CAP VIII

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16 de Junio del 20XX

00:47 a.m.

La chapa resbaló de la boca de la botella y saltó a la acera rebotando emitiendo el único sonido en la zona.

Clin……Clin………….Clin.

Acercó el botellín a sus labios y le dio un buen sorbo inclinando la cabeza hacia arriba.

Una fuerte brisa de aire removió su pelo rojizo y las ramas de los arboles emitieron una leve melodía con ayuda de las hojas que bailaban encima de ella. Hacía frío para ser una noche de Junio.

Subió la cremallera de su cazadora marrón hasta el cuello mientras su piel se erizaba.

Se encendió un cigarro y vació el botellín en pocos tragos. Lo apartó a un lado y cogió otro lleno. Emitió una leve carcajada, había pasado de no beber nada en absoluto a acabar las noches bebiendo alcohol para dos.
La barra de alcohol le daba el calor que le faltaba y embriagaba sus sentidos temporalmente.

Saboreó el cigarro antes de beber la bebida fría. Una sombra varonil se paró justo detrás de ella sin que lo notase.

-“Las jovencitas como tú deberían estar durmiendo a estas horas de la noche.”-

Apartó el botellín de su cara antes de girarse hacía la voz valerosa.

-“¿Has venido a vigilarme, Gin?¿Crees que voy a delatarte?”-

El rubio rio y se encendió un cigarro.
-“No precisamente, tenía trabajo por aquí y he reconocido la moto mientras volvía.”- Señaló a la Yamaha R6 negro mate aparcada medio escondida entre arbustos.

La moto no es que le perteneciera a ella, en realidad era de Gin, pero se la había cedido a ella porque él no quiere otro vehículo que no sea su Porsche. Aún así apenas la utilizaba. Esta noche la había visto en el parking de la sede y le habían entrado ganas de conducirla y sentir el fuerte viento chocar contra ella. En tiempos anteriores solía ir paseando a casa y en las misiones normalmente va de copiloto.

Sherry dejó de mirarle y volvió su atención a los malos vicios que le había traído el desamor. Absolvió el humo lentamente y la punta del cigarro se consumía emitiendo una luz naranja entre la oscuridad.

-“¿Vas a quedarte parado ahí detrás?”-

Gin, que estaba detrás suyo a menos de un metro se quedó observado a la joven unos segundos, sentada despreocupadamente en el acantilado de la cuneta de cualquier carretera. Se encontraban a las afueras de la ciudad parados en el arcén de una carretera secundaria y poco transitada e iluminada con grandes vistas de las calles de Tokio, no pensaba encontrarse a nadie por esta zona de la ciudad y menos a Sherry.
Ella levantó su brazo izquierdo sin girarse sosteniendo una cerveza.

-“¿Quieres acompañarme?”-

Sus palabras salieron sin que ella lo quisiera. No quería estar con nadie y menos con él. Pero de alguna manera se sentía en deuda con él, no le había mentido y finalmente siempre cumplía lo que le decía. Era una persona muy insensible al habla pero ya no le importaba tanto, ella se había vuelto más fría también.

Él aceptó la ofrenda y se sentó a su lado, los pies de la científica colgaban por el precipicio balanceándose al vacío.

Se sentía entumecida, el calor empezaba a apoderarse de su cuerpo con cada sorbo que daba. Supongo que esa era una de las razones por las que bebía, para poder darle a su cuerpo algo de ese calor que se había esfumado con aquel chico de pelo negro.

Gin se mantuvo en silencio mientras bebía lentamente a diferencia de ella, que por cada botella que se bebía el rubio ella bebía dos.

-“Tienes que relajarte un poco Sherry. Volveremos con la investigación a partir de la semana que viene.”-

-“Gracias por preocuparte pero estoy genial, lo tengo todo preparado para empezar a primera hora de la mañana. Mira Gin si has venido para de-”-

El rubio que parecía no escuchar sus últimas palabras le cortó poniendo su pregunta por delante.

-“¿Bebes por las alucinaciones?¿Aún las tienes?”-

Shiho abrió los ojos ante la sorpresa a las palabras de Gin y sus expresiones que se mostraban irritadas se suavizaron y transformaron a una aura melancólica. Agachó la cabeza bajo su flequillo con la ayuda de su mano, no quería que él viese la debilidad en su rostro o cualquier sentimiento parecido.

-“No, desaparecieron gracias a la medicación. ”-

Le dio la última calada al cigarro y lo tiró dentro de una botella vacía. Se incorporó lentamente balanceándose un poco.

-“Mejor. Aún así no te fuerces por el momento.”-

-“Ahórratelo. Voy a hacer mi trabajo ¿Vale? Lo que beba y deje de beber fuera del recinto es solo de mi incumbencia.”-

El rubio se levantó y se puso frente a ella mirándola fijamente.

-“Lo sé, eso no me preocupa.”- Levantó el botellín que aguantaba y lo balanceó haciendo que el poco liquido que quedaba dentro se moviese circularmente.-“Sé que el FBI no se deja engañar fácilmente, están esperando que bajemos la guardia para hacer movimiento, pero yo no soy imbécil.”-

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