ROMA
Habían pasado unas semanas desde que Josephine y yo les pedimos matrimonio a nuestras chicas. En estos días estuvimos algo liadas debido a que mi hiperactiva amiga me llevaba de tienda en tienda viendo cual sería mejor para que nos hicieran la boda.
Josephine seguía insistiendo en aparecer en el altar lanzándose de un avión con paracaídas, cosa que me negué rotundamente, no por mí, por ella. Conocía demasiado bien la mala suerte de mi amiga y sabía que se quedaría enganchada en algún árbol, en una farola o se caería directamente al mar, porque ella quería hacer la boda en la playa.
Después de cuatro días viendo diversas tiendas por fin una le gustó, la dueña era la prima de una amiga suya del trabajo. La chica nos hizo un descuento a ambas dejándonos a mitad de precio, cosa que agradecimos.
Pero llegó el día que más temía.
Mi fiesta de soltera.
Realmente no la quería celebrar pero Josephine, Alizee y Greg me insistieron durante todo el días hasta que tuve que aceptar. Violeta se iría con Flora, Blake y Harley, una compañera de trabajo de Violeta, quien nos regaló dos entradas para un spa que habían abierto recientemente en la ciudad.
–¿Adónde vamos? –pregunté viendo que salíamos de la ciudad.
–Tranquila, Ro. Tú disfruta del viaje. –me sonrió Alizee a mi lado. –Esto te va a gustar.
–Vuestras sonrisas me dicen lo contrario.
–No vamos a hacer nada que tú no hayas hecho ya. –esta vez respondió Greg, en el asiento del copiloto.
–Estamos llegando. –anunció Josephine, quien mantenía la vista fija en la carretera.
Llegamos a un gran descampado donde había un avión militar esperándonos, vi al Teniente Hoswell esperándonos en la puerta del avión. No me lo podía creer. Josephine aparcó el coche y todos fuimos al encuentro de aquel hombre.
–Teniente Coronel Hopkins. Comandante Sinclair. –nos saludó haciendo el gesto militar, el cual imitamos. –Las estaba esperando.
–¿Qué vamos a hacer?
–Yo se lo explico, Teniente Coronel Hopkins. Según lo que me ha comentado la Comandante Sinclair, vamos a sobrevolar la ciudad mientras hacéis una pequeña fiesta en el avión y terminaréis saltando en paracaídas en la playa. –me explicó el Teniente Hoswell.
–Alizee... –comencé a decir.
–Josephine ha sido muy insistente, además los superiores lo han permitido, así que no hay nada malo. –sonrió.
–¡Vamos! –gritó Jo subiendo la primera al avión.
Todos nos montamos y Hoswell fue nuestro piloto durante toda la noche. Greg puso música en unos altavoces y todos bailaron divertidos, Jo me forzó a bailar con ella aunque luego me dejó en paz, argumentando que parecía un arbusto en vez de una personas.
Después de sobrevolar toda la ciudad el avión se dirigió a la casa de Blake, donde estaban haciendo la fiesta de soltera de Violeta y Arcadia. Con unos prismáticos comenzamos a ver lo que hacían, al parecer se lo estaban pasando bien, bailando, riendo y luego viendo algunas películas. Hoswell retomó la ruta que tenía planificada y llegamos a una playa.
–Bien, ha llegado la hora. –nos anunció.
Cada uno cogió un paracaídas y le expliqué a Greg como funcionaba mientras que Alizee lo hacía con Josephine.
–Estoy nervioso, nunca había saltado en paracaídas. –dijo Greg.
–No te preocupes, lo máximo que te puede pasar es que te mueras. –respondí.
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¿Estamos perdidos?
Fiksi RemajaRoma Hopkins es la chica rara del instituto, a ella le encanta pasar tiempo sola leyendo libros de supervivencia y armas. Es una chica solitaria por lo que no tiene muchos amigos, algo que no parece importarle. El instituto decide hacer un viaje de...