
Kudo solo fue capaz de asentir con la cabeza a la vez que seguía a la joven por la entrada de su casa hasta llegar a la sala de estar.
-“¿Quieres tomar algo?”-
Ella le indicó que se sentase.
-“Si, gracias.”-
Shiho volvió de la cocina con otra taza humeante para él y ambos se sentaron en el sofá.
-“¿Y bien?”-
Saboreó su bebida caliente mientras el chico movía la cuchara sin parar haciendo círculos en la taza.
-“¿Cómo te encuentras?”- Kudo empezó con una pregunta sencilla, ni si quiera sabía el motivo por el que sus piernas le habían traído hasta su morada.
-“Estoy bien como puedes ver.”-Agarró la taza con ambas manos mirando fijamente la bebida para que el moreno no pudiese ver sus labios mentir.
-“¿Estás nerviosa por el juicio?”-
El cuerpo de la chica se heló por un instante y notaba que se le había parado hasta la circulación de la sangre.
-“¿Debería estarlo?”-
Ella siguió sin mirarle y volvió su agarre a la taza más fuerte haciendo que sus nudillos fuesen poniéndose cada vez más blancos. Se había pasado toda su vida sirviendo a una organización criminal y ahora parecía que debería pasarse el resto que le quedaba trabajando para el sistema judicial. Y eso solo si tenía la suerte de no pasarse el resto de su vida en la cárcel.
Sus yemas se apretaron más a la taza haciendo temblar la punta de sus dedos.
¿A que le tenía más miedo?¿ A su pasado como cuervo o a su futuro?
No lo sabía.
La mano del chico se acercó a las suyas quitándole la taza de las manos para poder entrelazar una con las suyas.
-“Se que no confías en mí, tienes todos los motivos para no hacerlo y se que no querías acabar en el FBI pero es lo único que pudimos hacer para evitarte la cárcel. Solo quiero que sepas que voy a estar ahí sujetando tu mano y que vengan a amputármela esta vez que no te la voy a soltar.”-
Shiho abrió los ojos ante la sorpresa de sus palabras y esta vez sin poder evitar su reacción le apretó la mano de vuelta con fuerza. La pelirroja se quedó un rato en silencio antes de contestarle, Kudo le confundía mucho, cuando estaba con ella la atmosfera diferente.
-“¿Por qué te quedaste conmigo en el hospital? Mi hermana me explicó que pasabas ahí todo el tiempo que podías y que incluso dormías ahí. No lo entiendo.”-
Ella soltó su agarre molesta ante la impotencia de no entender nunca las acciones del chico, él en cambio se quedó fijamente y le agarró suavemente la barbilla para que le mirase.
Su mirada había cambiado, oscura y dolida.
-“No se por que sigues haciendo todo esto tampoco, ¿Por qué no te dedicas a ser el padre de familia que debes ser?”-
Kudo rio y ella cambió la mirada entrecerrando los ojos a una molesta.
-“Las cosas no son siempre como crees que son. Mi relación a acabado siendo una farsa Shiho.”-
La científica se sentía cada vez más molesta.
-“¿Y vienes aquí a probar suerte conmigo?¿De que vas?”- Se levantó rápido y él chico la obligó a sentarse de nuevo.
-“Déjame acabar, por favor.”- Resopló y cruzó los brazos esperando que continuase.-“Me di cuenta gracias a ti. El amor no es la monotonía diaria, ni sentir que estas obligado a envejecer con cierta persona.”- Volvió a reír, esta vez más fuerte que la anterior, confundiendo cada vez más a la chica.-“En realidad cada vez me doy más cuenta de que no tengo ni idea de lo que es el amor, hay tantas definiciones diferentes para una sensación tan desmesurada. Pero es el único nombre que he podido encontrar para definir lo que siento por ti.”-
-“Kudo…”-
-“Se que la he cagado y no quiero mentirte y decirte que no voy a hacerlo nunca pero quiero hacer las cosas lo mejor que pueda si es de tu lado.”- Shinichi la contempló seguro de todas las palabras que escupía, no iba a rendirse fácilmente.-“ Quiero que mi vida continúe contigo.”-
Shiho se había quedado anonadada, pero no le dio mucho tiempo a reaccionar ya que el chico se abalanzó a besarla sin dudarlo, la tenía rodeada con los brazos, cogiéndole suavemente por la nuca y entrelazando sus dedos con sus mechones mientras la otra le sujetaba la espalda acariciándola y recostándola hacía atrás en el sofá.
Aunque en ese momento no quisiese salir de ellos, tampoco cree que pudiese.
Ella no le dijo nada, se dejó enredar en el cuerpo del joven que tanto anhelaba mientras el chico la acariciaba y besaba con dulzura.
-“Déjame quererte Shiho.”-
Se miraron a los ojos un momento y sin palabras pudieron entenderse perfectamente. Ella le acarició la mejilla y él volvió a cerrar el espacio que les separaba mientras le quitaba la camiseta. Sabía que la científica no iba a atarse a él de un día a otro, pero esta vez lucharía por ella lo que costase.
Y después de tantas noches anhelándola, esa noche ella acabó durmiendo en su pecho.
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Ficción
RomanceShinichi Kudo, prometido de Ran Mouri y miembro del FBI debe integrarse en la organización de los hombres de negro para derrotarlos. Para ello deberá conseguir la confianza de Shiho sobrepasando barreras que no debería. COMPLETA 71.947 palabras.