ARCADIA
Nada más levantarme le mandé un mensaje a Jo, tal y como esperaba me ignoró, al igual que ayer. Desayuné mientras veía noticias en el móvil, casi todo lo que decían era de cómo iban a hacer coches menos contaminantes, cómo podíamos salvar nuestro planeta o de algún famoso que ha hecho alguna infidelidad.
Pensé en como disfrutar los días que me quedaban de vacaciones antes de regresar al trabajo, quería hacer algo divertido con mis amigos pero ahora mi mente estaba centrada en Josephine. Un mensaje me sacó de mis pensamientos y sonreí al ver de quién se trataba.
"¿Quieres quedar esta tarde? Quiero hablar contigo."
"Josie: No puedo, estaré ocupada."
"¿Haciendo qué?"
"Josie: Ignorándote."
-Maldita seas, Jo. No te hagas la difícil ahora. -murmuré bloqueando el móvil.
Metí la taza y el plato en el lavavajillas para luego limpiarlo junto con los otros cubiertos. Me vestí y fui de nuevo al hospital para ver a las chicas. Decidí ir andando aunque tardara media hora, quería relajarme y tener la mente en blanco, andar siempre me ayudaba.
Tardé media hora en llegar, me sorprendió ver a Greg allí y él me comentó que había venido a ver a las chicas. Me dijo que Violeta se había ido a la habitación de Roma y él estaba con Flora, contándole las últimas noticias relacionadas con Edward. Que al parecer no eran muy buenas.
Estuve un rato con Flora y Greg hasta que decidí ir a ver a las Rolieta, sonreí al pensar el nombre de las dos juntas. Por descuido entré sin llamar y me sorprendí al ver a ambas darse su primer beso, las dos se sorprendieron y se separaron bastante apenadas.
–Arc, te lo podemos explicar. –dijo Roma avergonzada, esto era una nueva faceta nunca antes vista.
–No tenéis que explicarme nada pero, ¡Podíais haber esperado a que os grabara! ¡Este es un momento histórico y tenía que ser grabado para la posteridad! ¿Qué les enseñaré a vuestros hijos ahora? –dije indignada pero con una gran sonrisa.
–Cualquier otra cosa menos eso. –respondió Violeta.
–¡Ya sé! Cuando tengáis vuestra primera vez me avisáis y os grabo, así les enseñaré cómo los hicisteis. –dije con una sonrisa divertida.
–¡Arcadia! –chillaron ambas con la cara roja.
Luego de un rato hablando con ellas me marché para solucionar las cosas con Josephine. Pensé en los diversos lugares en dónde ella podría estar pero conociéndola seguramente estaría en casa de sus padres. Llegué a casa de los padres de Josephine para ver un coche parado en su puerta, observé a mi amiga guardar cajas en el maletero y eso me extrañó.
Josephine al girarse me miró sorprendida, ninguna de las dos sabía qué decir, ambas estábamos demasiado sorprendidas como para decir algo. Sin esperarlo ella salió corriendo dejando el coche abierto y a sus padres anonadados mirando en la puerta. No lo pensé y salí corriendo detrás de ella, lo malo es que no estaba en buena forma y ella era demasiado atlética, por eso me sacaba ventaja corriendo.
–¡Josephine, espera! –le grité corriendo detrás de ella.
Ambas corríamos por la acera llamando la atención de las demás personas, y pidiendo perdón con las que me chocaba sin querer. Josephine giró en una esquina y al seguirla la perdí de vista, solo podía ver que era un callejón sin salida.
–Jo, sé que estás aquí. –dije con la respiración entre cortada por la carrera que había hecho persiguiéndola.
JOSEPHINE
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¿Estamos perdidos?
Ficção AdolescenteRoma Hopkins es la chica rara del instituto, a ella le encanta pasar tiempo sola leyendo libros de supervivencia y armas. Es una chica solitaria por lo que no tiene muchos amigos, algo que no parece importarle. El instituto decide hacer un viaje de...