ROMA
La cabeza me dolía cómo si me hubieran golpeado con un bate de béisbol. Corrección. Todo el cuerpo me dolía cómo nunca. Abrí lentamente los ojos, comencé a ver el cielo y me tapé los ojos con mi mano para evitar que el sol dañara mis ojos.
Me incorporé con dificultad al mismo tiempo que me quitaba arena de mi ropa y de mi pelo. Unos quejidos detrás de mí llamaron mi atención, al girarme vi cómo estaban cuatro de mis compañeros, de los cuales dos de ellos me molestaban en el instituto sin ninguna razón.
–¿Dónde estamos? –preguntó una chica de cabello castaño con mechas azules y ojos verdes. Ella vestía con una falda rosa, una blusa blanca y unas sandalias naranjas.
–No tengo ni idea. -respondió un chico de piel morena, cabello negro ondulado y ojos azules. Llevaba puesto un pantalón corto, una camiseta con el símbolo de Flash y unas zapatillas de deporte. –¿Estáis todos bien?
–Eso creo. –dijo otra de las chicas que habían. Ella tenía el pelo tintado de violeta, ojos marrones. Vestía con unos pantalones cortos hasta la mitad de los muslos, zapatillas de deporte y una camiseta azul con líneas blancas.
–Me duele todo, es cómo si me hubiera levantado de una borrachera. –habló el chico que siempre me molestaba. El auto proclamado Rey de la escuela. Él tenía el pelo castaño y ojos grises. Traía puesto una camiseta de tirantes negra que mostraba sus músculos, un pantalón vaquero corto y unas zapatillas blancas de marca.
Todos nos miramos entre nosotros mientras procesamos dónde estábamos. La chica de cabello castaño comenzó a gritar al ver cómo un cangrejo se acercaba a ella, le dio una patada y mandó a la orilla, donde regresó al agua.
–¿Estás bien? - me preguntó el chico de tez morena, mirándome preocupado. Me ofreció su mano para levantarme, agradecí en voz baja y me levanté. –¿Qué tal si nos presentamos?
–¿Por qué haríamos eso? Todos nos conocemos. –respondió el autoproclamado, rey de la escuela.
–Bueno, no todos. –la chica de pelo violeta me miró de reojo. –Empezaré yo. Hola a todos, me llamo Violeta Morris. Me gusta dibujar, la cocina y los animales.
–Muy bien. Seguiré yo. –sonrió el chico de tez morena, que aún seguía a mi lado. –Me llamo Gregorio Holland, pero podéis llamarme Greg. Mis aficiones son los videojuegos y la moda.
–Ya que. Mi nombre es Edward Morgan, me gusta el fútbol y las fiestas. –dijo el creído que pensaba que era el rey.
–Si no hay más remedio. –suspiró la chica de pelo castaño. –Mi nombre es Flora Blair, me gusta la fiesta y mi novio es Ed.
Supe que esto último lo dijo para alardear, Violeta rodó los ojos cansada y yo suspiré aburrida. Todas las miradas me veían con detenimiento y me incomodé, Edward y Flora sabían quién era, pero supongo que tenía que presentarme.
–Me llamo Roma Hopkins.
–¿Eso es todo? ¿No tendrás algo interesante que contar? –preguntó Greg animándome a hablar.
–Estoy segura de que la nerd del instituto no tiene nada interesante, solo libros y más libros. –opinó Flora con arrogancia.
–Bueno, no creo que cuente cómo algo interesante. Pero, no es la primera vez que quedo perdida en alguna isla. –comenté seria.
–¿¡Qué!? –gritaron los cuatro al unísono a la vez que veían aterrorizados su alrededor. –¿¡Estamos perdidos!?
Observaba sentada en la arena cómo los demás corrían por la orilla de la playa mientras gritaban y algunos –especialmente Flora – lloraban. Acabé aburriéndome de verlos tan devastados, me levanté y comencé a buscar objetos perdidos en la arena.
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¿Estamos perdidos?
Teen FictionRoma Hopkins es la chica rara del instituto, a ella le encanta pasar tiempo sola leyendo libros de supervivencia y armas. Es una chica solitaria por lo que no tiene muchos amigos, algo que no parece importarle. El instituto decide hacer un viaje de...